En agosto de 2011 se representó en el Microteatro Por Dinero de Madrid -espacio escénico donde se desarrollan funciones de 15 minutos para un máximo de 15 personas- la obra Esto no es un fax, acerca de las vicisitudes amorosas entre dos compañeros de oficina. El éxito fue tal, que se alumbraron dos microteatros más, con los mismos responsables e idéntica temática. Al ver la entusiasta respuesta del público, Guillermo Fernández Groizard y Pablo Flores -director y guionista del invento, respectivamente- decidieron trasladar este pequeño fenómeno a la gran pantalla. Para ello, contarían con los mismos protagonistas y la cotidianidad y la gracia de esas micro-representaciones. Así nació Esto no es una cita (2013), una película pequeña -escasos medios, bajo presupuesto- que habla de cosas grandes -lo difícil que es dar con tu media naranja, los prejuicios a la hora de encontrar el amor-. Y lo hace, además, con inteligencia. Quizá por ello fue una de las sensaciones del Festival de Málaga -donde conquistó 2 Biznagas: la del Público y la de Mejor Actriz para su protagonista- o en otros certámenes como el de Las Vegas o el de Alicante, donde el personaje principal logró el premio al Mejor Actor.