En esta ocasión todo un honor para mi
poder entrevistar al que ya considero un amigo, gran profesional y
amante de la cultura material e inmaterial, Antonio Espinosa Ruiz,
no podía faltar entre los entrevistados. Gracias por tu cercanía, tu
sinceridad y todos los conocimientos que nos aportas en esta entrevista y
por dejarme por lo poco que te conozco, aprender tanto de ti de
verdad. Gracias por todo
¿Quién es Antonio Espinosa Ruiz?
Es
una persona empática; atea, desde luego; que tiene la suerte de
trabajar en lo que le gusta pero la mala suerte de hacerlo demasiado; a
la que le apasionan su familia y las ciencias —sobre todo la historia y
la astronomía—; y que cree que todos/as somos absolutamente iguales, por
lo que se esfuerza en trabajar para personas de todas las capacidades y
aprender de todas las personas y culturas (y que por eso jamás trata de
usted a nadie, ni permite que nadie lo haga con él).
Vila
Museu es una de las colecciones museísticas más importantes de la
Comunidad Valenciana, con piezas únicas en la Península Ibérica. Y, por
si fuera poco, nos encanta que los visitantes disfruten, se sientan
cómodos, interactúen con los científicos, hagan cosas sorprendentes y
divertidas que ni se imaginan.
¿Cuál es el cargo que ocupa actualmente al frente de Vilamuseu en Villajoyosa?
Soy
director de Vilamuseu, la Red de Museos y Monumentos de Villajoyosa; y
también doy algunas clases como profesor asociado de arqueología en la
Universidad de Alicante. Ya digo, trabajo demasiado; pero es que también
me encanta la docencia (¡aunque por ello no me paguen más de 2 € por
hora!).
¿Qué puedes destacar de tu centro y por qué la gente debe ir a visitarlo?
Vilamuseu
va a ser uno de los museos más accesibles e inclusivos del mundo,
diseñado (tanto el edificio como el contenido) para todas personas.
Además, es una de las colecciones museísticas más importantes de la
Comunidad Valenciana, con piezas únicas en la Península Ibérica. Y, por
si fuera poco, nos encanta que los visitantes disfruten, se sientan
cómodos, interactúen con los científicos, hagan cosas sorprendentes y
divertidas que ni se imaginan. Somos científicos un poco payasos, sí.
La arqueología es historia, y por tanto es
el pasado de la sociedad. Ya ocupa un enorme hueco de 2 millones de
años. Son los cimientos sobre los que construimos nuestro presente y
nuestro futuro, nos guste o no
¿Qué tipo de actividades, talleres, cursos, ponencias, etc. nos vamos a encontrar al llegar a tu centro?
¡Uf,
muchas cosas! De todo tipo. Tenemos una agenda variadísima, incluso
ahora que todavía no tenemos museo (abriremos hacia comienzos de 2015).
Hacemos desde visitas teatralizadas a recreación histórica romana
(FESTVM ALONIS, hacia finales de abril), observaciones
arqueoastronómicas públicas, más todo tipo de exposiciones,
conferencias, cursos… Pero creo que una de las cosas que más le va a
gustar a la gente es ver cómo trabajamos en los laboratorios, en el
sótano, desde cualquier planta del museo, e incluso bajar a los
laboratorios con los guías y que los investigadores paren su trabajo 5
minutos para contarles lo que están haciendo en ese momento.
¿Crees que la arqueología se tiene que hacer un hueco en la sociedad?
