En
México, existe un problema de origen educativo y cultural que se conoce de
tiempo atrás y que a menudo se menciona como tal, pero que aún no se coloca en
la agenda pública; al menos no como una prioridad real a ser atendida; me
refiero a la lectura, al bajo nivel lector que tiene el país.
La falla,
es educativa porque no se fomenta lo suficiente en las escuelas, pero es
cultural, porque al no haber sido fomentado en los centros escolares, los
individuos crecen con la carencia y, la trasladan al ejercicio de la ciudadanía
y a la formación de las familias. El virus se multiplica y propaga.
Ya
generalizada, la deficiencia se vuelve estructural y capaz de impactar en todos
los ámbitos del desarrollo nacional. Con ello, el tema escala de magnitud y también
se convierte en un problema económico y de política pública. Es viral le decía.
La
lectura, con cantidad y calidad, resulta formativa de personas con cualidades
importantes; por ejemplo: criterio, reflexión, escepticismo, creatividad, capacidad
de análisis y aprendizaje por cuenta propia, y demás que pueden adherirse. La
lectura, ayuda a pensar, a aprender, a ser, y a conocer.
Cuando se
logran reunir dichas cualidades en un individuo, no sólo se tratará de una
persona destacada, sino de un ciudadano competitivo y generador de valor. Es en
tal punto, donde la lectura; entendida como instrumento educativo y cultural de
la sociedad; se puede unir con el desarrollo económico.
Hoy, la
ausencia de crecimiento significativo y sostenido, es el principal pendiente en
la economía mexicana. La razón, es que no existe un mercado interno suficiente
para crear las oportunidades que la población y características exigen. ¿La
causa? Falta de competitividad; y con ello de productividad.
Si México
desea innovar en su industria y desarrollarla, atraer inversión productiva, crear
empleos de calidad, lograr bienestar amplio, tiene que ofrecer una economía
competitiva, no hay más. El punto, es que una economía, antes que por empresas,
está formada por personas, por los ciudadanos.
Dichos
pendientes económico estructurales, reformables todos, ¿Son en verdad un
problema, o son una consecuencia? Su escribidor opta por lo segundo, por ser
consecuencia de un sistema educativo y cultural de baja calidad, incapaz de
formar numerosos ciudadanos cualificados y competitivos. ¿Cómo dar, cómo
ofrecer lo que no se tiene?
Cierto, la
lectura no es todo en educación, pero sí un cimiento indispensable. Mover el
sistema educativo no es sencillo, pero en el hogar, en lo cultural de cada
quien, sí se puede empezar. Más allá de política y gobierno, sí debemos.
Amable lector, recuerde que aquí le
proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le
corresponde a usted.
COLUMNA VALOR AGREGADO - Comentarios en Twitter: @oscar_ahp