La Ciudad de Buenos Aires ha reelegido a Mauricio Macri como Jefe de Gobierno para los próximos cuatro años. El resultado, inapelable por dónde se lo mire reafirmó el predominio que este partido posee en Capital Federal. Una jugada arriesgada aplicada por Macri, amén de los consejos de su inseparable gurú Jaime Durán Barba, que salió perfecta. 28 % de ventaja en el balotaje sobre su adversario Daniel Filmus (Frente para la Victoria) y el traje listo de candidato a presidente para 2015. La elección sobresaliente y sorprendente de Miguel Del Sel en Santa Fe, con un fuerte apoyo del aparato duhaldista, en un segundo puesto a tres puntos del gobernador electo, Antonio Bonfatti, lo reafirma en un distrito clave, motor agropecuario de Argentina. Hasta Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Elisa Carrió, por nombrar a algunos líderes opositores, trataron de sumarse dialécticamente al festejo desarrollado por el PRO, tomado no tanto como una victoria en sí propia sino una demostración de fuerza al gobierno comandado por Cristina Fernández de Kirchner pensando en las presidenciales de octubre. En las elecciones porteñas, el votante, sin generalizar, claro está, no privilegió tanto la gestión macrista, criticable en varios aspectos durante los últimos cuatro años sino una enemistad marcada al kirchnerismo, profundizada luego del conflicto con el campo en 2008. Los Kirchner y los porteños. Una relación compleja, por dónde se la mire. El electorado de Capital, tan volátil, capaz de votar a Pino Solanas hace menos de 25 días y ayer a Macri, donde algunas encuestadoras hasta se animan que ese 47% inicial pueda ir una tercera parte a CFK en octubre.