La arqueología es historia, y por tanto es
el pasado de la sociedad. Ya ocupa un enorme hueco de 2 millones de
años. Son los cimientos sobre los que construimos nuestro presente y
nuestro futuro, nos guste o no. Lo voy a explicar con un ejemplo un poco
tonto, pero muy real: si no hubiese historia, los equipos de fútbol
estarían condenados a jugar todos los fines de semana la primera jornada
de la primera liga, la de 1929, porque no se conservarían los
resultados de la semana anterior. Sospecho que a muchos/as lectores/as
no les haría ni pizca de gracia (sobre todo a los/as seguidores de Real
Madrid o Barcelona). Pero tampoco sabríamos que procedemos de un
animalito similar a la musaraña, o que hubo diferentes especies de
humanos de las que solo quedamos los “homo sapiens” (aunque aún existen
nuestros primos los bonobos, con los que compartimos el 98% del ADN), o
que las ánforas romanas funcionaban igual que los tetra-briks, o que
podemos cambiar la historia con nuestras acciones, sobre todo si lo
hacemos muchos a la vez. La arqueología es apasionante, es ciencia (y
por tanto estudia la realidad, busca la verdad, no como la religión o la
magia) y nos conecta profundamente con lo que somos; nos da
explicaciones auténticas, no fantásticas, arcaicas o salidas de vetustos
libros llenos de dogmas y de cuentos, inventados cuando apenas
comprendíamos el mundo que nos rodeaba. Aun así, me encanta la historia
del pensamiento humano, el significado de los símbolos sagrados y
mágicos, y la novela está llena de eso.
Yo
decía a mis compañeros de carrera en la Universidad Autónoma de Madrid
que yo estudiaba arqueología porque me gustaba contársela a la gente, y
algunos me miraban como un bicho raro. Hoy ya no es tan raro.
¿Es
necesaria la divulgación a través de publicaciones para conocer más de
cerca la Arqueología? Cuentas con numerosas ponencias...
Sí,
es necesario ese esfuerzo. Muchos/as arqueólogos/as, como colegas de
otras ciencias, dedicamos bastante tiempo a eso, aunque no podemos
olvidarnos de investigar, participar en congresos…; si no, no
evolucionaría la arqueología. Yo decía a mis compañeros de carrera en la
Universidad Autónoma de Madrid que yo estudiaba arqueología porque me
gustaba contársela a la gente, y algunos me miraban como un bicho raro.
Hoy ya no es tan raro.
Soy fan declarado de Hipatia de Alejandría, Giordano Bruno, Baruch
Spinoza, Galileo Galilei y quienes se mantuvieron firmes defendiendo la
verdad, aunque hubiesen de pagar en sus carnes para abrirnos a todos los
ojos y hacernos ver la luz de la ciencia.
¿Qué nos podrías contar de tu experiencia como docente en la materia que te ocupa?
Que
me apasiona la docencia. Algunas profesoras y profesores, desde
primaria a la Universidad, me marcaron tanto que me gusta pensar que yo
he podido provocar ese mismo efecto en otras personas, que he podido
ayudar a alumnos y alumnas a sacudirse prejuicios, tópicos, actitudes no
científicas o pajaritos de la cabeza, como una vez me ayudaron a mí.
Llevo ya quince años en la UA como profesor asociado y creo que he
aprendido tanto de las alumnas y alumnos como ellas (y lo diré en
femenino porque he tenido más alumnas) de mí.
Como arquéologo, ¿con qué época de la historia te quedas, o cuál te parece más apasionante?
¡Todas!
Anteayer fue apasionante, hoy es apasionante… Pero me muevo con más
soltura en la época romana. Me atrae porque llegaron a unos niveles
sociales y culturales muy similares a los que nosotros/as recuperamos
con la democracia, ¡dos mil años después! Las romanas podían abortar y
se podían divorciar; gran parte de la sociedad del s. I era atea; muchos
científicos ya sabían que la tierra era redonda, que giraba en torno al
sol… ¡A tantos otros quemaron, torturaron o represaliaron en tiempos
modernos por pensar eso mismo! Soy fan declarado de Hipatia de
Alejandría, Giordano Bruno, Baruch Spinoza, Galileo Galilei y quienes se
mantuvieron firmes defendiendo la verdad, aunque hubiesen de pagar en
sus carnes para abrirnos a todos los ojos y hacernos ver la luz de la
ciencia.
