Tras su primera y nada desdeñable aproximación a los personajes en La gran aventura de Mortadelo y Filemón (2003), Javier Fesser logra con Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo (2004) la obra definitiva de este par de chapuceros agentes que el maestro Francisco Ibáñez creó en 1958. Primera incursión del director de Camino (2008) al mundo animado, la jugada no le ha podido salir mejor a Fesser, que logra no sólo la mejor película de animación de la historia del cine español, también la adaptación más fiel de las historietas de Ibáñez a la gran pantala. El film, en resumidas cuentas, tiene algo que ni la primera adaptación en carne y hueso de Fesser ni la que rodó más adelante Miguel Bardem -Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la tierra (2008)- tenían: esa locura irrefrenable, esa entrega sin complejos al porrazo y al slapstick constante que sólo la animación era capaz de conseguir. El film se nota dirigido por alguien que ama por encima de todas las cosas a sus personajes, que los conoce porque se ha devorado todas y cada una de sus historias en papel. Para prueba basta ver el agradecimiento final del director a su propio padre por haberle descubierto a estos dos iconos culturales que, por fin, tienen una película a su altura.