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Todo por el fanatismo religioso, todo por la falta de respeto a la diversidad de credo, todo por el valor a enfrentar que cada persona tiene el derecho a expresarse libremente, pero ese expresar no implica faltar respeto.
Repudio totalmente los atentados terroristas, pienso que son cobardes disfrazados de “valientes” que por un motivo irracional cometen aberrantes hechos a nombre absurdamente de quien “prediquen”.
Me permito decir que aquello que supuestamente es una “religión”, no hiere, mata, ofende, oprime o persigue.
Esos atentados en Paris, son completamente repudiables, y a su ves nos lleva a la interna reflexión del respeto, porque se puede diferir en credos, religiones, ideales políticos, pero jamás utilizar esa diferencia para ofender o herir, y me explico en claro para que quien no tiene una mente compleja fustigue mi opinión; ¿porque faltar a lo que para otros es sagrado, solo por diferir?, si en ello se puede desatar la violencia y el derramamiento de sangre, hay que recordar ese dicho puertorriqueños que dice; “lo que es igual, no es ventaja”, diferir amigos y amigas no es licencia o carnet para ofender, herir, matar cobardemente.
Todos hemos de diferir a lo largo de nuestra existencia, pero es de valientes los que en plena diferencia saben dar a respetar su opinión, sin atacar sordamente la de la otra persona.
Para diferir correctamente, se necesitan oídos que no oigan, sino que sean capaces de escuchar, de digerir con sabiduría y discernimiento lo escuchado y cuidada la voz en lo que de dice.
Triste ha sido, triste es y mas triste ha de ser, que al paso de los años se continúe derramando sangre inocente por causa de la intolerancia, fanatismo absurdo, sea político, religioso, social, en fin, de toda esa xenofobia que se vive y desgarra los cimientos de la vida.
“Libertad en el alma es pureza en la conciencia”
Si se tiene libre el alma, se actúa con sabiduría y se lleva hasta el tope el ejercer la verdadera prudencia, respetando opiniones sin ser víctimas de imposiciones.
¿Cuanto duran las marchas y luchas?, ¿cuanto tiempo se alberga en nuestros corazones la indignación por los atentados terroristas que a diario se ven en los diferentes medios?, ¿cuando aprendemos que diferir no es matar o destruir?, ¿como saber identificar que ese “credo”, “ideal”, “entorno” se va mas allá de la verdad y lo justo?...
...Muchas preguntas que podemos realizarnos a nosotros mismos y por ende, también a nuestra sociedad.
“La paz no viene en armas, ni en la sangre derramada”
Es obligación nuestra como ente informativo, hacerlo correctamente, porque de lo contrario, estaremos sujetos por error de comentarios sin conciencia a el dedo acusador.
Esa paz no es licencia para el derramamiento de sangre.
En las múltiples definiciones de Profeta en los medios, ninguna dice que el mismo debe matar, herir, violar, sodomisar, perseguir, oprimir, torturar, secuestrar, ofender, en su mayoría dice:
“El término profeta proviene del lenguaje religioso y se refiere a una persona que sirve como intermediario entre la humanidad y la divinidad.”
Somos nosotros los que tristemente utilizamos en ocasiones lo “sagrado” para lograr otros fines, embaucando incorrectamente a quienes quizás buscan un bien para sus vida y la de los suyos, y no una vil y cobarde imposición a conveniencia.
“Quien lucha con la justa palabra en su boca, conciencia y corazón, no aturde con tristeza y vileza de una cruel imposición” Un medio informativo debe siempre hacerlo con la plena convicción de aquellos que responsablemente lo hacen con veracidad, sin dejarse utilizar por medios externos, con respeto, sabiendo que es mas importante difundir un buen mensaje que no cree conflictos, guerras, derramamiento de sangre, en fin, que si se difiere, se respete, porque los que somos parte de los medios, no podemos faltar a lo que para otros es “sagrado”, si se sabe que ello pueda desatar lo que por desgracia sucedió en Paris, es cuestión de balance en el derecho a la libre expresión, porque cuando ese derecho se convierte en medio atacador por alguna razón, obviando consecuencias, algo esta mal en la mente de quien escribe o transfiere su opinión.
Bajo ningún concepto se justifican los medios violentos, jamás, pues quien los utiliza es cobarde e insensato, porque quien no sabe respetar las diferencias, imponiendo voluntades, es simplemente un cobarde.
Que este presente suceso en Paris, nos haga reflexionar sobre expresar con conciencia, con determinación, pero sin ser parte del problema a denunciar, que si vamos a hablar de derechos a la libre expresión, en ello no ataquemos aquello que pueda desatar la violencia, que denunciemos con propiedad, pero no con insensatez, que ataquemos el problema sin sumarnos a la sustancia a la la cual se está atacando.
“Retener las propias convicciones no es incompatible con abandonar una actitud tradicional de rivalidad y hostilidad hacia las personas cuyas convicciones difieren de las nuestras.”
(Arnold Joseph Toynbee)