Reseña literaria "La caída de los gigantes" de Ken Follett

TÍTULO DE LA OBRA: La caída de los gigantes

 

. Siempre. Aunque el resultado no sea el esperado. Temáticas tan complejas como las guerras mundiales tienen tantas posibilidades para la escritura, que por mucho que se aborden, resultan interesantes cuando nos aportan datos nuevos. Eso me ha ocurrido con La caída de los gigantes de Ken Follet: un experto en ese formato que tanto me hace recelar como “best seller”. Pero no es justo generalizar porque siempre pueden sorprendernos para bien.

Follet nos trae los primeros veinte años del siglo XX, centrados en la primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, a través de cinco familias donde está representado el mundo que le toca vivir en los comienzos de un siglo tan intenso. Tenemos familia galesa, inglesa, rusa, alemana y estadounidense.

Con todas ellas y un impresionante trabajo de documentación, se despacha largo y tendido (a más de uno dará miedo el tocho de casi mil páginas que tensiona los bíceps) para desmenuzar –es increíble no volverse loco a la hora de ordenar tal cantidad de ingredientes– intrigas y complots políticos y militares, batallas descritas trinchera a trinchera –a veces, cansa, sí–,romances a diestro y siniestro, incluso a miles de kilómetros de distancia…

La caída de los gigantes es un macrolibro de texto que –dejando a un lado el componente literario si se quiere– vendría mucho mejor en las aulas que tanta teoría en la que la cabeza se nos queda pequeña para memorizar fechas, datos y nombres.

Es cierto que la calidad literaria no es de sobresaliente. Pero todo no puede ser con semejante volumen de páginas y tantas diatribas y mezquindades que describir a nivel humano en el marco de un amplio escenario donde se tocan aspectos económicos, políticos y sociales.

Sería mezquino tirar por tierra el potencial que esta novela tiene en muchos sentidos por el hecho de que carezca de excelencia en la escritura.

Además, es de destacar la capacidad de Follet para hacer ameno un relato tan largo donde lo más normal, sería perderse con tantos personajes y escenarios. Supongo que más de una vez, en la lectura de otras novelas, se han vuelto locos porque no lograban enterarse de quién es quién, no sólo por la cantidad de protagonistas y secundarios, sino por la complejidad de la trama. Pues bien, con La caída de los gigantes tuve ese temor, pero por fortuna, me anticipé a los acontecimientos.

También es cierto, que pese al numeroso plantel de personajes, Follet no se complica con ellos. Son, en general,bastante planos: el bueno es bueno, el malo es malo y no hay muchas sorpresas en su evolución a lo largo de las páginas. Y si nos centramos en los amoríos y romances, es cierto que tienden a ser bastante “rositas”: tenemos todo tipo de parejas –la que se ama hasta la extenuación con happy end, el amor imposible, la pareja insípida y aburrida entre otras– y es lógico. Casi un millar de páginas son una auténtica tentación como para no intentar navegar entre un amplio abanico de relaciones.

Pero insisto: es muy complicado hacerlo todo bien y por eso, me quedo con lo mejor de este novela, porque cubre de manera muy amplia todos los aspectos de los conflictos bélicos que se desarrollan en el contexto histórico que ha elegido.

Y no se crean. Ken Follet tiene para mucho más, porque La caída de los gigantes es tan sólo la primera parte de una trilogía. Pero ya sabíamos que este prolífico autor es inagotable. Así que sin duda, recomiendo esta novela, pero también tengo que decir que provoca cierta sensación de empacho e invita a descansar para posteriores lecturas, con historias más livianas en todos los sentidos.

UNETE



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