Sin ofender a nadie, salvo a quienes se consideren afectados por el título.En Chile, y puntualmente en su Capital, hemos estado viviendo una epidemia de protestas. Ningún actor serio de la política nacional, ha sido capaz de elaborar un buen diagnóstico. Bueno, en cierta medida debido a la crisis terminal que afecta a esta actividad tan importante para la vida democrática de un país.