No las tenía yo todas conmigo para estas elecciones. En mi blog personal había escrito que el PP volvería a ganar las elecciones y las alternativas quedarían prácticamente en nada. No me he equivocado del todo, pues el PP ha vuelto a ganar, si bien es cierto que perdiendo un tercio de sus votos anteriores en los mismos comicios, pero la alternativa real ha cogida fuerza y no puede decirse que no signifique nada. Entendía que el lema misma era el indicio de su fracaso. Podemos nació como el intento de unir las alternativas más allá del bipartidismo, y no lo consiguió, pero sí ha conseguido algo muy importante: dar aliento a tantos que se hubieran quedado en casa, propiciando así la victoria aplastante del PP, pues dos tercios de los votos de Podemos hubieran ido a parar a la abstención pues provienen de votantes del PSOE defraudados con su partido y de pasotasde esta política. Si esa gente no hubiera votado, el peso relativo de los votos del PP sería de más del 30%, con lo que su victoria podría ser vendida a bombo y platillo. Lo mismo sucedería con el peso relativo de los votos del PSOE, que se habría quedado en otra dulce derrota. De esta manera, el bipartidismo está tocado, aunque no hundido.