. Ya sabemos que no se trata de quitarle los patines a unos, sino que
de colocárselos a los otros. Pero en una cancha pareja, con igualdad de
oportunidades. Sabemos también que no basta con un PIB más alto: se requiere
cohesión, confianza entre las personas, sentido de pertenencia, mayor inclusión,
pasar de la política de los atrincheramientos, mentalidad de Ghetto, a la de
cooperación y colaboración; combinar creadoramente ambas virtudes de manera que
devenga en una espiral virtuosa y no estéril. Crecer en solidaridad y
conciencia de mutua pertenencia. Solo así, todos ganamos.
La sociedad no es una suma de
individuos aislados; su integración es lo propio humano. "La fraternidad
genera paz social, porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre
responsabilidad personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el
bien común" dice el Papa. Crear sociedad supone responsabilidad por el
otro, lo que redunda en mi propio bien. Para ello, debo sentirme comprometido
con quien tengo a mi lado. Añade el Papa: "La solidaridad
cristiana entraña que el prójimo sea amado no sólo como «un ser humano con
sus derechos y su igualdad fundamental con todos», sino como «la imagen
viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la
acción permanente del Espíritu Santo», como un hermano".
Lo propio cristiano es lo
solidario; incluir al otro, esperar al rezagado, tender una mano al caído. Esto
que pareciera exclusivo de una mirada religiosa, no lo es. Lo cristiano viene a
ser lo humano. Pensar y buscar el bien del otro me conviene, conviene a todos.
"La falta de fraternidad
entre los pueblos y entre los hombres es una causa importante de
la pobreza" dice el Santo Padre. La mejor inversión de quien tiene, y
si quiere tener más legítimamente, será ir en ayuda de quien tiene menos. "Se
necesitan políticas dirigidas a atenuar una excesiva desigualdad de la
renta" dice el Papa. Al final ganamos todos. "Las graves crisis
financieras y económicas –que tienen su origen en el progresivo alejamiento del
hombre de Dios y del prójimo, en la búsqueda insaciable de bienes materiales,
por un lado, y en el empobrecimiento de las relaciones interpersonales y
comunitarias, por otro– han llevado a muchos a buscar el bienestar, la
felicidad y la seguridad en el consumo y la ganancia más allá de la lógica de
una economía sana". Bien haríamos en revisar la forma de construir sociedad
y nuestros estilos de vida. Ganamos todos.Hugo Tagletwitter: @hugotagle