Desde que la crisis azotó al sector de los intermediarios financieros, tan sólo AIF (la
Asociación de Asesores de Inversión y Financiación de Cataluña que no
hay que confundir con la nacional, por más que la Junta Directiva de
Barcelona quiera venderlo de esa manera) es quien sobrevive. A pesar de
autoproclamarse líderes, como asesor e intermediario financiero, he de
manifestar mi total desacuerdo con una asociación de la que he sido
miembro activo y representante durante varios años.
No es de justicia, y por eso publico este post hoy, se nos
identifique a todos por igual. Una asociación que tiene carencias de
servicios al colectivo al que representa, una asociación que carece de
responsables de contenidos que den calidad al consumidor, al ciudadano, y
sobre todo a su asociado, es una asociación abocada a desaparecer,
carente de existencia y sobre todo mal ejemplo e imagen para la
gente profesional del sector. Es cierto que de la actual Junta tan sólo
podemos esperar nimiedades y contenidos carentes de la más mínima lógica
y ética profesional. Lo último que se han sacado es un “programa”
denominado “puente empresarial”. De pena, su contenido es para
obligarles a dimitir en pleno. Nunca en la historia financiera se ha
presentado algo tan carente de valor y de profesionalidad, y ese no es
el sector en el que trabajo desde hace mas de 12 años.
La difusión en medios ha sido muy buena (es elogiable el gabinete de
prensa que han contratado) y desde luego, lo único bueno que tiene,
pero la desfachatez y el poco decoro de sus creadores, no ha hecho mas
que provocar la sorna en el colectivo, en la gente seria, que cada día
asesora tanto a particulares como empresas, que a través de la red
inunda de contenidos y consejos a una sociedad carente desde hace mucho
tiempo de cultura financiera, cuando precisamente es básica en los
tiempos que vivimos y nos esperan.
Pensaba, y sigo convencido, de que en su Junta Directiva, hay
profesionales, gente seria con quien he compartido mesa y mantel más de
una ocasión, pero la reflexión me lleva a pensar que o bien, me equivoco
y no lo son tanto, o bien están bajo la dictadura de su máximo
representante, el presidente de la asociación, porque si no la lógica no
existe.
Los españoles somos muy dados a quejarnos en la calle y los bares, ya
va siendo hora que si nos “indignamos” se manifieste con lógica sin
tener que estar al sol. Qué tendrá el poder, que si a estas micro
estancias afecta, con razón en las altas nos intentan volver locos.
Esperemos que ese puente no sea desde el que se tire la asociación al
vacío, porque agua, para sobrevivir, seguro que no tiene el río.