. Dato importante para un país
volcado a “ser feliz”, lo que se ha hecho sinónimo popular de carrete y copete.
Estamos siendo un país que funciona de lunes a
jueves, donde el viernes es de relajo, lo que nos hace muy parecidos a
los cariocas que no conciben un viernes en casa o con reuniones de trabajo PM.
Si alguien pretende poner temas serios en la agenda durante
enero o febrero, olvídese, será impopular de inmediato, porque como alguna vez
le escuché a Longueira, pasamos el Año Nuevo, pensando en Semana Santa, de allí
en el Dieciocho y de nuevo en la Navidad. Agréguese este año 2014 el feriado
implícito que va ligado al calendario de primera vuelta del Mundial de Fútbol
en Brasil, que, si nos va bien, se extenderá en fiesta corrida hasta donde
lleguemos.
El Hedonismo es la doctrina filosófica basada en la búsqueda
del placer y la supresión del dolor y de las angustias, como razón de ser de la
vida. El poder, que conoce a su gente, sabe de esta tendencia que existe en
Chile y que en parte explica la abstención del 58% en las últimas elecciones
con voto voluntario. El hedonismo “respeta el cuerpo y sus requerimientos de
relajo” . Por eso las marchas no se hacen los lunes temprano ni los viernes.
Y las autoridades saben que entre martes y jueves puede
haber energías para marchar, pero, los viernes hay que reservarlos para la
chelita, sacrosanta compañera de quimeras y utopías. Después viene el domingo,
para reponerse y el lunes es el día del bajón, inventado por la maldad del
planeta para perjudicar nuestro cuerpecito. Sacando fuerzas de flaqueza –
aunque hoy diría de obesidad mórbida – los sobrevivientes llegan a las aulas o
las pegas el día lunes, pero ese día es de reflexión obligada para superar la
lejanía al próximo viernes anhelado.
Por eso, quizás, a
este país se le gobierna con pan y circo. Ojalá tengamos muchos sándwich en el
calendario. Que haya muchos clásicos de fútbol, que a Alexis los sigan
premiando en Barcelona. Por eso se decretan cuestiones impopulares los 31 de
diciembre, por eso el 7 de enero el Senado trata en Sala el proyecto de ley de
Obstenciones Vegetales, en una prueba para ver cuán atenta está la ciudadanía
contra Monsanto. Porque para ser revolucionarios o activistas de causas hay que
dedicar esfuerzo y de suyo, esa
palabrita duele, tanto como levantarse un domingo caluroso para hacer colas y ejercer
el derecho a voto.
El ánimo hedonista mueve a las personas a programar
entretenimiento, turistear, ir al fútbol, viajar fuera de Chile, descansar. Si un
Winston Churchill en el Chile de hoy ofreciera a estos ingleses de Latino
América “sangre, sudor y lágrimas” lo funarían por Twitter como un dictador que
no respeta los derechos humanos, principalmente el más sagrado, el derecho a la
recreación.
Es el clima en el cual ocurren las cosas en Chile. Detrás
del placer sin límites, vienen las ofertas de libertinaje y muchas de ellas van
envileciendo a nuestra juventud, como el desenfreno, el alcohol y las drogas.
No entender la amenaza que esto constituye es una irresponsabilidad política.