. Es dos veces bendito; bendice al
que lo da y al que lo recibe “. William Shakespeare
Perdonar y
liberarse del resentimiento es como sentir la ”suave“ ternura del Amor divino
que envuelve y bendice al que lo expresa.
Es muy saludable
desechar y eliminar pensamientos negativos que nos atan a situaciones en donde
recordamos y revivimos constantemente una ofensa. Guardar rabia y rencor es
como vivir constantemente con un “enemigo” encubierto.
Pero, si
revertimos la situación con un pensamiento en el cual reconocemos que la
armonía y la paz son lo que verdaderamente deseamos, podemos sentir el Amor
universal, y esa manera de pensar purifica nuestro corazón. Al reflejar ese
Amor, nuestra actitud será siempre de calma y tranquilidad. Con ese estado de
consciencia, no sólo nos ayudamos, sino que eliminamos discordancias.
Investigaciones y
diversos estudios explican
la importancia de no acumular sentimientos de odio que resulta perjudicial para
la salud. La Dra. Rosa Rivas
Lacayo, en su libro Saber perdonar, enfatiza
”el suceso que nos lastimó solamente debería ser tomado en cuenta por la
enseñanza que nos deja, perdonar
es un proceso espiritual que nos libera de resentimientos y nos lleva a una
vida de paz“. Dejando atrás el pasado, continuamos adelante y esa es una
posibilidad siempre presente, es como un regalo que nos damos a nosotros
mismos. Abandonar todo
deseo de represalia o venganza es un paso muy importante. La verdadera manera
de hacerlo es ir ”más allá“ que simplemente olvidar la ofensa: es sentir como
si nunca hubiera pasado.
Pero, ¿cómo olvidar el agravio y realmente
perdonar?
La oración del Padre Nuestro, que Cristo Jesús dejó a sus
discípulos, dice: ”Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores.“ Buscando el sentido espiritual de ese mensaje,
la investigadora de salud Mary Baker Eddy, en su libro
Ciencia
y Salud, da el significado de lo que verdaderamente
significa perdonar:”…el Amor es reflejado en el amor.“ Amar, en los momentos
más difíciles, es lo que realmente restaura y sana.Al reflexionar
sobre lo que encierra el acto de perdonar, me vino al pensamiento el poema de
Eddy titulado “Amor”, en el cual en parte dice: “La flecha que nos da dolor no
parte del devoto amor. Si tu palabra o acto cruel la caña destrozó, pide al
Señor el don de aquel que al hombre amo y sanó“. Es alentador saber que lo que
nos causó dolor no forma parte de quien es todo
Amor y armonía, Dios.Ese Amor que
perdona y sana fue lo que Eliane Castel, de París, Francia, demostró, superando el agravio cometido por
uno de sus mejores amigos. Ella fue más allá al expresar verdadera caridad y
confraternidad al ayudarlo a superar una apremiante situación financiera. Como
resultado, no permitió que el resentimiento y la tristeza la consumieran,
deteriorando su salud. Al inicio no fue
fácil, pero ella reemplazaba los sentimientos de decepción por armonía, de
tristeza por paz, de resentimiento por Amor. Finalmente, su amigo y la esposa
lograron recuperarse financieramente con la ayuda recibida de Eliane. Esta
experiencia trajo consigo mucho progreso y armonía para ella, su amigo y la
familia.Cuando dejamos
que el Amor divino guíe nuestros actos y decisiones con humildad, esto redunda
en bienestar y progreso espiritual. Además, es como una llave que abre las
puertas a una vida con reconciliación y armonía y bendice al que lo da y al que
lo recibe.
¡Dejemos atrás
resentimientos y vivamos una vida sana y feliz!Carmen Olivas escribe sobre salud y
bienestar desde una perspectiva espiritual como Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para
Perú.
Email: peru@compub.org Twitter:
@olivas_car