. Nació en Valencia el 17-10-58, aunque reside en Sant Joant d’Alacant. Cursó la licenciatura de Medicina y Cirugía y la especialización en Microbiología Clínica, la cual ejerce desde el año 1986 en el seno del sistema público de salud. Dedicada a su profesión y a su familia, una enfermedad, actualmente superada, la retiró temporalmente de la actividad laboral. Ese obligado paréntesis fue el germen para que floreciera su afición a escribir. Comenzó con poemas y relatos cortos. Con uno de estos últimos Teresa quedó finalista en el I Certamen de Relatos Nitecuento, publicado en el libro La Antología del Certamen (2002). Al año siguiente publicó su primer libro de poemas El Jardín Secreto (Sociedad de Nuevos Autores). En 2008 participó en 30 poéticas (Lord Byron Ediciones) con los poemas No soy una estatua de piedra y Beethoven. Un segundo poemario, Paisajes propios y extraños, se encuentra pendiente de publicación. Por último, La luna en agosto es su primera y, por ahora, única novela. También administra varios blogs entre los cuales cabe destacar EL RINCON DE LINAhttp://elrincondelina.blogspot.com.es
TÍTULO: La luna en agosto.AUTOR: Avelina Chinchilla.EDITORIAL: Editorial Círculo RojoNº de Páginas: 120ISBN: 978-84-9115-678-9AÑO DE EDICIÓN: 2015TEMÁTICA: Novela Corta. Romántica.Esta primera novela corta de la autora Avelina Chinchilla, La luna en agosto, es una novela fresca que no entraña para el lector ninguna dificultad en su lectura. Es una historia que bien podría ser real para cualquier persona que la lea. Gente corriente con problemas de la misma índole, pero que la no resolución de ellos puede ser traumática para la vida de quien pasa por ello. Muchas veces hay que correr por experiencias nuevas dentro del problema, para que nos demos cuenta de lo que queremos. Es lo que le ocurre a Alicia con la relación de su insulso novio, Ignacio, al que nada le conmueve. Tiene que escapar de esa relación para que otro hombre, Alberto, la ponga en su sitio. La ausencia de ella hace reaccionar al novio tontorrón y acomodado con la vida que lleva. No se había dado cuenta hasta el momento de lo que perdía.