¿Crees que es imprescindible la difusión de la cultura en nuestra sociedad a través de la arqueología y de la historia antigua?
Sin
duda. Y difundir la cultura para mí es difundirla y defenderla toda,
también la magia o la religión, aunque no me las crea. Me he partido la
cara peleando por el patrimonio religioso y difundiéndolo con el mayor
de los respetos, como por cualquier otro. Eso sí, me gustaría algún día
parecerme un poco al gran divulgador del s. XXI, Carl Sagan, aunque él
era astrofísico. Hasta lo más difícil, contado por él, parece sencillo y
apasionante: sus escritos son una divertida y fabulosa obra de arte. Y
ya que hablamos de libros recomiendo vivamente su obra Cosmos, que aunque ya tiene unos años está de rabiosa actualidad; y su obra póstuma, El mundo y sus demonios,
en la que, por ejemplo, analiza las posibilidades de que en todas las
tortillas de patatas que se hacen en el mundo en un solo día aparezca
una cara de Jesucristo, o desmonta asuntos que son más un negocio
editorial que otra cosa, como los OVNI. (He de reconocer, no obstante,
que me encanta el cine de ciencia-ficción).
10. ¿Existe la posibilidad de la realización de visitas a tu centro? ¿Cuál es su horario, ubicación, etc.?
Se
puede visitar la Casa Museo la Barbera dels Aragonés, un palacete
romántico con mil historias que contar (¡y la antigua casera jura que
con fantasmas!). Y a comienzos de 2015 Vilamuseu. Pero también se puede
visitar el santuario íbero y romano de la Malladeta, el pecio Bou Ferrer
(es el mayor barco romano en excavación en el Mediterráneo, y el
primero del Estado español con visitas subacuáticas guiadas), las torres
vigía, las murallas, la torre de Sant Josep (la mayor torre funeraria
romana que se conserva en Hispania), la iglesia-fortaleza gótica y
tantas otras cosas. Villajoyosa es una de las 9 principales ciudades
históricas monumentales valencianas. Toda la información está en la web www.vilamuseu.es,
y en las redes sociales Facebook y Twitter (Vilamuseu). Añadimos
contenidos casi todos los días, para que todo el mundo esté tan al día
como nosotros mismos. Compartimos la información en tiempo real porque
no es solo nuestra, es de todos/as.
Quiero
transmitir que los/as romanos/as eran muy parecidos a nosotros/as. Por
eso la novela se fija bastante en las experiencias personales, en los
sentimientos, en las sensaciones, los colores de las calles, los olores
de las cocinas, los tabúes, la magia, los amuletos, los dioses y diosas
propios y extranjeros, la política, el sexo…: nada que no tengamos hoy.
11. Un día Antonio Espinosa coge "papel y boli" y escribe Ojo de baco...
¡Sí!
Estaba en un proyecto de la Unión Europea y tenía que tomar algunos
aviones. Eso fue allá por 2003-2004, hace diez años. Me aburría en los
aeropuertos, así que cogía el bloc y me ponía a escribir. Necesitaba
escribir. En realidad también era una terapia para soltar lo que tenía
dentro.
12. Qué es lo que nos deseas transmitir con esta novela y por qué te decides a escribirla?
Quiero
transmitir que los/as romanos/as eran muy parecidos a nosotros/as. Por
eso la novela se fija bastante en las experiencias personales, en los
sentimientos, en las sensaciones, los colores de las calles, los olores
de las cocinas, los tabúes, la magia, los amuletos, los dioses y diosas
propios y extranjeros, la política, el sexo…: nada que no tengamos hoy.
Hay un hilo conductor detrás, que es el ascenso del emperador Adriano al
poder y lo que ello supuso. Adriano es un personaje apasionante: lo
intentaron asesinar varias veces (de hecho, se juntaba con todo el mundo
y era muy difícil de proteger), marginó a los vetustos miembros del
Senado, se rodeó de hispanos como él (le tuvieron que poner un logopeda
para quitarle el acento bético, es decir, andaluz de la época) y
protagonizó buena parte del siglo de oro de Roma. Pero intento que
quienes lean el libro se identifiquen con personajes tan normales como
ellos/as, que por circunstancias de la vida se ven envueltos en líos
tremendos.
