Mucha gente, en muchos lugares del mundo y durante
mucho tiempo, aguardó a este precioso momento. Incluso yo mismo, desde niño, a
obtener una respuesta y que esta fuera aciencia cierta la
resolución a un gran enigma ¿Quién era y es la Dama de Elche?
En la actualidad puedo emitir un veredicto y con
plena garantía dar una contestación a esa trascedente cuestión. Se trata de mi peritaje
en cuanto a la, hasta ahora, enigmática figura de La Dama de Elche y hoy, aquí,
quedará desvelada.
Verán, será necesario que les informe, previamente,
que el 21 de Abril de 2012 descifré la escritura ibérica y tuve la plena
certeza, lo supe y de inmediato, de quien se trataba pero, me encontraba en la
resolución de otros asuntos relevantes de estudio de los iberos y los
celtíberos, como eran sus inescrutables bronces y numerosas placas, sin
embargo, hoy, 5 de Abril de 2015 y que tengo, muchos de ellos publicados e
incluso otras reliquias muy avanzadas en su investigación, he decidido
finalmente desvelarlo. ¿Quién fue y es La Dama de Elche?
Miren, como ustedes saben, se trata de una antigua
reliquia ibérica que representa a una hermosa mujer ataviada con distinguida
ropa y joyas en un espléndido busto. Es una escultura tallada en piedra caliza
y que los expertos han datado original de los siglos V o IV a.C., mide 56 cm.,
de alto y su peso es de 65'08 kg. He de precisar y ya de entrada que aunque se haya
atribuido a los "íberos", ellos, precisamente no lo eran. No. Es
necesario que conozcan que los genuinos íberos se desplegaron en el área
superior del sistema ibérico y no en las zonas costeras meridionales
de la península. Así pues, se trataba de otros pueblos y a quienes apelando a
una contigüidad se les denominó del mismo modo. No obstante, a lo largo de esta
columna, conoceremos con detalle quienes fueron esos, digamos, "otros"
íberos, y que tuvieron tan estrecha relación con La Dama de Elche. En la
actualidad, esa escultura y de la cual los detalles técnicos habrán sido
convenientemente pormenorizados por especialistas arqueólogos y excavadores, no
será necesario detallarlos ahora taxonómicamente de nuevo. Este estudio trata
sobre una investigación que se centra en aspectos de consideración histórico lingüísticos,
es la catalogación de la onomástica del vestigio en particular. Y esa
inescrutable figura o efigie ibérica de La Dama, actualmente se exhibe en el
Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid. ¿Sería una reina? ¿Una noble
dama? ¿Una princesa? ¿Una diosa?
Verán, lo primero que he de considerar al respecto,
es que el nombre que se le dio: “La Dama de Elche”, aun no especifica
quien es, en cierto modo y sorpresivamente, no está descontextualizado. Por
descontado, no es así como la llamaron nuestros antepasados y tampoco ese es su
nombre, pero sí que lo explica suficiente y con un tratamiento de respeto que
sería aceptable para ellos. Y es que los pueblos, a pesar del paso del tiempo y
de las grandes dificultades, guardan una casi inexplicable memoria. En estas
páginas les explicaré con todo detalle quien es esa Dama, de quien se trata en
realidad. Les daré su nombre auténtico y las razones por las cuales le llamaban
de ese modo nuestros antepasados, pero tendrán que tener y les ruego un poco de
paciencia, lo entenderán y de un modo preciso al finalizar la exposición.
Antes, será necesario que les dé algunas explicaciones previas para que puedan
situarse en esta evaluación y hacerlo de modo cristalino, casi como si formasen
plenamente parte de ello, de la ignota pero tan cultivada civilización
atesorada por nuestros antepasados. En realidad, lo que atañe a su cultura es
colosalmente sorprendente, y no únicamente porque su nombre, el de esa “Dama”,
ustedes ya lo conocen perfectamente, sino que aun hoy en día, ¡Impensable! está
presente entre nosotros, solo que lo desconocíamos, porque nunca pensamos que
las cosas hubieran sucedido de otro modo. De los hechos ciertos y la razón de
nuestra verdadera historia.
Miren, nos consta que fueron colonos griegos jónicos quienes establecieron
su nueva colonia en la antigua Elche, dándole el nombre Ἑλίκη
"Helike", alrededor de los años 600 a. C. ¿Por qué le dieron ese
nombre? Posteriormente, los romanos renominaron a la ciudad con el nombre de Ilici,
y se le concedió el estatuto de colonia romana, pasando a ser llamados sus
habitantes Ilicitanos. ¿Pero quiénes fueron los Ilicitanos?
