.. me ocurrió algo muy interesante: ¡Encontré mi objeto perdido!, que
era nada mas y nada menos que el pasaporte Español de mi hijo, resulta que lo había
guardado tan pero tan bien, para no extraviarlo, que ni yo misma lo encontraba…
estas cosas suelen suceder… yo simplemente le di la explicación psicologíca que
había aprendido en mis años de estudio: Recuerdos Reprimidos….. en alguna parte
de mi memoria estaba escondido el recuerdo de donde había colocado el pasaporte.
Lo que no se me ha olvidado es el hecho de tener que volver al CICPC a retirar el informe sobre la perdida. Leyendo de nuevo sobre el tema encontré una reciente investigación que hecha
por la borda todo mi argumento anterior, se la expongo a continuación:
Éste es uno de los mitos más extendidos que hay dentro de la
psicología. Creer que hay eventos que son demasiado terribles como para poder
enfrentarlos y que lo mejor es alejarlos de nuestra conciencia. A esta
inhabilidad de recordar sucesos traumáticos y que no puede ser explicada como
un olvido normal se le conoce como amnesia disociativa [American Psychiatric
Association, 2000].
Pero ahora algunos expertos sostienen que las pruebas apuntan justo a
lo contrario.
El profesor Grant Devilly, de la Universidad de Griffith, dice que la
memoria hace lo opuesto a la represión, las personas traumatizadas reviven
experiencias que preferirían olvidar.
“Es lo contrario. Desean tener la capacidad de borrarlo de su
memoria”, comentó.
En un informe realizado a petición del Tribunal Supremo de EEUU, el
profesor Richard McNally de la Universidad de harvars describió la teoría de
los recuerdos reprimidos como “el aspecto de folklore que más daño ha hecho
jamás a la psiquiatría y a la psicología”.
Mantiene que las falsas memorias pueden crearse fácilmente por culpa
de terapeutas ineptos.
“Las hormonas de estrés que se liberan durante un trauma tienden a
consolidar la memoria, hacerla más fuerte y a veces más intrusiva, como se
puede ver en el desorden de estrés postraumático”, comentó.
Pero el profesor McNally dice que algunas víctimas de abusos sí que
sufren cuando rememoran eventos de su infancia una vez que son adultos.
Estrictamente hablando, una memoria falsa se define como una serie de
recuerdos de detalles o eventos que no ocurrieron o que han sido distorsionados
si es que realmente ocurrieron. La memoria humana es susceptible de transformar
la información que almacena; por ejemplo, aunque podamos recordar el argumento
general de un libro que nos haya gustado mucho, lo más probable es que estemos
tergiversando algunos detalles y que otros los hayamos olvidado
definitivamente. Una de las características de la memoria humana es que
almacena pequeños elementos significativos de los recuerdos; dicho en otras
palabras, almacena "ideas generales" del argumento de una historia y
el resto de la misma tiene que ser inferido o reconstruido. En este proceso de
reconstrucción de la historia se pueden elaborar recuerdos falsos.
Entre las muchas causas por las cuales una persona puede tener
recuerdos falsos, las que más se han investigado son los estados alterados de
conciencia, por ejemplo la hipnosis. Durante mucho tiempo se empleó esta
técnica para ayudar a los pacientes a hablar con más libertad y sin
inhibiciones sobre sus problemas psicológicos. También se ha utilizado en
interrogatorios policiales como una ayuda a los testigos de un delito para que
intentaran recordar más detalles del evento que presenciaron. Aunque efectivamente
en ambos casos las personas podían reportar nuevos detalles, las autoridades y
los científicos estudiosos de la memoria humana se dieron cuenta muy pronto de
que gran parte de ellos podían ser falsos. Se descubrió que bajo este estado de
conciencia las personas son muy susceptibles de ser inducidas a recordar algo
que realmente no ocurrió. Otra técnica de interrogatorio que también produce
recuerdos falsos y que durante un tiempo se usó en investigaciones clínicas y
policiales es la inyección de un fármaco conocido como "suero de la
verdad"
La investigación sobre los recuerdos falsos ha provocado un debate muy
interesante. Algunos investigadores creen que con el tiempo será posible
implantar casi cualquier recuerdo falso y las personas "infectadas"
con este virus mental orientarán su conducta conforme a ese recuerdo. Tal vez
hayas visto la película Origen (Inception) con Leonardo DiCaprio. En ella un
grupo de seguridad privada inyectaba una sustancia intravenosa a una serie de
personas para introducirse en sus sueños e implantar o extraer información de
su memoria. Aunque se está muy lejos de lograr algo así, lo cierto es que es
posible que las personas modifiquen su conducta o percepciones sobre un evento,
situación u objeto a partir de una memoria falsa. Por ejemplo, en un
experimento se quiso determinar qué tanto se afectaba la intención de comprar
un souvenir de Pluto de Disney, después de implantar un falso recuerdo desagradable
de este personaje. El experimento consistió en solicitar a un grupo de
estudiantes universitarios que recordaran algunas situaciones que vivieron en
su infancia la primera vez que fueron a Disneylandia en la década de los años
90. Entre los eventos que se les pidió que mencionaran estaba si recordaban
haber sido lamidos en la oreja por el personaje de Pluto. La gran mayoría no
recordaban que eso hubiera ocurrido. A la mitad de los participantes se les dio
una nota falsa de periódico, elaborada por los investigadores, donde se
informaba sobre el arresto de un empleado de Disneylandia que usaba el traje de
Pluto y que trabajó en la década de los 90. En la nota se destacaba el hecho de
que el empleado consumía drogas en horas de trabajo y tendía a acosar a los
niños lamiéndolos con la lengua de cartón del personaje. El 30% de los
participantes del experimento "recordaron" ese evento y dijeron
haberse sentido incómodos cuando fueron lamidos por Pluto. Una semana después
del experimento se les aplicó un cuestionario sobre el costo que le asignarían
a diferentes souvenirs de personajes de Disney. El personaje de Pluto fue el
que recibió la menor preferencia entre las personas a quienes se les implantó
esa memoria falsa.
Por otro parte, y siguiendo un procedimiento similar, se han podido
implantar recuerdos falsos para evitar algunos alimentos y fomentar el consumo
de otros. Aunque los resultados son incipientes, ésta parece una aplicación
positiva de la implantación de recuerdos y ya se habla de la dieta mental que
podría ayudar a las personas con sobrepeso o a que los niños eviten consumir
alimentos nocivos, si bien hay muchos aspectos éticos que habría que
considerar. De cualquier manera sigue faltando una mayor investigación en este
tema.
Lo que aun me queda sin resolver es el gran misterio de las medias en
la lavadora.