El estilo literario que utiliza Pressfield para contar la historia de Las Termópilas llama la atención desde el primer momento: el cronista de Jerjes, que a su vez hace de narrador, recoge el relato contado de Xeones, servidor de uno de los iguales, quien cuenta los hechos como un espectador privilegiado. Algo más que un relato en tercera persona.