Entrevista al escritor/poeta/sacerdote José Chamizo

José Chamizo, nació en Los Barrios, Cádiz, en 1949.

 

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Es sacerdote. Licenciado en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y en Historia Contemporánea por la de Granada. Diplomado en Biblioteconomía por la Ciudad del Vaticano.

Fue Defensor del Pueblo en Andalucía entre 1996 y 2013.

Encabezó la lucha contra la drogas y la pobreza desde el asociacionismo en la comarca gaditana del Campo de Gibraltar.

Teatro y poesía son dos de los pilares en la escritura de Chamizo: como plataforma de reflexiones personales y de denuncia contra la injusticia social.

Entrevista concedida a ELD y realizada por Begoña Curiel.

–¿Por qué escribe José Chamizo? ¿Inspiración, necesidad, placer…?

Básicamente por necesidad de expresar cuestiones que son más difíciles de transmitir en el día a día. Necesidad que sin inspiración no es nada. Vale aquello que decía Picasso: Que la inspiración te encuentre trabajando.

–Teatro, poesía, ensayos son los terrenos en los que más ha trabajado. ¿Por qué?

Escribo teatro desde pequeño. En mi infancia el cine era una excepción y el teatro de aficionado dominaba en casi todos los pueblos del Campo de Gibraltar. Escribo teatro unas veces desde lo pedagógico, ejemplo La Urgencia de la Libertad; otras desde lo vivido, ejemplo Arquetipo. Radionovela es un homenaje al teatro radiado que oíamos de niños.

–¿Elegiría entre uno de ellos? ¿En cuál se siente más cómodo?

Para mí la poesía es vital pero considero que me desenvuelvo mejor en el teatro. Me siento cómodo en los dos géneros aunque en teatro creo que puedo hacer mejores cosas.

–Sus protagonistas son sobre todo gentes de barrio. ¿Son las personas que más le inspiran?

Son las personas con quienes más tiempo he vivido, por eso conozco mejor ese mundo.

–En sus escritos la palabra esperanza se repite pero, ¿como destino o vía para alcanzar retos y objetivos o porque la echa de menos?

La esperanza es una virtud revolucionaria. Gracias a ella podemos seguir luchando aun sabiendo lo difícil que es mantenerla cuando miramos a nuestro alrededor.

–¿Tiene algún ritual a la hora de escribir, alguna manía concreta?

 No. Cuando preparo todo de forma ritual: música, teléfono en modo avión…..no surge nada.

–¿Qué lee, uno lee lo que le gusta escribir?

No necesariamente. Leo teatro y novelas. Leo a J.J.Téllez especialmente su poesía. Actualmente leo El Reino que me está fascinando.

–¿Nos recomendaría algún libro que le haya causado especial impacto o que siempre aconseje leer?

Impacto interior el Evangelio de Juan. Impacto filosófico Platón. Impacto como escritor Viaje al fin de la noche de Celine.

–¿Ha buscado publicar todos sus escritos o simplemente no ha sido ése su principal objetivo?

No. Hay mucho de azar, de petición fue mi ensayo Quien ha dicho que vivir sea fácil. Me lo pidió Espasa Calpe. El último se llama Vidas Probables y fue idea de la editorial Arma Poética.

–¿Qué piensa del mundo editorial en el que tenemos tanta variedad como complejidad?

 Yo he apostado por editoriales pequeñas. El de poesía lo publicó la Editorial Karima, se llama El último tique.

–¿Es un hombre de opiniones que escribe o escribe para exponerlas?

Escribo para decir lo que siento, lo que pienso.

–¿Cree que un escritor debe ser una persona comprometida con su tiempo?

Sí. Sin compromiso no hay sensibilidad.

–La mujer es el centro de atención de alguna de sus obras. ¿Se ha escrito poco, mal, bien, sobre las mujeres a lo largo de la historia?

Se ha escrito de todas las formas. Pero quien mejor lo hace son las propias mujeres aunque los hombres escribamos sobre ellas.

–Hablamos de la mujer, pero la libertad en general, también copa muchos de sus mensajes. ¿La escritura es una vía de desahogo personal para hablar de ella, de la que tenemos, de la que carecemos?

La libertad vive malos tiempos, por eso hablo tanto de ella. Estamos más controlados que nunca y eso me aterra. La libertad individual está condicionada a una política económica terrible que te impide disfrutar de derechos humanos básicos. Esas son las razones. Además me duele haber conocido a personas atadas a sus parejas o a ideologías alienantes.

–¿Qué siente como espectador durante la representación de sus propias obras de teatro?

Me preocupan los actores más que nada. Sé lo difícil que resulta el tránsito del papel a la interpretación, lo he vivido.

–¿Tiene la sensación de que el teatro es un género que no recibe tantos aplausos en comparación por ejemplo con la novela, pese al nutrido público que tiene?

El teatro es efímero, irrepetible. La novela parece que permanece más pero en el orden de los recuerdos pesa mucho una buena obra de teatro.

–¿Entra dentro de sus planes, algún día, la escritura de una novela?

No lo sé. Si la escribo espero que sea breve. Me cansan las novelas muy largas.

–«¿Quién ha dicho que vivir sea fácil?». Es la pregunta que titula uno de sus ensayos. A lo largo de su vida ha desempeñado variadas tareas en parcelas como la lucha contra la droga y cargos institucionales. Le han dado ingredientes de sobra para este libro, suponemos. ¿Ha sido duro escribirlo o un alivio?

Ha sido difícil recomponer algunos recuerdos. Cuando vives situaciones límites, parece mentira, pero las olvidas con cierta premura. El cerebro humano es sabio.

–¿Cree que se lee tan poco como nos dicen?

Comparado con otros países tal vez, pero yo creo que cada vez se lee más en Andalucía.

UNETE



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