Verán, resulta queἙλίκη "Helike", pronunciada
en griego actual Elici, fue una antigua ciudad que desapareció en el
mar. Se encontraba en Acaya, al norte del
Peloponeso, a dos kilómetros del golfo de Corinto. El poeta Homero
afirma que la ciudad de Elike participó en la guerra de Troya. Más
tarde, y después de su caída frente a los aqueos, Elike se constituyó en
líder de la Liga Aquea. ¿Pero dónde están esos antiguos Troyanos? ¿Quiénes son
hoy sus descendientes? Hasta donde llega mi investigación, esta corrobora los
datos del geógrafo Estrabón. Lo que por el contrario se pone de manifiesto es
una discrepancia en la interpretación. Miren, si damos por válidos las
filiaciones que él nos dio para el área meridional, lejos de encontrar tribus celtas en la península ibérica, lo que
encontramos es una amalgama de expresa etnicidad griega-iliria-tracia. Y si somos observadores, y seguro que lo
somos, podríamos ver una infinidad de ciudades del área meridional denominadas:
Ilerda, Iluro, Ilici, Iliria, Ilorci, Ilureis, Ilirula, etc. Así que, no
ofrecen grandes dudas en cuanto a su origen Ilirio. Pero ¿por qué razón los
habitantes de Ilici eran TANOS? Es
sencillo, Tanos significa "inmortales", y esto fue motivado
por sus creencias. A quien daban culto, por sus dioses. Aunque no se conociera,
pude comprender que sus dioses eran los Titanes, es decir exactamente lo
mismo que expresa decir "Tanos". Fueron los antiguos dioses
griegos y anteriores a los Olímpicos. Los territorios íberos meridionales sus
nombres recibían habitualmente el afijo “Ili” propio de ciudades Ilirias, así
como fue el caso también de Ilici, la actual Elx “Elche”. No eran Íberos sino pueblos Ílios.
Pero volviendo a la Dama, quienes
se hayan referido a ella apuntando que se trataba de la diosa Cibeles de algún modo estuvieron
acertados, aun les debo apuntar que ese no era el nombre que ellos le daban, y
tampoco lo pronunciaba de ese modo. Cibeles
es un exónimo, es decir un nombre traducido del real y que vocalizado era
/KU·BEL·LES/ y es que para los ILIOS y/o ILIRIOS su diosa era LA SANTA SEÑORA o
LA ALTÍSIMA madre del SOL. Es decir la sacra cuna del titán ELIO y la de su
homóloga LEDO o LETO para otros pueblos ibéricos que también fueron HELENOS, y
que se atrevían a pronunciar su nombre y que para ellos era claramente la madre
del dios APULU, tal como ellos le llamaban, bien, depende del caso, porque su
lengua era flexiva, pero en ningún caso de otras diosas tales como Perséfone o
Deméter, que eran diosas griegas relacionadas con el inframundo y no con LO
ALTO o el ALTÍSIMO, culto que profesaban nuestros antepasados.
Miren, han de conocer una cosa
importante. Han de saber que nuestros antepasados, y si quieren comprender esto
de un modo casi perfecto, como si pudieran plenamente formar parte de ello,
resulta ser que eran pueblos supersticiosos sin embargo, extremadamente
religiosos. Extraordinariamente místicos, piadosos, siervos y devotos con sus
ritos y para con sus dioses Titanes. Ni se imaginan cuánto. Eran pueblos
paganos, sí, empero, concretamente nuestros antepasados eran distintos a su
tiempo. ¿En qué consistía esa distinción? Miren, no eran, exactamente, lo que
se entiende y estrictamente por pueblos paganos.
Decir por el contrario, que eran monoteístas
y en un sentido radical no sería tampoco acertado. Siquiera lo sería decirlo de
nosotros mismos, aun mucho lo parezca. Dado que es innegable que nuestras
creencias católicas y cristianas espiritualmente dan culto, y damos oración no
solo a un Dios, sino también a una Santísima Trinidad, a las distintas vírgenes,
más dispares ángeles, incluso arcángeles y también a todos los santos y muchos
beatos. Parece como si no hubiésemos renunciado a nada en todo este tiempo. En
definitiva, aquellos antiguos en la práctica, hacían lo mismo o muy parecido a
nosotros, por extraño que parezca, dado que excepto el cambio de nombre de la
doctrina y el sujeto susceptible de
recibir culto, y a quien o a quienes se dirigen los rezos, tanto para ellos
como para nosotros, la liturgia es sorpresivamente muy similar. A eso, a sus
creencias, se le llamó henoteísmo o monolatría, y que literalmente significa
“un dios”. Es la creencia religiosa, según la cual se reconoce la existencia de
distintos o varios dioses, pero solo uno
de ellos es lo suficientemente digno
de adoración por parte de los fieles. Este es un matiz excepcionalmente
relevante en este caso. Es lo que ocurría con nuestros antepasados. Pues, ese
elenco de dioses y diosas, en ocasiones, la explicación a sus muchos nombres,
no era otra cosa que la traducción en sus arcaicos y distintos dialectos de
quienes poblaban la península, y eran numerosos. Pues nosotros, somos la
selección natural, mestiza y superviviente de aquellos aventureros que
emprendieron su periplo desde la lejana península de Teke (Asia Menor): iberos, eolios, jonios, dorios, troyanos, misios, ilios, ilirios, carios,
caricos, lidios, licios, cilicios, licaones, pamfilios, pisidios, bitinios,
gálatas, medeos, paflagones, colquidios, aerios, armenios, albaneses, y más. La
lista es bastante extensa y eso, sin incluir las islas y el continente griego.
