Reseña literaria "Arena Negra" de Juan Carlos Méndez Guédez

Se puede celebrar lo singular. En oportunas ocasiones se agradece lo nuevo como una posibilidad de conocer la realidad desde un ángulo distinto. Arena negra pertenece a este conjunto de cosas. Para el lector que descuida la poesía encontrará en esta obra puentes hacia este género literario. Sobre esta obra se ha escrito: “esta nueva obra de Juan Carlos Méndez Guédez se presenta como una novela, pero bien se podría leer como poesía en prosa o, incluso, como aforismos”. Se observa un cuidado exquisito en el uso de cada palabra y el resultado evoca un proceso de orfebrería literaria.

 

. En oportunas ocasiones se agradece lo nuevo como una posibilidad de conocer la realidad desde un ángulo distinto. Arena negra pertenece a este conjunto de cosas. Para el lector que descuida la poesía encontrará en esta obra puentes hacia este género literario. Sobre esta obra se ha escrito: “esta nueva obra de Juan Carlos Méndez Guédez se presenta como una novela, pero bien se podría leer como poesía en prosa o, incluso, como aforismos”. Se observa un cuidado exquisito en el uso de cada palabra y el resultado evoca un proceso de orfebrería literaria.
Arena negra es una crónica sobre las ausencias del marido y padre, pero sobre todo, sobre sus consecuencias. El abandono hace llorar a madre todas las noches y desarrolla un afecto inseguro en la hija que precisa de la presencia de padre. Una odisea de la que tan solo conocemos una de sus caras, la que corresponde a la familia canaria. Al otro lado, en la ciudad venezolana de las cinco letras, durante un tiempo se añora a la misma figura errante y errática. Y todo ello inserto en un drama de mayores dimensiones: la de la emigración ilegal a bordo de veleros inestables. Una tragedia que no pierde actualidad.

Nos encontramos ante un texto que exige la acción participativa de lector. A él le corresponde engarzar la historia a partir de imágenes, apuntes de agenda, reflexiones y escenas. De igual forma, se encontrará variando su perspectiva de los hechos según va cambiando el narrador. Diferentes personajes nos presentan el relato según su experiencia en primera persona. Una cita de José Balza que se inserta en la obra nos aclara este punto: “Así intentaría que todos los problemas de composición se redujeran a uno: el narrador. Y ajustaría lo restante a su presencia, como arena seca. Y él carecería de identidad, aunque pueda convencer al lector con su existencia; solo para llevarlo a una segunda máscara; y luego a una tercera: a esa infinita sustitución que es la literatura”.

El tiempo verbal constituye otro motivo para la construcción de significados por parte del lector. La metáfora del espejo que siempre refleja el instante define esta obra. La historia se cuenta en un continuo presente aunque los hechos narrados se alargan por varios decenios. Para el autor, el presente es el tiempo de la inocencia y de la potencialidad. Condicionados por el pasado y expectantes ante el futuro hacen del escribir sobre el presente el mayor acto de ficción.

Hay algo de metaliteratura en esta obra. Cada apartado se introduce con una letra del abecedario. Los lunares, alas de mariposa, picaduras de medusa y manifestaciones de almas en pena adquieren la forma de letras desdibujadas. Los vacíos se llenan de palabras y la sintaxis reproduce una realidad con matices más vivos que los originales. Por último, entre sus personajes encontramos a un poeta y un novelista fascinados por una historia que tratan de recrear. El texto que recoge el acto de creación literaria supone una fuerte atracción para el novelista y atrapa al lector. Juan Carlos Méndez nos recuerda que: “la escritura puede inventar conexiones”.

Sus descripciones inundan los sentidos. Se puede saborear el pescado crudo, tocar la erizada piel del amante, observar un volcán, oír el silencio y oler a salitre. Una gama de sensaciones que se clavan en la garganta como espinas y se encajan en nuestra cabeza a modo de sombrero negro.

Por último, en la lectura de Arena negra podemos intuir algo de la temática que Juan Carlos Méndez abordará en la Máster Class “Pre-textos para narrar” en el que se recoge el proceso por el que una idea se transforma en cuento, relato o novela:

-“Alguna vez dijiste que la obra perfecta es la obra extraviada, la que era una posibilidad nunca cumplida.

- Lo sigo pensando. Tal vez eso explique mi distracción. De todos modos no tenía nada estructurado. Eran notas: ese momento en el que autor, el narrador, y el personaje son como una idéntica emanación… como si fuesen letras buscando juntarse entre ellas para construir una palabra…”

Reseña realizada por Antonio Lozano con motivo de la presencia del autor en las instalaciones del Centro Imaginalia el próximo sábado 29 de marzo para impartir una Máster Class y presentar la novela.

UNETE



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