¿Porque
están llegando al absurdo de provocar el bloqueo diario de las cuentas de Redes Sociales en México, que son criticas
con las acciones de gobierno, aun cuando no violan ninguna Ley, ni los derechos
de terceros?.
¿Que
no les basta tener controlada a la mayoría de los medios tradicionales: TV,
radio, diarios, revistas?.
Eso
es una flagrante violación de los Derechos Humanos a la Libertad de Expresión y
de Información.
La
agresiones a los medios y periodistas independientes, tanto físicas como
virtuales no cesan. En México se intenta imponer, a fuerza, la “verdad oficial”
del gobierno, que contradice abiertamente la realidad.
El
descontento es general, la irritación, crece cada dìa.
¿Porque
es que algunos gobernantes, a quienes en publico les llena de gozo hacerse
llamar "demócratas", con sus hechos demuestran tanto miedo y
desprecio a los Derechos Humanos, en particular al de la Libertad
de Expresión?.
Paradójicamente,
no bien han tomado posesión de su cargo, protestando guardar
la Constitución y las leyes que de ella emanen, cuando
ya están maquinando como restringir nuestras mas sagradas libertades
y derechos humanos.
Para
ellos toda la información debe traducirse en propaganda a su favor y
no hay mas verdad que sus "verdades oficiales". Por lo tanto la
libertad de expresión dentro y fuera de las Redes Sociales les
significa un riesgo intolerable que debe ser sometido y controlado.
El
miedo, en términos generales, es una emoción irracional que se genera por la
percepción de un supuesto peligro, sobre todo cuando estamos frente a algo que
no se conoce, que no se puede controlar, y que por lo mismo inspira enorme
desconfianza. En su génesis y desarrollo juegan un papel preponderante la
sugestión y la imaginación.
El temor, en cambio es una emoción de corte más racional, que surge del saber
que algo o alguien es capaz de causarnos un daño; proviene de una experiencia,
propia o ajena, que nos alerta de un riesgo o peligro real. Es un sistema de
alarma bien calibrado (1) y en su génesis y desarrollo, individual o colectivo,
juega un papel preponderante la memoria.
Algo que nos inspira confianza, rara vez puede producirnos miedo y mucho menos
temor.
El fenómeno de las redes sociales, es algo muy reciente. La verdadera magnitud
de sus alcances en el desarrollo de la vida social y política esta aun por
descubrirse. Inspira una gran confianza dentro de sus integrantes, y gran
desconfianza y aun miedo o temor acérrimo entre los detentadores del poder
enemigos de la democracia.
Pero aun con todo lo que falta por descubrirse acerca de ellas, está fuera de
discusión que las redes sociales resultan ser un factor imprescindible de
conocimiento para el bien de la Democracia.
· La confianza dentro de las Redes Sociales:
Los vínculos iniciales en la inmensa mayoría de las Redes Sociales se
establecen con aquellas personas en las que se tiene un cierto grado de
confianza, producto esta de una mayor carga emocional y afectiva que racional,
porque se deriva de la familiaridad, amistad o conocimiento que nos une con
ellos.
De esta forma, se integran verdaderas redes primarias de confianza, entre
familiares, amigos o conocidos, que a su vez se comunican y comparten vivencias
y todo género de información con otras, integrando otro nivel de redes
secundarias o ulteriores dentro de las que permea una gran parte del principio
de confianza depositado en la red inicial. (2)
La confianza ayuda, como lo afirma Luhmann (3), a reducir la dramática e
inasible complejidad total del entorno real en que vivimos, proyectándola bajo
la forma de un universo más simple y comprensible, confiable, haciendo posible
la libre y espontanea convivencia virtual, en un espacio plagado de comentarios
y charlas amistosas o familiares, propias de este tipo de relaciones, a las que
se suman en menor medida mensajes de contenido informativo.
Por esa confianza en los emisores de nuestras respectivas redes primarias, se
suma otra cualidad, la credibilidad que se atribuye a los mensajes que
provienen de aquellas personas con las que sentimos afinidad de cualquier
clase.
Entre los mensajes “retuiteados”, inspira siempre un mayor grado de confianza
aquel que proviene de un emisor en quien confiamos, que otro que recibamos de
algún desconocido. Al primero se le suele conceder, además del valor objetivo
que pueda poseer el mensaje, el del afecto y la cercanía.
Cuando recibimos el “retuit” de un familiar o amigo, le otorgamos casi sin
resistencia la presunción de haber pasado por su propia criba de confianza.
Esta cualidad de la confianza convierte a las redes sociales en un factor de
información imprescindible para difundir riesgos o amenazas graves en torno a
la integridad física de las personas con el fin de advertirles de algún
peligro, inminente o potencial, para ellos y sus familias, y permitirles
ponerse a salvo.