Y es que esta tierra fue la de TODOS, por eso recibió su nombre: HIS · PANIA,
traducción romana de la voz helena “Τις ΡΑΝΙΑ” de PAN “Todo”. ¿No les parece apasionante? O
acaso piensan que Roma hubiera tolerado un nombre púnico o afecto para su Magna Hispania. ¿Estamos de broma? No,
el nombre no lo dieron los fenicios. En ese sentido, la PENÍNSULA IBÉRICA es
fruto de la colonización y el establecimiento de pueblos “ELAS” o “ELAZ”, dicho
con el acento cario (carpetano). Escrito en griego antiguo ΕΛΛΑΣ “Helenos”, y
eso tanto por parte de los íberos como también de los celtíberos. Su
procedencia fue desconocida hasta hoy pero, afortunadamente, conozco bien
quienes fueron sus dioses y sus diosas, así que sé también quiénes fueron ellos,
y puedo situarlos perfectamente en el mapa. Tal vez les sorprenda o simplemente
no se lo esperen, porque es una parte de nuestra historia que no está
documentada en las fuentes clásicas pero tengo los conocimientos y la facultad
de leer la escritura ibérica y pude determinarlo: Nuestras tierras fueron
PANHELÉNICAS en la antigüedad. Sí, un auténtico “Shock”. En el caso de los Edetanos y que lógicamente eran “tanos”
por sus ritos, pues rendían culto a la madre del Sol y a su hijo el titán Elio.
Es decir que eran ILIOS o DEL ALTÍSIMO ELIO, aunque ellos eran muy respetuosos
y se dirigían a sus deidades, preferentemente, con un pronombre: TI o TIA. Y
son numerosos los detalles en los cuales podríamos detenernos a pormenorizar
respecto a La Dama pero obvio que uno de los más sobresalientes son sus
peculiares y tan majestuosos rodetes solares y que las mujeres valencianas, y
no solo ellas, sino también de otras poblaciones de nuestro país exhiben casi
endiosadas en sus celebraciones y festividades que imitan la apariencia de la
diosa madre del dios sol.
La Dama se encontró en las cercanías
de Elche y de un montículo al que los árabes llamaron como ALCUDIA, pero en
realidad Al Cudia no significa
"montículo" como se tiene por cierto, aunque he de señalar que está bien
relacionado, ya que sí hay una referencia expresa a lo que se supone es un
monte, dado que es una ELEVACIÓN, pero esa insigne denominación se recibe
gracias a la deidad en sí y no a
consecuencia del montículo. De todos modos, lo ALTO ha de estar en consonancia
con la KU·SPIDE. Eso en realidad es ALCUDIA y se trata de otro exónimo, es
decir un nombre traducido por los árabes, y asimismo en Mallorca también
tendremos una ciudad que asume este mismo nombre y no es casualidad, es por la
misma razón, se atribuye a una popular playa pero, su nombre es debido a otro
gran montículo adyacente, es decir y de nuevo, un nombre traducido del nombre
original que dieron los autóctonos y que fue denominado KU · TIA. Lo explicaré
mejor. Miren, AL- es el artículo que los árabes añadían a los nombres, es igual
a lo que actualmente representan nuestros artículos "El" o
"La". Por otro lado, CU que en origen fue "KU", es un sustantivo/adjetivo
autóctono ibérico que significa no monte sino "alto", y sabemos que
por supuesto un monte es ALTO, sí, pero esa no era la razón última por la cual
adoptaba el nombre sino justamente por la raíz sacra de “KU” y que ustedes
posteriormente conocerán escrita con letras de patrón latino como "CUM".
Fíjense, cuando decimos "cum laude" en latín o queremos expresar una
"cumbre" en español, por ponerles un ejemplo, vean como lo referimos
y sin ser conscientes de ello; que nos estamos refiriendo a algo “en” LO ALTO o
propio algo “de” ALTURA, ya sea física o conceptualmente. Y finalmente, tenemos
la desinencia “-DIA” que es una modificación del vocablo de la voz antigua ibérica
de un pronombre singular en género femenino y que se trataba de “TIA”. Metódicamente
durante el periodo de romanización en la península la “T” fue sustituida por la
“C” o la “D”. Es decir, que en realidad llamaron AL CUDIA a lo que desde antiguo
fue LA KUTIA, y ese nombre nos revela claramente quién fue La Dama, porque lo
significativo es que lleva en KU unido a TIA, intrínsecamente, su nombre
genuino: “KUTIA”.
Para concluir, KU significa
"alto" y era una palabra sagrada para definir y representar al
"altísimo" es decir (el dios Sol). Eso es lo que significó la
traducción de AL CUDIA en la antigüedad, un montículo o el lugar sagrado para
quien nosotros nombramos hoy como La Dama
de Elche pero que para ellos fue su diosa KUTIA, “Ella, Altísima” y con
mayúsculas, que es lo mismo que denominarla en nuestras palabras: LA DIOSA;
solo que ellos no empleaban ese vocablo sino que le daban culto con el nombre
de TIA. Se trata de un pronombre: “Ella”. Así pues, digamos que no otra sino “ELLA”; fue y es La Dama de Elche.