A Sandy Camila Abuabara Franco, una joven colombiana nacida en Aguachica (Cesar) y hoy residente en Bucaramanga, estudiante de Derecho de la Universidad Externado de Colombia, no le gusta que le llamen Sandy, “así me dice mi mamá cuando me va a regañar”, me comentó ella este domingo. Por eso la llamaremos simplemente Camila, tal y como le gusta a ella que le llamen.
Camila padece una forma de cáncer, la leucemia linfoide aguda, y se ha convertido en el símbolo de la lucha contra las trabas que existen en el sistema de salud colombiano para que a quienes están afiliados a él, y de manera especial los pacientes con cáncer, se les respete el derecho a acceder a los servicios de salud y al derecho mismo a seguir viviendo.
La estrategia utilizada por Camila no ha sido la convencional. Camila le siguió el consejo a un conocido que le recomendó colocar un video en las redes sociales en el que le planteara a la Universidad que le permitiesen continuar sus estudios de Derecho de manera no presencial, ante las dificultades físicas que estaba padeciendo que le impedían seguir sus estudios de manera normal. Finalmente esta estrategia tuvo el efecto deseado y la Universidad accedió a modificar su negación inicial y le aceptó la solicitud a Camila para continuar su proceso académico desde Bucaramanga.
Después de una recaída en su enfermedad y, según ella, ante la demora para que la agencia de aseguramiento a la que está afiliada le aprobase la realización de un trasplante de médula como alternativa en el tratamiento de la leucemia que padece y que fue sugerido en octubre del año pasado, Camila nuevamente recurrió a las redes sociales para dar a conocer su caso a toda la comunidad y fue así que mediante el uso continuo y reiterado del Twitter logró que en diciembre el mismo ministro de Salud conociese su caso y se pudiese lograr así la aprobación del requerido trasplante por parte de la entidad afiliadora a finales de ese mes.
Desafortunadamente, ante lo demorado de la autorización, para los médicos colombianos por las condiciones físicas de Camila y el estado de progresión de su enfermedad, ya no era viable el trasplante de médula en el país, por lo que únicamente acceder a un tratamiento más avanzado en el extranjero apareció como la solución. Nuevamente Camila recurrió de manera intensa y constante a las redes sociales para que se autorizara su traslado a un centro de alta tecnología y desarrollo en el manejo del cáncer en Estados Unidos, y fue así como al fin, con la ayuda de la presión ejercida por algunos medios de comunicación y algunos socios de las redes sociales, la semana anterior la agencia del aseguramiento a la que está afiliada le autorizó su traslado al MD Anderson Hospital, de Houston, ciudad a la que debe estar viajando en la presente semana, garantizándole el ministro de Salud que ella viaja no solo a valoración médica sino a recibir allá el tratamiento integral que buscará que Camila pueda seguir viviendo y “regresar para luchar por el derecho a la salud de los colombianos”, como ella misma me lo expresó.
Gracias a Twitter y gracias a Facebook, pero principalmente gracias a ti, Camila, por tu ejemplo de tesón y valentía y por enseñarnos el buen uso de las redes sociales que ha permitido la defensa al derecho a tu salud y tu vida. ¡Éxitos en tu viaje y regresa curada!