13. Cuánto tiempo le dedicas a la realización de la novela, su documentación, etc.?
Fueron
9 años de trabajo intermitente. En unas épocas le dediqué más tiempo
que en otras, pero nunca la dejé. Al principio tuve que leer mucho.
Escribir esta novela también fue una excusa para leer historia y vida
cotidiana de Roma, que para un arqueólogo es muy importante, porque te
hace sentirte historiador, que es lo que somos.
14. ¿Cuáles son las claves de la misma?
La
primera: es una metáfora del paso de la niñez a la juventud. En cierto
modo, la novela es un rito de paso. Celso llega a Ostia siendo un crío y
sale hecho un hombre, en todos los sentidos. Descubre los peligros del
poder y las armas, las costumbres sexuales romanas, los riesgos de la
magia, la fascinación por lo desconocido… Procede de una familia de
valientes, casi de temerarios. Él mismo se va a ver con el agua al
cuello por esta razón.
La segunda: la
novela es un homenaje al principio femenino, encarnado en la diosa
Venus, pero también en la etrusca Turan, en la egipcia Isis, en la
oriental Cibeles… No es una novela feminista, porque estamos en época
romana; pero es muy femenina. Por eso la novela está decorada con tonos
verdes, como el agua de los lagos, el color de la diosa madre desde el
Neolítico. Descubriremos los objetos de cobre, el número Sagrado de
Venus (el 6) y tantos otros atributos, nombres y creencias sobre la
diosa del amor, de la buena suerte, de las prostitutas… No me pude
resistir a despedirme al estilo de los libros católicos (que acaban con
el colofón “Laus Deo”, “¡Alabado sea Dios!”, para agradecer su
conclusión); así que Ojo de Baco acaba con “Laus Veneri Callipygae”
(“Alabada sea Venus, la de las bellas nalgas”), una expresión muy
romana. Sinceramente, prefiero las nalgas de Venus que la ira de Dios.
La
tercera: la embajada del año 166 a China es un hecho histórico que
quedó reflejado en las crónicas de la dinastía Han, aunque no en las
romanas. Es muy probable que realmente ocurriera, aunque estuvo envuelta
en circunstancias extrañas para las que la novela ofrece una posible
explicación. Me fascinaba la idea de mezclar los dos grandes imperios y
agitar el cóctel a ver qué sucedía. Incluso la llegada de un tratado
astronómico romano por aquellas fechas a la corte de Huan Di está
contrastada por las fuentes. Celso cuenta sus memorias cuando ya es un
perro viejo de la inteligencia imperial, amigo personal del emperador
Marco Aurelio, y conoce las debilidades de los “grandes hombres” de su
época. De hecho, a Celso —que en algunos aspectos es un romano atípico—
le fascinan las culturas diferentes a la suya. Jugar con todos estos
ingredientes ha sido apasionante.
15. ¿Con qué sabor de boca te gustaría que se quedaran los lectores al leer tu novela?
Con
sabor a cilantro fresco, pimienta negra (la especia favorita de Celso y
mía), ligústico, ajenuz, jengibre…; con el sabor de unos labios
prohibidos, de la sangre, la cantárida, el conditum paradoxum (“vino especiado prodigioso”, ¡qué bueno debía de estar eso!), ¡y no nos olvidemos del pulpo y las gambas que preparan en la caupona del Betis, en el barrio de Portus, junto a Ostia!
16. ¿Cuáles son sus personajes y qué podrías destacar de ellos?
