Reseña "Puerto escondido" de María Oruña

TÍTULO: Puerto escondido.

 

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AUTOR: María Oruña

EDITORIAL: Destino.

ISBN: 9788423349524

 de Páginas: 432

AÑO DE PUBLICACIÓN: 2015

TEMÁTICA: Narrativa policíaca. Novela negra.

Ir a descansar para intentar dar un nuevo giro a tu vida y encontrarte con una vorágine familiar nunca imaginada, es la pesadilla de Oliver en Puerto Escondido.

Llega de Londres a Suances, un pequeño pueblo de Cantabria donde le espera su herencia: Villa Marina, un gran caserón que está remodelando, para asentarse con su particular equipaje. Pero en esas obras, la aparición de los huesos de un bebé, pondrá todo patas arriba.

Comienza entonces la odisea que nos tiene preparada María Oruña. Para ello se valdrá de un esquema clásico. Alternará la actualidad con la voz de un diario que se desenvuelve entre la guerra civil española y la cercanía de los años cincuenta.

De esta manera, el pasado se irá acercando al presente de manera progresiva con la presentación de los principales personajes: Jana y Clara. Dos hermanas tocadas y hundidas  por los efectos de la contienda. Su drama familiar las desplazará a pueblos cercanos para que descubran un nuevo mundo, aunque esté a pocos kilómetros del hogar.

Podría ofrecer numerosos datos del camino que irán recorriendo. Empezar me haría caer en la tentación de contar más de lo necesario. Así que aquí me quedo.

Salto ahora a la trama paralela de Oliver con el segundo bastión de la novela. Es la investigación de la guardia civil: se abrirá con la aparición de los restos humanos pero se verá desbordada por los acontecimientos. Y es que a los agentes, les faltarán manos y cabeza para alcanzar a comprender la relación entre ese pequeño cadáver y los asesinatos que vendrán poco después.

Y tanto que están relacionados. María Oruña, en ese baile entre pasado y presente, nos volverá un poco locos para que atemos cabos. Una fórmula recurrente en literatura que dará  lugar a la figura de lector-investigador y que la autora conseguirá de manera efectiva.

Por supuesto, en el escenario actual tendremos a Valentina Redondo, teniente responsable de la investigación. Estará al mando de los agentes y servirá de excusa para presentarnos a otros secundarios y la sospecha -lo intuiremos enseguida- de que al final, tendremos una historia de pareja.

Los secretos particulares y familiares están por todas partes. Los muertos hablan tanto como los vivos en esta novela donde la ambientación juega un papel importanteMaría Oruña se deleita y nos deleita, con los rincones naturales de Cantabria, los espectaculares, y los que a priori pasan desapercibidos. También con la fisonomía urbanística, que son casi un reclamo turístico, en el caso de que el lector no conozca las bellezas  a granel que acoge esta tierra. Pero es precisamente ese gustazo que da describir lo que uno conoce –y lo comprendo–, lo que alarga en exceso muchos párrafos. Con la ayuda de demasiadas comas y una prosa que pretende rozar lo lírico, el ritmo en ocasiones se ralentiza. No sólo en las descripciones del entorno natural. Este instrumento se repite también en las fotografías de los rostros y emociones de los personajes.

Afortunadamente, Oruña equilibra este aspecto con la tensión de la suma de las dos líneas argumentales, porque van confluyendo poco a poco. Crece de manera vertiginosa cuando nos acercamos al final. Pero eso sí, a mitad de camino, el lector se ve superado. Agotado con el galimatías de datos, sospechas, viajes de los agentes de una localidad a la otra, llamadas de teléfono, reuniones para recapitular nuevas pistas…

Es todo un arte, casi un reto –tal y como plantea María Oruña sus misterios–, mantener en pie todo a la vez y que las piezas encajen, sin que chirríen las costuras. Sin duda. Es una autora a la que han comparado con Dolores Redondo, creadora de la trilogía del Baztán que está recorriendo el mundo. Si las comparaciones son tan odiosas como ésta, bienvenidas sean. Eso supongo al menos, como lectora espectadora.

Por cierto, me ha gustado especialmente, la metáfora incluida en el título de esta obra. Es un puerto que no siempre tiene mar. No es necesario, porque puede y de hecho está, más cerca del corazón que del faro que aparece en la portada.

Termino. Guste o no, una intrincada investigación de estas características, donde muertos, secretos y vivos, se disputan las páginas, es como mínimo digna de aplauso. Si el objetivo es el entretenimiento y que devores hojas como un alma hambrienta,  conmigo ha cumplido de sobra.

UNETE



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