Los datos adelantados de la economía mundial, especialmente en los países desarrollados, no auguran nada bueno para los próximos trimestres. Los expertos tienen desde no hace muchos años unos instrumentos para medir en tiempo real lo que está pasando en la economía sin esperar a tener los datos definitivos. En España este instrumento se llama Ñ-STING, se trata de un modelo econométrico que permite observar la evolución de la economía española en tiempo real. Y no es nada bueno lo que dice este modelo. La economía española, al igual que la americana y la europea, está contrayéndose de forma acelerada. Esto es así, no por la situación política, quien esto dice confunde churras con merinas, sino como consecuencia necesaria de la política económica que el gobierno saliente ha implantado desde 2012. Como todos recordarán, el actual gobierno llegó con la promesa de reducir el déficit y la deuda, pues eran, según decían, los dos grandes males de la economía. Y lo son, pero cuatro años después los datos muestran que el déficit no solo no se ha contenido, sino que ha aumentado, este 2015 en 5,2%, lo mismo que la deuda, que ha pasado de casi 700 mil millones a más de un billón de euros. Es decir, que el supuesto milagro se ha sustentado, otra vez, sobre la deuda. Y así no hay manera de hacer nada con la economía. Por eso, ahora que el gobierno ya ha dejado de actuar como titular de la economía, las aguas vuelven a su cauce y la financierización de la economía española, que solo pretendía salvar el sector financiero y la cabeza del gobierno, hace aguas.