Marco Sempronio Celso, de los Sempronios de Allon (Villajoyosa) es el protagonista. Es un anciano embajador en la corte de Sinae
(China), que recuerda en sus memorias cuando tenía dieciséis años
largos y era un adolescente estudioso, inexperto en asuntos de mujeres,
curioso, inconformista y temerario. En palabras de Francisco Torres
Oliver (ganador de dos Premios Nacionales de Traducción del Ministerio
de Cultura de España): “Ojo de Baco pertenece por derecho propio a la
estirpe de los libros seductores. Con una particularidad: es una
narración mediatizada; es decir, una confesión hecha a otro, que
escuchamos leyéndola, desde una distancia de siglos, gracias a la
providencia casi milagrosa de un copista de convento. En un lenguaje
claro y directo que hace el texto asombrosamente cercano, el embajador
romano Celso desgrana para su hijo –al que presiente que no volverá a
ver– los avatares de su vida en el inmenso imperio de Adriano. Y
conforme avanza, sus experiencias, sus reflexiones, sus estados de
ánimo, van definiendo ante nosotros el retrato de un hombre modelado por
el destino, con el que al final acepta reconciliarse aun a costa de
pérdidas irreparables.”
Gran parte
del peso de la novela recae también en la joven esclava Diópane, gran
cocinera, devota de Venus, cálida y generosa compañera, a pesar de su
genio. Nos reserva una sorpresa para el final.
El
resto de personajes tejen una acción que se envenena hasta estallar en
un peligroso callejón sin salida: el marinero Lupo, la deseable Tertia,
la divina Isidora, la enigmática Nefer, el alma de Secundo, el
pragmático Hómulo, la divertida y voluptuosa Ágata…
Ojo de Baco no sucumbe a la mitología, a los héroes, las hazañas, las
batallas o la grandilocuencia; los personajes no son huecos, frígidos,
sin alma, superhéroes o heroínas de las batallas del pasado: son
personas normales a las que les toca vivir en el lugar más peligroso de
su época: el entorno del emperador Adriano.
17. Imagino que habrás volcado todas sus emociones y conocimientos en esta novela...
Muchos
de ellos. Sobre todo he cuidado los diálogos para que pareciesen
reales. Muchos lectores me han dicho que es una novela
“cinematográfica”, que parece un guión de cine. En cierto sentido, la
acción y los diálogos le dan ese tono fresco y creíble, que no desprecia
los pequeños detalles que salpican el día a día de cualquier persona, y
que pueden llegar a ser tan importantes.
18. ¿En qué formatos y dónde podemos encontrar tu novela?
19. ¿Qué vamos a encontrar en tu novela que no lo vamos a encontrar en ninguna otra?
Una
literatura de época romana fresca, en primera persona, fácilmente
comprensible por cualquier lector/a, con diálogos ágiles y vivos, y con
una atención especial a la psicología de cada personaje, sin caer en
simplismos o dicotomías. A diferencia de otras novelas históricas, Ojo
de Baco no sucumbe a la mitología, a los héroes, las hazañas, las
batallas o la grandilocuencia; los personajes no son huecos, frígidos,
sin alma, superhéroes o heroínas de las batallas del pasado: son
personas normales a las que les toca vivir en el lugar más peligroso de
su época: el entorno del emperador Adriano. Se ha dicho de Ojo de Baco
que, con ella, “la novela negra llega a Roma”, y algo de eso es verdad.
20. ¿Cuál es el pasaje o fragmento de tu novela con el que más has disfrutado?
Hay
varios. El castigo de la Hiperión y el episodio de la posada de
Lucentum son muy divertidos (este segundo tiene un poquitín de
autobiográfico); la escena de la sala verde en el Cuartel de la Guardia
Pretoriana es sobrecogedora; el estreno sexual de Celso resulta
pintoresco y dulce a la vez; y hay una escena (no diré cual) en la que
cada vez que la releo se me salta la lágrima (algunos/as lectores/as me
han escrito indignados a propósito de este episodio). Conozco muy bien
Ostia y Roma, así que la luz, el ambiente, las sensaciones, son las
mismas que experimenté en sus calles y monumentos.
