Reseña literaria "Una verdad delicada" de John le Carré

Cómodo en su género, John le Carré ofrece una misión secreta en Gibraltar del Foreign Office británico donde, supuestamente, se intenta cazar a un terrorista.

 

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Para ello reclutan a un veterano funcionario, Christopher “Kit” Probyn, al que sacan de su aburrido despacho -él es el primer sorprendido de la tarea encomendada- para que sea los ojos y los oídos del subsecretario de Exteriores, Fergus Quinn, mientras se desarrolla la operación que llamanFauna.

Es la percha de “Una verdad delicada” donde conocemos a Jeb, un militar británico que acompañará a Kit en la que después descubriremos un sórdido asunto donde habrá sangre, aunque al aburrido funcionario le hayan dicho que todo ha salido perfecto. Es la percha, pero también la excusa del autor para desvelar los oscuros chanchullos de la política internacional.

El secretario privado de Quinn, Toby Bell, ignorante de esta operación -porque fue apartado de la operación por su propio jefe-, acabará sabiendo mucho y por supuesto,  intrigado por los extraños detalles de Fauna que no le encajan, y junto al protagonista principal, Kit, serán símbolos de los dilemas morales que, afortunadamente, remueven la conciencia. De algunos, claro.

John le Carré no tiene que echar a volar demasiado la imaginación -”salvo” para idear el arranque de su historia-, en este sentido, porque -por desgracia- la realidad del tráfico de influencias y del recorrido de los tentáculos del poder para el beneficio propio supera la ficción.

Dejando a un lado la trama, reconozco que el nombre del escritor ha pesado en la lectura. Y es que el desarrollo de la historia no empieza a vibrar hasta que el libro ha superado más de la mitad de sus páginas. Y eso, a los lectores “no-nos-gusta-señor-escritor”. Es más, me molesta profundamente la pérdida de páginas en esa generación de la confusión creada con el vaivén de personajes donde los “secretos secretísimos” hacen que casi tengas que abrir una investigación para ubicarte y reubicarte una y otra vez en la historia mientras lees.

Los abundantes diálogos ayudan a que el “dichoso” lío, se haga más llevadero, pero también es cierto que algunos son tan simples como innecesarios, por mucho que John le Carré sea un escritor de renombre.

Así que, si no os gustan las historias de espías y secretos de alto alcance y queréis iniciaros en la materia, “Una verdad delicada” no sería el libro más recomendable. Pero si adoráis este mundo o estáis abiertos a todo y tenéis la paciencia necesaria para esperar a que llegue la parte emocionante cuando leéis un libro, merece la pena, desde luego. Podéis apuntároslo. 

Reseña realizada por la autora Begoña Curiel:

UNETE



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