. Periodista y escritor. Ha pasado por redacciones de varios diarios, colabora en revistas y en programas de radio y TV.
Una mochila de seis novelas, publicación en más de cuarenta países y millones de lectores avalan el peso literario de Juan Gómez-Jurado, que actualmente se encuentra en plena promoción de Cicatriz. Con otra trama de vértigo –que tan bien maneja–, el escritor conquista en papel y en la red, donde hace gala de su cercanía con el público. Habla, cuenta, opina y arriesga con la misma soltura que domina en su escritura.
Entrevista concedida a ELD y realizada por Begoña Curiel:–¿Cuándo decide que va a escribir su primera novela?Siempre he querido escribir y escribo desde que era niño. Espía de Dios fue simplemente la primera historia que consideré lo suficientemente buena como para mandarla a una agencia literaria.–¿Hay mucho escritor salido de la nada sólo por su tirón mediático como periodista en los medios? No le pido nombres, salvo que nos quiera regalar algún ejemplo.Las editoriales aprovechan el tirón de los autores, efectivamente, pero igual que hay algunos “salidos de la nada”, como tú dices, hay otros escritores mediáticos que son muy buenos y tienen que luchar cada día para convencer a los lectores de que no solo venden libros porque salen por la tele.–¿Tiene manías cuando se sienta a escribir, algún ritual o rutina en especial?Soy muy disciplinado y perfeccionista. Te diré que duermo siempre con una libreta en la mesilla de noche por si se me ocurre alguna idea para el libro que estoy escribiendo. Y te confesaré que me pongo muy nervioso cuando envío por primera vez el manuscrito a mi agente y a mi editora. Además me cuesta mucho dar un libro por terminado, siempre encuentro alguna frase que mejorar, algún detalle que pulir. Tal vez por eso nunca releo mis novelas.–¿Es de los que planifican o deja que le lleve la historia o los personajes?Hay dos tipos de escritores, los de brújula y los de mapa. Yo pertenezco al segundo grupo. No soy capaz de sentarme frente al teclado y simplemente dejarme llevar por la inspiración. Necesito tener muy clara la estructura, saber qué va a pasar en cada capítulo, cuáles van a ser los momentos clave de la trama.–¿Cuando en una novela el entretenimiento y la evasión no va unido a la calidad, cómo se lleva por parte del escritor que basa su trabajo en esta última parte? Sobre todo, cuando vemos en el mercado obras que carecen de una mínima calidad y aun así, venden como churros?A pesar de que lo que dices es cierto y hay casos casi vergonzosos, creo que una mayoría de los libros que son éxitos de ventas sí que tienen calidad. Pero hay que medir la calidad con unos parámetros distintos en una novela literaria que un thriller o una saga familiar…–¿Cómo sienta la reescritura de un libro? ¿Un proceso odioso, una tortura?Es muy difícil pero imprescindible… Y sí, a veces se pasa mal. Pero luego los lectores lo agradecen.–Publica hasta en cuarenta países. Dice en alguna entrevista que no piensa en ello pero, ¿es posible no volverse un poco loco por lo que significa?Evidentemente me hace muy feliz saber que mis libros se leen en tantos países, pero soy una persona muy normal, con una vida muy normal. No me paro a pensar en eso, porque me volvería loco. Simplemente hago los libros que me apetece escribir.–Hasta en macedonio se han traducido sus libros. ¿Tiene curiosidad o sabe cómo se dicen alguno de sus títulos en idiomas tan desconocidos para nosotros?Las editoriales me envían ejemplares de mis libros traducidos, así que tengo en casa ejemplares de mis propios libros que no podría leer. Es una experiencia muy curiosa, la verdad.–La escritura, en principio, es un proceso lento. ¿Cómo lleva el contraste que supone e implica la rapidez de las redes sociales a las que usted es asiduo?Agradezco mucho el contraste, una cosa compensa la otra. Aunque a veces lo paso mal, ¡porque os leéis el libro demasiado rápido!–Después de tantos comentarios y buenas críticas a sus novelas, ¿siguen emocionándole o ya no le causan tanto impacto?Mi experiencia es que no hay que dar demasiada importancia a las críticas, ni a las buenas -porque puedes creerte mejor de lo que eres-, ni a las malas –porque pueden hundirte en la miseria-. Dicho esto, reconozco que me está haciendo mucha ilusión leer las críticas tan positivas que está recibiendo Cicatriz.–¿Recuerda comentarios de lectores que le hayan impresionado de manera especial? Para bien y para mal.El día que pusimos a la venta Cicatriz me llegó un mail increíble de una lectora. Su hijo está muy enfermo en el hospital, y me dijo que la novela la estaba ayudando a pasar esas horas tan duras. Este único mail me compensa más que un millón de críticas en el New York Times.