. Sobre todo en un Partido, como el socialista, con
un centro de poder potentísimo, que acaba arrasando cualquier iniciativa que
desde las bases se pueda tomar, y muy alejado de los sentimientos ideológicos
de sus afiliados, como el republicanismo o el federalismo, o la creencia de que
la permanencia del estado de bienestar está por encima de cualquier decisión
que trate de reformarlo. Este distanciamiento entre la dirección y las bases,
es una de las cuestiones que el PSOE debería plantearse en un momento en que la
sociedad reclama mayores cotas de participación y partidos políticos más
transparentes. A nadie le ha de extrañar que, si la afiliación del Partido es
cada vez más reducida y lo que queda se aleja de la dirección, su presencia sea
casi testimonial en la sociedad y que la ciudadanía le esté dando la espalda.
Si ni siquiera tienen contentos a sus afiliados, como van a tener al resto de
los ciudadanos. Por eso, una reflexión en profundidad se debe instalar en los
órganos de dirección del PSOE, y en el del resto de Partidos, que no están
mucho mejor.
La primarias, a mi juicio, son
un instrumento válido para abrir el Partido a los electores, que ya han sido
interiorizadas, posiblemente, por la mayoría de los afiliados que no ven en
ellas un peligro para su carreras políticas, pero no creo que estén del todo
asimiladas por la dirección del PSOE, que ha llegado a ellas a regañadientes y
poniendo muchas trabas, demasiadas, quizá, porque temen que es un proceso que
si escapa a su control puede dar con ellos en la calle. Por eso proponen unas
primarias que todavía van un poco a ciegas, a la espera de futuros
acontecimientos, y, sobre todo, expectantes de lo que suceda en la Comunidad
Valenciana, que ya ha convocado las suyas para el próximo mes de Marzo.
Queda mucho camino por recorrer,
sobre todo teniendo en cuenta que las primarias no pueden ser sólo un cambio
estético, un lavado de cara hacia una modernidad que refresque el Partido. Aun
reconociendo que eso vende muy bien en la sociedad actual, si sólo se queda en
cambios que afectan a la imagen y no se plantean con claridad posiciones sobre temas
de calado que están preocupando a la ciudadanía, y se sigue con la cantinela de
“ahora no toca, no es el momento”, las primarias no servirán para nada, ni
tendrán la respuesta ciudadana pretendida. El PSOE debe quitarse de encima la
imagen de que va a remolque de los acontecimientos y pasar a explicar con
claridad, concisión y escuetamente, para que todos lo entendamos, cuál es su
modelo de sociedad para los años venideros, y, lo que es más importante, cómo
pretende llegar a conseguirlo.
Pero volvamos a las primarias. A
mí me gustan, aunque creo que se van a quedar cortas, al no incluir las de
candidato a la alcaldía de pueblos y ciudades. No tiene sentido que se pueda
elegir al candidato a la presidencia autonómica o del gobierno de España, y no
al referente político más cercano y conocido por los ciudadanos, como es el
alcalde. Este es un vacío que se deberían plantear, si quieren dar una imagen
completa de apertura a la participación, y, en muchos casos, si desean acabar
con el tribalismo de familias políticas que tanto daño han hecho al Partido
Socialista en los últimos años.
El proceso, ahora iniciado, y conejillo de Indias, de
elección de candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana, hasta la
fecha, me parece que está siendo pulcro. Con verdadera voluntad de ofrecer una
imagen verídica de cambio a los ciudadanos, abriendo lo que hasta ahora era un
coto muy cerrado de decisión interna (obvio el asamblearismo que rige
actualmente, por ser fácilmente manipulable la toma de decisiones, y por tanto,
a mi juicio, antidemocrático), a todos aquellos que quieran participar en un
proceso que acabará con la elección de la persona que va a gobernar a los
valencianos y valencianas en los cuatro años siguientes. Me consta que muchos
militantes están haciendo un esfuerzo importante para que todo salga bien, convencidos
de que este es el camino. Pero, visto desde fuera, se notan algunas carencias
que se deberían tener en cuenta. Habiendo facilitado la inscripción en el censo,
al dar la posibilidad de hacerlo por internet, lo que es muy importante, no se
está generando la expectación necesaria. Si no se levanta cierto entusiasmo,
las primarias serán un fracaso desde el punto de vista del acercamiento del
Partido a la sociedad. Y para esto quizá fuera necesario un poco más de
propaganda animando a la ciudadanía a inscribirse y a votar. La votación es el
otro acto que no se ha solventado convenientemente. Tener que desplazarse a la
sede del Partido para votar no anima especialmente a la gente. Por ello, al
margen de otras soluciones para el día de la votación, no poder hacerlo por
internet, en los tiempos que corren de vidas digitalizadas, es un atraso, que
no genera, precisamente, buena imagen del Partido, y puede hacer que mucha
gente, incluso inscrita en el censo, se desentienda de las primarias el día de
la votación.
Al margen de todo lo expuesto y escrito para la reflexión.
Me gustaría decir que el proceso de primarias abierto en el PSOE es un acierto,
que aunque queda mucho camino por recorrer, va en la buena dirección de dar más
protagonismo político a la sociedad, y debe marcar el primer paso para
modificar las normas electorales que hay en el país, caducas y muy cerradas. La
democracia tiene que ir por esta calle, mucho más en tiempos de redes sociales
y nuevas tecnologías. Si no es así, acabará convirtiéndose en oligarquía y
brecha social. Y entonces, cualquier cosa será posible.