Pero este valor inapreciable las redes sociales es algo que todavía no alcanzan
a procesar serenamente algunos gobernantes que por su propia inseguridad ven en
toda clase de libre ejercicio democrático un riesgo a sus dictados, y no la
sana práctica de los Derechos Humanos a la Libertad Expresión y a la Seguridad
Publica que pertenecen a todas las personas.
Fuera de los ambientes de familiaridad y afecto, la confianza no se pide
simplemente y se recibe como un don gracioso; se gana y se cultiva a través del
valor objetivo inmerso en los mensajes que, en las redes sociales como Twitter,
exigen un alto nivel de análisis e inagotables creatividades y capacidad de
síntesis. Es una habilidad que conjuga la agudeza del analista de altos vuelos,
con la destreza propia de los cabeceadores de noticias que se adquiere a lo
largo de arduos años de ejercicio en la redacción.
En Twitter, se trata de dar la más compleja esencia del mensaje en tan solo 140
caracteres. Esto la convierte en una tarea muy tortuosa para el demagogo,
acostumbrado a los rollos exuberantes que facilitan su tarea de disfrazar sutil
o burdamente sus mentiras.
El mundo real es sumamente complejo, y a lo largo de los años la experiencia
nos enseña a discriminar de todo el caudal de información que recibimos aquella
que, de primera mano, nos parece engañosa o francamente falsa, que no merece nuestra
confianza. Dentro de esta categoría caen de forma casi automática las promesas
de la inmensa mayoría de los políticos y las verdades oficiales que emiten sin
ningún pudor algunas autoridades, en evidente contradicción con la realidad y
que de inicio se reciben con desconfianza.
En estos casos, las redes sociales cumplen además la función de una mente o una
memoria colectiva en libertad, con fines distintos al acondicionamiento,
uniformidad y conformismo a los que hace referencia Huxley (4) en su Mundo
Feliz.
La rancia formula goebbelsiana por la que una mentira repetida mil veces pasa
por verdad, que había demostrado eficacia en aquellos ambientes informativos en
los que se controla sutil o abiertamente el contenido y enfoque de la
información, porque operan en forma unidireccional, sin permitir la
retroalimentación critica compartida, no encuentra soporte en las redes
sociales, en gran medida por sus posibilidades de feedback, y por el ejercicio
critico que se ejerce en forma casi instantánea.
Por esto, además, las Redes Sociales en la Web, general altos grados de
cohesión social.
La información y la noticia se difunden en tiempo real, y casi inmediatamente
se produce no una, sino multitud de respuestas, datos, opiniones y criticas que
permiten ubicarla dentro o fuera de la credibilidad. A forma de moción en este
aspecto, podemos decir que estamos siendo participes de un cambio de paradigma
en la noticia y en su periodo de vigencia. Casi todo lo que se publica al día
siguiente en los medios impresos, o en los electrónicos, sin aportar algo
adicional, ya es historia y no se compra.
La confianza dentro de las Redes Sociales en la web, ha resultado ser un
verdadero exorcismo contra la desintegración y dispersión social que favorecen
al autoritarismo y sus intentos de control social.
· El miedo a las Redes Sociales:
El valor de la confianza y credibilidad que la población está descubriendo en
las redes sociales para enfrentar con enormes posibilidades de éxito a la
manipulación del Leviatán, mediante un ejercicio democrático compartido, ha
despertado el insomnio de los controladores de la información.
Este valor que representa la confianza se ha convertido en un verdadero dolor
de cabeza, una amenaza para sus intereses que rebaza con mucho su capacidad de
comprensión.
¿Como
es que, aparentemente de la nada, surge una oleada de criticas a esas
"verdades oficiales" o actos autoritarios que con tanto esmero se
cuidaron de disfrazar como buenas y veraces, u ocultar de plano?, y peor
aun ¿de donde es que aparece un numeroso grupo de ciudadanos protestando en
forma pacifica y respetuosa ante sus oficinas en contra de esa medida lesiva a
los intereses ciudadanos que tanto les ha costado disimular?.
¿Como
es que esos Twitteros o Fecebokeros se comunican y convencen de tomar parte?,
es algo que escapa a la comprensión de aquellos gobernantes que son
verdaderos analfabetas ciberneticos. Pero mientras tanto, eso para ellos
representa una amenaza que hay que eliminar.
Para
eso intentan de todo, desde la persecución e inclusive el
encarcelamiento de quienes, en su personal opinión, han cometido el infame
delito de alertar a sus familiares o conocidos de un riesgo o
amenaza, real o potencial, pero amenaza al fin, para que se protegieran a si
mismos y a sus familias.
