Reseña "Un perro" de Alejandro Palomas

Título: El perro

 

. Con Un perro de Alejandro Palomas no logro ordenarlas. Me ha costado empezar, porque son muchas. Casi tantas como las ganas de no parar de hablar de este libro. No conocía a Alejandro Palomas. Nunca leí una de sus novelas. Sólo vi esa portada y volé al mostrador de la librería para comprarla. No tuve dudas porque, conozco esa mirada. En ella sobran todos los photoshopdel mundo.

La conozco y no deja de conquistarme. Es cierto que también hubo razones personales para llevarme el libro a la carrera, en aquella fecha. Sé que para Alejandro Palomas se llama Rulfo, pero tienen miles de nombres, aunque sean únicos, para los que somos sus dueños.

Tienen la capacidad –sin pretenderlo– de ser el centro de atención sin hablar. Sólo estando. Siendo. Los perros generan tal cantidad de emociones que a su alrededor, Alejandro Palomas ha creado una historia que son muchas. Las de los miembros (y no partes) de una familia que se arremolina, crece, sufre y disfruta a su alrededorEllos son los protagonistas pero R., el perro, es quien les reúne.

Primero a Fer y a su madre, Amalia. El escenario es una cafetería, pero el lugar no importa, porque la tensión se centra en la llamada que está esperando Fer. El lector empezará a impacientarse. ¿Por qué es tan importante que suene el teléfono de Fer? ¿Por qué pretende ocultar a su madre los motivos de la desquiciante espera? Pronto lo imaginaremos y nos contagiará la inquietud. Amalia acabará conociendo el motivo. También sus dos hijas, Enma y Silvia, que terminarán sentándose en la misma mesa para participar del angustioso tic-tac del reloj.

A ellas las habremos conocido antes de que aparezcan en el escenario. Alejandro Palomas se encargará de esa tarea después de que ya nos haya iniciado en las vidas de Amalia y Fer. Un perro les reunirá para invocar sus fantasmas, miedos, quereres, ansias, frustraciones…, todos aquellos sentimientos de los que se compone la vida.

Son los de su familia, pero en realidad, podría ser la nuestra, la de nuestro vecino, la de un amigo, un desconocido que viva a cien metros o a millones de kilómetros.

El autor va desvelando a golpe de datos, recuerdos y situaciones quiénes son. No seré yo quien destripe a los personajes, pero ya anticipo que podríais enamoraros de alguno de ellos. Porque os gustan, enternecen o desquician. Puede que su personalidad resuene en la vuestra. Os recordará a vosotros mismos. Por parcelas o por completo.

Alejandro Palomas construye personas y nos deja elegir. Tenemos rasgos, actitudes y sentimientos de sobra. Sobre todo, de estos últimos. A toneladas. El autor no desperdicia ni un instante la posibilidad de describirlos. De hecho,constituyen la razón de ser de esta entrañable novela. Los sentimientos disparan por todas partes. Nadie resulta ileso. Son inevitables, como la lucha para gestionarlos. En ésta y en cualquier familia donde se comparte al mismo nivel, lo bueno y lo malo. Aunque haya muchas mentiras o medias verdades que en ocasiones, representen una seria amenaza.

La familia es un ente completo. Un árbol compuesto por raíces, tronco, ramas y hojas, que recibe visitas: desde un pájaro que regala un bello trino hasta la ristra de insectos que pululan a su alrededor, y no siempre con buenas intenciones.

Ese es el íntimo universo descrito por Alejandro Palomas, lleno de posibilidades. Expone y repite su metáfora particular para definirlo: la familia es una balsa con todos los miembros en su interior. A veces reman al unísono, otras van a su aire, en ocasiones se llena de agua y se inclina. No siempre consiguen achicarla y la embarcación nos advierte que puede zozobrar. Incluso, naufraga. Y aún así,  Alejandro Palomas no desiste. Confía en la resolución del caos gracias al intercambio de fuerzas: «yo te ayudo si tú no puedes, aunque no te entienda, aunque tenga ganas de gritarte y mi enfado sea infinito».

No existe la perfección. Teniendo clara la idea, capear el temporal en la vida es la tarea de todos, parece decirnos el autor, quien busca y rebusca en el alma y corazón de sus actores para contarnos qué les ocurre, por qué se aman a pesar de todos los peros. Son personas corrientes. El recuento de héroes siempre da cero en esta deliciosa historia.

En Un perro todos son supervivientes. No crean que no les asusta la locura puntual y no tan puntual, que a veces dice: «aquí estoy». Pero siguen, como la vida. Y esa locura personal y familiar se congrega alrededor de R.

¿Quién es el verdadero protagonista de la historia? El lector puede elegir. Y para ayudarle, Alejandro Palomas ofrece una narrativa sencilla. A veces, frases que se alargan demasiado. Pero en muchas ocasiones y en innumerables páginas,frases que enamoran, que vuelves a releer para deleitarte en su belleza. Que dicen tanto como la mirada perruna de R.

No es necesario que te cautiven esos seres maravillosos llamados perros (poco nombre para tanta alma) para relamerte con este libro, pero es cierto, que ayudará a comprender los matices del amor que un humano y un cuatro patas, pueden ofrecerse.

UNETE



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