Que
la gente te diga que no podía dejar de leer, que el libro le ha durado
dos o tres días, que se ha reído y llorado, son los mayores halagos que
puedes esperar.
21. ¿Cree que es importante la difusión de la arqueología, la literatura y tu novela a través de las redes sociales?
Paso muchas horas haciendo precisamente eso. He creado una web (www.ojodebaco.es),
un Facebook (Ojo de Baco) y un Twitter (@ojodebaco), además de un canal
de Youtube. Ahí voy dando claves de la novela, explicando detalles,
anécdotas e incluso poniendo enlaces a músicas que escuchaba mientras
escribía. Ahí se puede poner en contacto conmigo cualquier lector/a:
para mí es muy importante ese feedback. Un placer enorme sería sentarme
en un buen café con un/a lector/a a hablar de la novela; pero a falta de
café, bueno es un Facebook.
22. ¿Te sientes satisfecho plenamente con tu trabajo?
Plenamente
no puedes estar nunca. Siempre crees que podrías leer más y más, y no
cerrarías nunca el texto. Hay que cortar en algún momento, cuando
empieza a estar maduro y la trama está bien hilada. Cuando llega ese
momento te das cuenta, cierras los ojos, le das a la tecla de “publicar”
y ya está: le deseas buenos vientos y esperas las críticas. De éstas yo
no me puedo quejar, porque hasta el momento son inmejorables. Que la
gente te diga que no podía dejar de leer, que el libro le ha durado dos o
tres días, que se ha reído y llorado, son los mayores halagos que
puedes esperar.
23. ¿Tienes proyectos futuros en marcha?
Literarios, no; al menos hasta que Ojo de Baco
demuestre si merece una segunda parte. Yo, la verdad, tengo ganas de
desarrollar la parte china de la novela, y de llevar a Celso de viaje
por el mundo romano.
24. ¿Alguna anécdota que contar a lo largo de tu trayectoria profesional?
Muchas.
Pero contaré una de la novela: cuando la tenía a medias, mi hijo Pablo
tenía los mismos años que el protagonista, 16. Así que me inspiré en
parte en él, en sus rasgos físicos y sus gestos. Cuando acabé la novela,
mi segundo hijo, Víctor, cumplía 16, y me ocurrió un poco lo mismo.
Espero que ambos sean tan positivos y echados para adelante (aunque no
tan temerarios) como Sempronio Celso.
25.¿Qué piensas de Alquibla, www.alquiblaweb.com, como página de difusión de la cultura, literatura, etc.?
En
primer lugar, muy bonita. Elegante, sencilla, agradable, acogedora,
estética. ¡Está muy trabajada! Me gustaría tener mucho tiempo y leer
todas las entradas, pero solo he sido capaz de hacerlo con algunas, la
última de ellas la de mi amigo Gabriel Castelló, a quien deseo el mayor
de los éxitos. Es, además, un loco de la cocina romana (más aún que yo) y
una persona que pone mucha pasión en todo lo que hace y escribe.
Alquibla no es una web, es un lugar, un rincón en un café venerable con
olor a papel recién imprimido o centenario, qué más da (ese olor que
tanto gusta a Eva María Galán). Alquibla es una necesidad, un oasis en
el páramo cultural de la era de la TV, del Smartphone, de los juegos
hipnotizantes de Facebook, de la dependencia compulsiva de Twitter, de
la seudocultura de masas que casa con la fast food, los
paquetes turísticos y la rutina consumista. ‘Alquibla’ es la dirección
en que se ora en cualquier religión, y singularmente la islámica.
Supongo que este nombre reivindica al libro como norte, como faro de la
cultura. Ha sido un placer, pues, compartir con los/as lectores/as una
shisha y un té en este lugar cibernético, pero tan real como cualquier
otro, y mostraros las tripas de Ojo de Baco, que después de dos mil años
solo aspira a que le hagáis un pequeño hueco en vuestra historia.