Pero
el motivo real de ese miedo irracional se esconde detrás de argumentos
falsos, tales como el "orden publico", cuando realmente es su
incompetencia para gobernar la que les impide garantizar la Seguridad Publica a
que tenemos derecho todas las personas.
El
tamaño de su miedo a las Redes Sociales es proporcional a su incompetencia para
gobernar dentro de un Estado de Derecho.
Por
eso, a esos anti demócratas les preocupa sobremanera seguir controlando
la información, reducirla a su mínima expresión, o
cooptarla para convertirla en propaganda que difunda ese "mundo
feliz", que solo existe dentro de su imaginación.
¿Cómo inducir sus “verdades” o “desinformación” dentro de esas redes de
confianza de una forma sutil y convincente, cuando todo intento por más
sofisticado que parezca de difundir su propaganda o verdades oficiales, se
estrella frente a la inapelable decisión de dar un clic sobre el botón
“unfollow” de Twitter, desconfirmar la solicitud de “amigo” en Facebook, o en
los “círculos” de Google+ ?.
Esa libertad de elección entre seguir o no seguir, inspirada en el valor de la
confianza, que es inherente a las redes sociales, las ha convertido en un
baluarte de nuestros sistemas que aspiran a ser verdaderamente democráticos, y
que como un plus inesperado a traído a nuestras vidas la Era del Conocimiento.
Y aunque a los controladores de la información siempre les queda la esperanza
de que su propaganda disfrazada de mensajes, puestos a circular en redes
artificiales de seguidores, creadas exprofeso para esos fines, pueda llegar de
algún modo a penetrar los círculos de confianza establecidos por los usuarios
en sus redes primarias, esa esperanza suele desvanecerse frente a la
imposibilidad de mantener una relación bidireccional creíble y permanente.
Así aunque la propaganda política en las redes sociales se difunde
inevitablemente, suele percibirse solo como un molesto ruido, que no trasciende
más allá de los falsos seguidores artificiales que los mercaderes de la web
venden a los políticos ingenuos, o a los que siendo conscientes de las
limitaciones de estas estratagemas mercadotécnicas se conforman con dar las
apariencias de poseer grandes legiones de seguidores.
En la práctica esas redes artificiales de seguidores, aunque efectivamente
puedan aportar transitoriamente alguna imagen de popularidad, carecen de
trascendencia cuando les falta el ingrediente de la confianza.
No obstante, no puede descartarse que ese miedo a las Redes Sociales, impulse a
distintas agencias gubernamentales a crear sus propias redes artificiales de
seguidores, para simular aceptación o aquiescencia con sus “verdades
oficiales”, y aun intentar desinformación o guerra sucia virtual.
En tiempos ordinarios a muchos políticos y gobernantes les basta con mantener
las apariencias, es algo que les conviene interna y externamente, les resulta
muy confortable mirarse en el espejo que se han fabricado a la medida; pero en
vísperas de elecciones, una discrepancia generalizada con la veracidad de su
“mundo feliz”, puede tener efectos plebiscitarios con resultados desastrosos,
del tal magnitud que no puedan revertirlos a través de su control de los
procesos electorales.
Por
eso es que se empeñan en reglamentar la Libertad de Expresión dentro de
las Redes Sociales.
Afortunadamente
para los integrantes de las Redes Sociales en México, la
Constitucion Política garantiza el Derecho Humano a la Libertad
de expresión, tal y como ocurre en los países democraticos del
Mundo, y por lo tanto las absurdas pretensiones regulatorias de esos
enemigos de la Democracia, no pueden contravenir lo dispuesto en nuestra Carta
Magna.
La Manifestación de las ideas no sera objeto de
ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que
ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito o
perturbe el orden publico. (Articulo 6)
En los Estados Unidos Mexicanos, todas las personas gozaran de los
derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de
las garantías para su protección, cuyo ejercicio
no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece. (Articulo 1)
Bajo
esos términos, ninguna ley, reglamento
o disposición administrativa puede restringir nuestro sagrado Derecho
Humano a la Libertad de Expresión dentro y fuera de las Redes
Sociales. Quienes lo intenten estarán destinados a perder todos los
juicios de Amparo que se promuevan en su contra con base en esas causas
legitimas y justificadas, ademas de ser exhibidos en la "Aldea
Global", como lo que son.
(1) André, Christophe; Psicología del
Miedo, temores angustias y fobias; Kairos; Barcelona, España; 2005.
(2) Ver: Las Redes Sociales en la Web,
del autor; http://adiazpi.blogspot.com/2011/09/las-redes-sociales-en-la-web.html
(3) Luhmann, Niklas; Confianza; Editorial
Anthropos, Universidad Iberoamericana, Instituto de Sociología de la Pontificia
Universidad Católica de Chile; 1ª edición; Barcelona, España; 1996.