Animado por eso de las raíces vigorosas que nos dice el gobierno, durante
estos dos últimos meses he estado pendiente de las noticias económicas para
comprobar si eso era cierto. Y parece que lo es.
Durante días, he leído
detenidamente los titulares de los periódicos en la sección de economía. Entre
los cientos de titulares, he recogido los siguientes: “Gas Natural Fenosa gana
1.239 millones hasta septiembre, un 10,6% más, por plusvalías”; “Banco
Santander obtuvo un beneficio de 4.361 millones hasta septiembre, un 32% más”; “IAG mejora su previsión para 2014 tras multiplicar por nueve el beneficio: sus
ingresos aumentaron un 3%”; “NH
Hotel Group vuelve a beneficios en el tercer trimestre”; “BME mejora un 25% sus beneficios en el tercer
trimestre: el grupo gana 40,5 millones de euros entre julio y septiembre”; “Repsol gana 1.646
millones de euros hasta septiembre, un 28% más”; “El grupo Telefónica logra un
beneficio neto de 2.849 millones de euros hasta septiembre”; “Banca March
aumentó sus beneficios el 108% en
el tercer trimestre”; “Santander y Telefónica, líderes en beneficios y ventas”; “Banco Sabadell obtiene un
beneficio neto atribuido de 265,3 millones de euros, un 42,5% más que tras el
mismo período del año anterior”, etc., etc., etc. Como podemos ver, la economía
va viento en popa a toda vela. Beneficios y más beneficios. Sin embargo, a mí
hay cosas que no me cuadran.
Después de mirar todos estos titulares, me he ido a mirar mi nómina.
Haciendo cálculos, he visto que entre las subidas de precios, las subidas de
impuestos directos e indirectos, la eliminación de las pagas extras y la rebaja
de sueldo, cobro un 21% menos que hace tres años. Esto, lógicamente, no me
coincide con las fantásticas noticias económicas, ya que mientras las empresas
aumentan sus beneficios, yo –y el resto de trabajadores españoles- aumentamos
nuestras pérdidas. Para explicar esta situación, he rebuscado y rebuscado hasta
encontrar la razón. Esta semana pasada, la web de Zero hedge publicaba una
gráfica demoledora donde se demostraba que las compañías tenían cada vez
mayores beneficios gracias a pagar menos a sus empleados. Para seguir
manteniendo beneficios, desde el año 2007 las empresas han despedido a cientos
de miles de trabajadores y han rebajado el sueldo a los que les quedaban. De
esta forma se explica que el banco de España dijera estos días que "El sector empresarial ha dejado atrás los elementos de
ajuste propios de una crisis", ya que las empresas no financieras han
tenido en los primeros nueve meses del año un 62,4% de crecimiento de los
beneficios cosechados. Y así se explica también que -según la revista “Forbes”-, las 100 grandes
fortunas de España aglutinen 164.424 millones, el equivalente al 15,6% del PIB.
Con todos estos datos en las manos, uno se da cuenta de que los
beneficios de las grandes empresas se sustentan sobre la miseria y el hambre de
sus trabajadores. En esta crisis que padecemos, las empresas siguen manteniendo
beneficios, sus directivos siguen cobrando enormes fortunas, y en caso de
pérdidas, el estado –con el dinero de todos- saldrá a su rescate. Con un modelo
económico como éste, queda claro que nuestro actual sistema político, económico
y social es absolutamente indefendible.