–Ahora que Cicatriz está recientita en el mercado, ¿se siente como el alumno que va a recibir la nota del examen?Siempre me siento así cuando acabo de publicar un libro, los nervios son inevitables. Es como ducharte con agua fría… nunca te acostumbras.–El paciente le ha reportado muchas satisfacciones. Una historia trepidante que angustia. ¿Con Cicatriz también nos va a poner de los nervios?Me temo que sí… Dicen los primeros lectores que están devorando la novela en dos o tres días… ¡Y tiene casi 600 páginas! –Aunque afortunadamente todo va cambiando, parece que el sello español en algunos géneros sólo es “bueno” si se compara con un autor extranjero de éxito. ¿Qué es lo que pasa?El otro día me comentaba un librero que lleva contados más de 10 Stephen King españoles. A mí mismo también me han puesto una etiqueta de esas. Lo agradeces por lo que implica, es el público diciéndote que ve venir a un autor de relevancia. Cuando pasa el tiempo, como es mi caso, ya te quitan esa etiqueta y te dejan con tu nombre, afortunadamente.–¿Siente o ha notado en alguna ocasión que sus opiniones y críticas como periodista han interferido o influido de manera negativa en su faceta como escritor?Cuando expresas tus opiniones sobre cualquier tema como hago yo en los medios o en Twitter, siempre vas a encontrar a alguien a quien no le gusta lo que dices. No se puede gustar a todo el mundo, hay que ser auténtico y atenerse a las consecuencias, sean buenas o malas. Aunque por fortuna, el lector es inteligente. Muchos de los que se muestran en desacuerdo conmigo compran mis libros igualmente, porque mis libros no van de actualidad política, sino de emoción, pasar páginas y estar pegado al borde del asiento.–¿Tener buenos escritores periodistas o periodistas que escriben buenos libros, es positivo para el periodismo en general –ahora que sufre un momento crítico – o no tiene nada que ver?Siempre ha habido buenos escritores periodistas y sin duda es un factor que puede ayudar a elevar el nivel de los periódicos, pero lamentablemente la crisis de los medios va por otro lado y es mucho más compleja de solucionar.–¿Cuáles han sido sus mejores premios desde que comenzó a publicar novelas? ¿Los que conceden instituciones, colectivos y demás, los lectores, la fama…?Lo mejor, siempre, es el apoyo de los lectores. Además, lo paso tan bien con ellos… Cuando voy a una librería y está llena –en estos tiempos tan duros en los que cuesta tanto que la gente vaya a una–, soy jodidamente feliz. Pienso… esto lo he hecho yo.–¿Qué aportan los blogs, páginas literarias, aunque sean simples lectores y amantes de la letras quienes los escriban? ¿Complementan la labor de los críticos literarios profesionales o son una anécdota para los escritores?Para mí –y me han criticado mucho por decir esto- vale más una reseña en un blog que en un suplemento literario. Es infinitamente más real. A veces se centran en aspectos secundarios, pero son personas reales diciendo cosas reales.–¿Qué aporta su forma de escribir, que tiene usted que no tengan otros?Me cuesta mucho responder a esta pregunta, supongo que tendrían que decirlo los lectores. Escribo las novelas que a mí me gustaría leer, busco construir el tipo de historias que te hacen pasarte de estación en el metro.–Cualquiera puede publicar su obra hoy en día. ¿Es bueno, malo, depende, es un caos, un despropósito?Que ahora sea más fácil publicar sin duda es bueno. Las editoriales están saturadas de propuestas y para un autor novel puede ser desesperante intentar que le publiquen, así que es muy positivo que tenga otras vías a su alcance. Luego cada lector tiene que encontrar la manera de elegir el libro que más le puede gustar entre toda la oferta que existe.–Con autores de su caché, cuando están de promoción, sus agendas se llenan, se ven obligados a repetir muchas veces los mismos mensajes, los lectores les besuqueamos si nos dejan, los mitómanos les persiguen, tienen que cumplir a veces con demasiados protocolos, les asediamos con peticiones de entrevistas. ¿Cómo lo lleva o no se siente tan estresado en medio de esta vorágine?Me encanta la promoción. Sé que a muchos otros escritores les estresa, pero yo lo disfruto mucho. Es como un subidón de adrenalina después del trabajo solitario de escritura. Y me encanta estar con la gente, darles un abrazo o un apretón de manos, ver la ilusión en sus caras. Soy muy feliz con eso.–¿Qué le gustaría que le preguntasen y nunca le han preguntado en una entrevista como escritor?Si lo supiera te lo diría para que me lo preguntes tú.