Visitamos al Padre de Gilad Shalit para conocer de su historia, más bien, la historia de su hijo. Queríamos llevarle la solidaridad y comprensión de algunos chilenos que vivimos en Israel, queríamos hacerle muchas preguntas, pero nos sorprendió su timidez para respondernos y la sorpresa que parecía provocarle que desde tan lejos se sumara fuerza para liberar a su hijo. Nos unimos más bien a una suerte de silencio, donde ninguna palabra podría describir la emoción y tristeza que junto a su mujer e hijos les hace abrigar la esperanza de recuperar a su hijo.