A menos de un mes de las elecciones presidenciales, con la
ofensiva de Evelyn Matthei contra Franco Parisi la sociedad mediática levantó
un gran distractor, que le ha permitido a Michelle Bachelet seguir eludiendo un
debate a fondo. Un “golpe bajo” ha dicho el Senador Horvarth, que ha impedido
confrontar trayectorias, propuestas de gobierno, equipos de asesores, de los
diferentes candidatos.
Los medios, en general, mantienen la lógica farandulera
donde el escándalo y la chimuchina venden. Cuando Paulsen le hizo la encerrona
a Longueira en Tolerancia Cero, preguntándole por su voto en el plebiscito de
1988, se marcó un estilo destructivo que ha ido creciendo en la campaña. El
mismo estilo quiso aplicar el conductor de Estado Nacional en TVN al Senador
Horvarth, quien tuvo la clase y manejo político para dejar las cosas en su
lugar, esquivando descalificaciones. En el debate de la ARCHI, a su vez, había
sido Franco Parisi quien puso terminantemente en su lugar a Mauricio Bustamante
que le formulaba prejuiciosamente una pregunta que le imputaba un delito al
candidato independiente.
Escarbar en el pasado de las personas para esgrimir
información en su contra, emitiendo juicios lapidarios antes que la Justicia
resuelva y sentencie, es una práctica perversa, fascistoide o staliniana. En el
caso de las retenciones previsionales a profesores de los colegios de la
Masonería, el contrato de administración con la firma Palermo, que cubría el
arriendo de dos colegios, se habría realizado con entrega de balances que
habrían omitido información sustantiva. En caso de diferencias entre las partes,
el contrato en cuestión incluía una cláusula de arbitraje, el mismo que se
encuentra en proceso. Es a través de ese arbitraje cómo el tema debe resolverse.
Cuando el Árbitro dicte sentencia se tendrá en derecho quien debe pagar lo que
haya que pagar.
La verdad a medias es la peor de las mentiras y en este caso
hay un contexto político que por sentido común nos habla de un golpe bajo
destinado a frenar la candidatura independiente del contrincante más
amenazante.
Dejando en claro lo anterior, ha sido la periodista Patricia
Politzer en Estado Nacional la que ha puesto en el debate la objetividad necesaria.
Señaló que las deudas previsionales en Chile alcanzan los 2 mil millones de
dólares y el tema es suficientemente grave como para que sea un asunto de Estado.
Porque en esta materia hay una normativa vigente que permite declarar y no
pagar, lo que va produciendo deudas acumuladas que al final son tan grandes que
impiden que los afiliados logren pensiones acorde a lo retenido. Muchas veces
la explicación de las AFP por las bajas pensiones de la gente, ha sido que se
produce por lagunas previsionales, sin embargo se ha omitido un hecho gravísimo
que habla de malas prácticas extendidas y toleradas por
el sistema. Evelyn Matthei ha abierto una caja de Pandora y el mismo Franco
Parisi le enrostró en El Informante que siendo el marido de la Señora Matthei
miembro del Directorio de Concha y Toro, esa empresa también mantiene
deudas previsionales.
La comprobación de una ofensiva demoledora en contra del
independiente Franco Parisi ha provocado en la ciudadanía, en especial en la
juventud, el efecto boomerang, ya que,
lejos de mermar su ascendiente popularidad, esto ha provocado un increíble
grado de adhesión, lo cual se ha evidenciado en la encuesta que en Antofagasta
daba esta semana a Parisi un 26%, 10 puntos por encima de Evelyn Matthei.
Tan grave ha sido este terremoto al interior de la Alianza
que ha trascendido que el descontento interno aumenta de tal forma que la
derecha económica trataría de reforzar a Michelle Bachelet para aunar fuerzas, tratando
de impedir una Segunda Vuelta.
El David contra Goliat que planteó Parisi aparece en el
horizonte como un escenario altamente probable y está remeciendo los cimientos
oxidados del sistema político nacional.
Periodismo Independiente, 27 de Octubre de 2013. @hnarbona en Twitter.
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Me encanto el anilisis, se nota que aquì no hay manejo de la informaciòn sino imparcialidad, eso es el verdadero periodismo,muy sensato.
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Los politicos en general estan muy comodos con el sistema que hay el binominal, una vez les toca a unos y la proxima a los otros, no les gusta que nadie se entrometa en su espacio y si hay alguno que osara entrometerse `"HAY QUE DESTRUIRLO."