Reseña literaria "La mujer de un solo hombre" de A.S.A. Harrison

Una auténtica sorpresa y una lástima saber que no tendremos ninguna nueva novela suya. A.S.A. Harrison falleció antes de ver esta obra publicada y después del éxito cosechado en países de habla inglesa.

 

. A.S.A. Harrison falleció antes de ver esta obra publicada y después del éxito cosechado en países de habla inglesa.
La autora se manifiesta a través de Jodi y Todd, que en capítulos alternos, se nos presentan como una pareja ideal que se complementa a la perfección. Tienen exactamente lo que necesitan del otro. Ella psicoterapeuta, amante de su casa y de la elaboración de los mejores platos para su marido y él, un constructor que sabe disfrutar de la vida en todos los sentidos, consciente de que su maravillosa mujercita estará esperándole en casa, sembrando su hogar de auténtica paz en un ambiente exquisitamente civilizado.

Todo es tan divino, que muy pronto sabremos que el final será el rosario de la aurora, pero eso sí, siempre que a ninguno de los dos “se le mueva el pelo”. Todo es tan impecable que el lector se va trastornando a medida que los hechos modifican la psicología de la pareja, que por cierto, nunca ha tenido que compartir su tiempo en común con descendencia.

El marido gusta de alternar la serenidad que le aporta Jodi con otras mujeres que le complementan en otros sentidos y lugares. Una aventura, aparentemente pasajera, se le va de las manos a Todd. A la fémina en cuestión le dobla la edad y es la hija de su mejor amigo. Y por si fuera poco nada tiene que ver con Jodi: es absolutamente controladora y pretende remodelar de arriba a abajo la plácida y rutinaria vida de su amante.

La escritora no quiere contarnos el clásico trío y las inmundicias que rodean a una separación cuando se presenta conflictiva. De hecho, Jodi tiene la estupenda costumbre -para los dos- de mirar hacia otro lado cuando algo no le gusta o le inquieta profundamente. Y ésa, era su intención: mantener la calma y batallar en silencio, con elegancia, sutileza, reenganchando a su marido con la rutina a la que están acostumbrados y haciendo gala de la tranquilidad que supuestamente muestra con los pacientes que se someten a su terapia.

Pero, la perfección no existe; aunque conociendo a Jodi, por un momento, lleguemos a pensar que puede estar en algunos sitios en forma de hogar y en algunas personas, como ella misma.

He disfrutado una barbaridad con el halo terrorífico que va invadiendo la novela a medida que Jodi recuerda a su mentor en psicología, intentando en el pasado, adentrarse en su mente. Su opción de vida ha sido la de enterrar, acumular capas de tierra sobre las etapas vividas que no fueron demasiado agradables.

Es portentosa la habilidad de la escritora para imponernos su ritmo pausado aunque el lector tenga la necesidad de pedir más y más. Quieres saber para comprender. Es más, tiene la capacidad de provocar una curiosidad casi morbosa por conocer detalles. Si son escabrosos, mejor. Porque en realidad, aunque estén ocurriendo hechos realmente graves, Harrison se entretiene en describir sensaciones, movimientos, gestos hasta crear cierta desesperación en el estómago de quien está leyendo.

Ya sabemos que todo no es lo que parece, pero es absolutamente increíble que la evolución de los dos protagonistas nos lleve a pensar, que -a veces- es prácticamente ¡todo lo contrario! Lo que era un escenario de adoración y respeto mutuos termina siendo un marco cruel, oscuro, despiadado y finalmente, sorprendenteAdmirable.

Bravo por las novelas que como ésta, consiguen contarnos dos mundos distintos habiéndonos presentado de entrada, tan sólo uno. Hacía mucho tiempo que un final no me hacía disfrutar de esta manera. 

UNETE



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