TÍTULO: La promesa del Ángel
TÍTULO: La promesa del Ángel
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Nº DE PÁGINAS: 560Las pesadillas de Johanna, en las que le tortura la presencia de un monje decapitado y la repetición de una frase: «Hay que cavar la tierra para acceder al cielo», llevan a esta arqueóloga hasta los secretos de las piedras de Mont-Saint-Michel.Busca hasta la extenuación las pistas escondidas desde el siglo XI, en la base de la abadía construida en honor al arcángel san Miguel. Su búsqueda la llevará por historias ocultas, donde las leyendas se mezclan con capítulos donde algunas muertes y sus fantasmas parecen gritar porque alguien desvele la verdad de lo sucedido. Por eso, el lector tiene la oportunidad de adentrarse en un thriller de la Edad Media, donde la lucha de las religiones es la base de tramas que se extienden como brazos poderosos, donde encontramos historias de amor imposibles, batallas de poder y por supuesto, casi un tratado de construcción de la intrigante abadía.La ambición de Johanna la descubriremos en paralelo a los capítulos del pasado. Los autores, Frédéric Lenoir y Violette Cabessos utilizan esta fórmula recurrente pero efectiva, para que cada cambio de momento histórico aporte la mayor intriga posible.Es difícil elaborar una sinopsis de esta novela. Se podría hacer “la breve”, anunciando los escenarios en los que se va a desenvolver. Pero si nos detenemos –aunque sea en un pequeño apunte– en los misterios con los que nos vamos a tropezar, podría ser farragoso e interminable.Por eso, en esta reseña prefiero destacar algunos aspectos que en mi opinión, definen y marcan la lectura -para bien y para mal- de esta novela:–si no te apasionan estos universos cerrados y opresivos de monjes que callan más que hablan, si te aburren los relatos relacionados con la construcción de edificios de gran calado o no te llama especialmente la pasión que encierra el material y el mimo con el que se detiene la arqueología para buscar respuestas, éste sin duda, no es tu libro.–incluso, hasta si todo este collage es de tu agrado, la extensión de los capítulos y la minuciosidad empleada por los autores para recorrer cada esquina de las piedras, se puede hacer tan eterna como el viaje por los siglos que haremos a lo largo deLa promesa del ángel. A veces, abusa de las descripciones alargadas y ampulosas. Las tentaciones de eliminar párrafos sorteando sus líneas son constantes. Pero si llegan a hacerte sentir que estás dentro de esas cavidades que recorre, esas grutas espeluznantes de las que tanto disfruta Johanna, si te imaginas el tacto de las piedras, llegarás a veces a percibir el olor frío y sórdido de las entrañas desconocidas de la tierra que acoge el santuario.–Johanna es la protagonista actual de la novela. Aparentemente tan sólo es una arqueóloga pasional, entregada a su trabajo, pero se revela como un personaje egoísta que arrastra con sus pesadillas personales a todos los que la rodean. Su pasión desaforada la convierte en un ser frío que se mueve por el instinto de sus intereses particulares. Y lo vemos no sólo en su empeño kamikaze por continuar su proyecto de excavación sino en sus relaciones sentimentales.-por contra, me entusiasma la historia de amor de fray Román y Moira: uno de los responsables de las obras de construcción de la enigmática abadía y la mujer que con su secreto, empujará al monje a modificar los planos y el desarrollo de las obras.-cada lector es un mundo y el momento en el que cae un libro en sus manos, a veces es determinante para la conclusión final. En esta ocasión, este factor me ha influido de manera poderosa en la lectura de esta novela, porque lugares tan mágicos como el Mont-Saint-Michel impresionan aunque sólo hayamos visto una simple fotografía de su perfil. Pero si se da la circunstancia de que conoces –aunque sea como una simple turista– el lugar que se describe –como es el caso, de manera reciente–, pareces entregarte aún más a esta tremenda historia. Reconozco que he vibrado de emoción al recordar el impacto que causa la cercanía de este enclave, que por más veces que se mire y por mucho que se recorra, no parece real. Por eso, insisto: probablemente esta lectura me haya atrapado de manera especial. La persona que me dejó la novela imaginó que me gustaría porque hace poco más de un mes estuve en este lugar y vine abducida por su belleza. Así que conmigo, La promesa del ángel tenía ya puntos ganados antes de que abriera sus páginas.-con respecto a las comparaciones que se hacen de esta historia con otras muy consagradas –la construcción de edificios religiosos de gran envergadura han dado a la literatura muchas historias y páginas– a veces son injustas. Por supuesto, es imposible abstraerse y no recordar otras novelas basadas en esta temática –aunque los tiempos históricos y las tramas sean distintas–, pero también hay que saber hacerlo bien. En La promesa del ángel hay un tremendo trabajo de documentación e investigación. No sólo eso –por si fuera poco–, porque después hay que ordenar datos, estructurar las tramas, escribir y enredar al lector para que se enganche a las páginas. Desde luego, conmigo, lo han conseguido. Su lectura me ha resultado adictiva.En definitiva, el arcángel que da nombre a esta novela y a su abadía, es muy recomendable: le pondrás paciencia –porque hay pasajes en las que hay que tenerla–, si este marco temático te gusta.