Título: Memento Mori
Título: Memento Mori
. Es el relato de un asesinato detallado, angustioso. Llegas a sentir cómo se te pega esa bolsa de plástico sobre tu cabeza.
Todo un acierto para arrancar Memento Mori, como lanzadera de otros asesinatos que llegarán después. Para llegar hasta ellos tendremos tres puntos de vista que serán pilares de la novela: el inspector de homicidiosRamiro Sancho, el propio autor de los asesinatos, Augusto Ledesma y Armando Lopetegui, psicólogo criminalista que acude a la comisaría como apoyo a la investigación.La perspectiva del asesino me parece otro acierto (y ahora vamos con el personaje que tiene miga) y el acoplamiento del especialista a la historia, que llega un poco más tarde a las páginas, es estupendo. Con Lopetegui, todo se anima mucho más. Y eso, que la negrura de la novela, está bien animada desde el principio. Si por algo destaca Memento Mori, es sin duda, su ritmo. Vertiginoso, imparable y muy cómodo para el lector.Pero aquí llegan algunas pegas, porque lo particular del personaje del asesino es precisamente lo que al final, para mi gusto, acaba ralentizando ese ritmo tan endiablado. ¿Por qué es tan particular Augusto Ledesma? No sólo lógicamente, porque el lector tiene la ocasión de conocer paso a paso, con pelos y señales, todo lo que hace y piensa. Su particularidad reside en el original complemento añadido por Pérez Gellida en todas las acciones criminales del personaje. La música, la lectura en general y la poesía en concreto, son aderezos interesantes que acompañaban a la ejecución (y nunca mejor dicho) de sus actos.El asesino que volverá loca a toda la comisaría deja en la boca de cada una de sus víctimas una poesía y se motiva con música elegida con la misma precisión con la que lleva a cabo las mutilaciones en los cuerpos que deja sin vida a su paso.Pero, como digo, y no tanto la poesía como la música, termina siendo una referencia que cansa. El autor nos invita –porque son autores y canciones reales– a que las escuchemos para adentrarnos un poco más en los escenarios y momentos con los que tanto disfruta el psicópata. Personalmente, creo que es muy arriesgado el peso que otorga a la música en las sangrientas andanzas. Y aunque como lectora no ha conseguido arrastrarme hasta ese toque maquiavélico que va incluido en canciones y letras, considero que este detalle, demuestra la valentía del escritor.Y es que el enrevesado Augusto Ledesma es digno de análisis. No le falta detalle al chaval. Aunque algunas de las víctimas han sido escogidas al azar o han muerto porque desgraciadamente se cruzaron en su camino, es muy interesante conocer un poco más a fondo, al propietario de una mente tan retorcida y sobre todo, tan enamorada de sí misma.¿Es un enfermo mental o un psicópata narcisista encantado de conocerse? En Memento Mori encontraremos las claves para responder a esta pregunta, gracias a Lopetegui, que repito, es trascendental para esta historia. Ya verán por qué. Poco más les puedo contar. Pero no se preocupen porque este libro va muy rápido.Los diálogos contribuyen a la percepción de la velocidad, aunque también es cierto, que algunas de estas conversaciones, o al menos parte de ellas, son innecesarias. A veces insustanciales. Lo digo por las típicas… ¿cómo diría? «machadas de comisaría»… o algo parecido, por aquello del contexto en el que se desenvuelven los actores. Salvo una mujer que tiene un papel secundario en la novela, el mundo de Memento Mori, es un mundo de hombres duros, tan encorsetados como el símbolo de su género en una talla de pantalones más pequeña de lo recomendable. La constante repetición de bromitas facilonas que asociamos a esos durísimos de la muerte, también me cansaron. Eran demasiado «de bulto».Hay otra cosa que me ha gustado y otra, que no.La primera, se refiere al hecho de la caja de esta aventura se llame Valladolid. Este tipo de detalles, lógicamente, gustan o llaman la atención a quien se siente identificado con ellos y por motivos personales y de corazón, esa tierra va conmigo siempre.Lo que no me ha gustado. Horror. Lo supe antes de leer el libro, pero ya estaba listan las ganas y la expectación por este autor nuevo para mí, ya habían crecido demasiado. Digo, horror, porque ¡forma parte de una trilogía! No es que no me gusten. De hecho, me he encontrado con algunas que me han vuelto loca, pero obligan a reservar tiempo nada más coger una de sus piezas. Para esta ocasión, descansaré hasta… cuando sea. Pero, eso sí. Este ha sido en líneas generales, un buen estreno con César Pérez Gellida.