Los abducidos

Reconozcámoslo: no hay opción ninguna para cambiar el sistema económico y social desde dentro y por medios pacíficos. Nos queda la resignación, la retirada a un eremitorio o la subversión. No hay más opciones. Así de claro nos lo dejan los dos partidos mayoritarios y la enorme caterva de cómplices que con su voto los sustentan. Unos y otros, todos somos abducidos. Dicho de otra manera, creemos vivir en una realidad que no existe, bien porque otros nos han convencido de ello, bien porque nosotros mismos preferimos creerlo.

 

. Nos queda la resignación, la retirada a un eremitorio o la subversión. No hay más opciones. Así de claro nos lo dejan los dos partidos mayoritarios y la enorme caterva de cómplices que con su voto los sustentan. Unos y otros, todos somos abducidos. Dicho de otra manera, creemos vivir en una realidad que no existe, bien porque otros nos han convencido de ello, bien porque nosotros mismos preferimos creerlo.
Los que siguen sustentando al bloque hegemónico de políticas capitalistas, han sido abducidos por la patraña creada por los medios, la gran mayoría, para hacernos creer que este es el mejor de los mundos posibles y que cualquier otra cosa es el caos. Si, además, los intereses individuales de esos varios millones de votantes coinciden con este mundo impuesto, pues más motivo para sustentar los pilares de la corrupción y el latrocinio estatuidos en España. Pero, hay otros también abducidos, no por sus intereses, no por los medios, no por las falacias, sino por su propia ingenuidad. Creen en Campanilla y Peter Pan, piensan que la gente cambiará cuando conozca la verdad, cuando se dé cuenta de lo que “realmente” pasa. Creen estos tales que la gente es ingenua y vive engañada por una panda de malvados interesados en seguir con el cotarro. Y estos tales son los peores abducidos, porque no viven en el mundo real, sino en su mundo de fantasía, de utopía, de revolución cool.

Estos abducidos últimos, cual socráticos posmodernos, están convencidos de que la verdad libera, que abre los ojos, como en Matrix, y permite comprometerse en un cambio que llevará el mundo hacia la paz, el amor y la justicia. Qué equivocados están. No les ha bastado que elección tras elección sigan gobernando las mismas políticas de forma continuada y sin ningún cambio significativo. No quieren ver que la gente actúa por puro interés o por miedo a perder lo que tiene. El PP y el PSOE les aseguran conservar lo que tienen e, incluso, aumentarlo cuando las cosas se pongan mejor. Seguirán votando a estos partidos porque son ellos los que les aseguran que si tienen suerte, si están cerca del poderoso, si la cosa se pone a tiro, serán ricos y no tendrán nunca más que preocuparse por cómo ganarse la vida. Son, en definitiva, pulgones que van de presa en presa buscando qué sangre es la más sabrosa.

Los abducidos, todos ellos, no merecen ninguna consideración. Sólo les podemos desear, porque los amamos, que sufran, que sufran mucho, para así darse cuenta de verdad de cuál es el verdadero y único interés de los hombres cabales: la pobreza asumida, la austeridad apropiada, el compromiso por los demás, el respeto por la Naturaleza, la gratuidad como organización y el amor como ágape comunitario. Estos es lo único que nos podrá salvar de la destrucción inminente. Los ingenuos pueden seguir jugando a las muñecas mientras el mundo se corrompe, a los demás nos queda el eremitorio o la subversión.

UNETE



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