En tierra derecha las elecciones
presidenciales chilenas y las dos coaliciones tradicionales, la Concertación y
la Alianza, han comprobado con preocupación la irrupción de un candidato
independiente, Franco Parisi, outsider de los partidos políticos, que se ha desmarcado
con un discurso de rechazo al duopolio y una inteligente convocatoria, a través
de las redes sociales, a esa mayoría de jóvenes independientes que conforma un
universo de 5 millones del electorado nacional.
La reacción de los dos bloques oficiales que han aprovechado
por 23 años al sistema binominal, no se hizo esperar y ha pasado de la indiferencia y el ninguneo inicial
a una acción metódica de demolición y descalificación de este profesor
universitario.
Franco Parisi ha instalado una campaña sobre la base de
redes de voluntarios, con aportes de muchos, tipo minga chilota, sin ser
patrocinado por grupos económicos y sin disponer por tanto de una campaña publicitaria
millonaria como las que han llenado de “fotoshop” las calles de Chile. En su
campaña ingeniosa ha sumado Twitter, Facebook y Youtube, mantiene una radio por
Internet y se ha comprometido con los medios regionales alternativos. Ha logrado
abrir espacios de poder desde la ciudadanía.
Los argumentos de sus adversarios han sido cuestionar su no
militancia política, se han tomado frases suyas fuera de contexto, sus ponencias han querido usarlas como
etiquetas y se ha dicho de él que es un “populista”. Se le ha querido aplicar majaderamente
el estigma de derechista, incluso Marco Enríquez –Ominami lo ha comparado con
Fra-Fra Errázuriz que planteaba soluciones imposibles. No es extraño que esta
campaña provenga de la autodenominada Nueva Mayoría, que gobernó con Ricardo
Lagos y Michelle Bachelet para los grupos económicos y multinacionales. Porque
Franco Parisi amenaza con exigir el pago efectivo de impuestos a esos agentes
económicos. La actitud de MEO, un
díscolo que nació de la aristocracia política del Partido Socialista, es de
resentimiento, pues Parisi le ha competido entre los jóvenes y es más práctico
y menos retórico que él. Parisi le va ganando porque en la percepción ciudadana
creciente MEO es parte de la misma vieja política que Chile no quiere.
En cuanto al adjetivo de “derechista” es irónico que
provenga de la coalición que perdió por el
desencanto de su voto duro, que se sintió estafado el 2010. El candidato Parisi
ha respondido a los apelativos ofreciendo un camino de unidad nacional, con un nuevo paradigma: rechazar la
politiquería con sus vicios, el clientelismo, el nepotismo, la concentración
del poder y el centralismo. Su posición de “independiente”, ha sido denostada por “no ofrecer
gobernabilidad” o ser “un caballo de Troya del neoliberalismo”. Sin embargo, Franco
Parisi ha contestado comprometiendo medidas concretas que la Concertación en 20
años no se atrevió a realizar: “cobrar
impuesto específico a las mineras”, “eliminar el FU”, “fortalecer democracia
interna de las universidades públicas con Senados Universitarios”, “educación
pública gratuita”, “Canciller y Jefes de Servicio seleccionados entre
funcionarios de carrera”, “Mayor autonomía a regiones – elección directa de
Intendentes” “Banco Estado Mujer”, “Acceso a ahorro previsional de las AFP por
parte del afiliado” “fortalecer capacidad fiscalizadora a la banca, al retail y
a los grandes grupos económicos”, “No a los transgénicos” “No más
termoeléctricas” “No a Hidroaysén”, “Estaciones de pasada y energías limpias”, “un
Estado que invierta el superávit en regiones”, “Desaladoras para el Norte”
Blindando a ambas candidatas, Bachelet y Matthei, a las dos
coaliciones oficiales no les ha ido bien. Las encuestas muestran a la candidata
de la Nueva Mayoría clavada en su voto duro histórico pero sin buena acogida en
redes sociales. El no haber participado en el Debate de la ANP le pesará. La
polémica entre Evelyn y Franco, ha dejado a este último en una posición más
sólida que la ex Ministra del trabajo.
El escaso tiempo que le han otorgado los canales de
televisión a Franco Parisi, el intento de demolición mediática a la que sobrevivió en Tolerancia Cero, los
horarios de trasnoche que le han otorgado, han causado records de audiencia. Y
como la redacción de mensajes en Twitter exige ser escueto y eso puede ser replicado
a miles de personas, Parisi se ha convertido en idea ancla que crece como una
marea. Sin embargo, en los foros universitarios, en los espacios de medios
regionales, sin la presión del tiempo, este presidenciable ha podido explayarse
y ha crecido en el grupo impredecible de la juventud.
El año 2002 en un artículo de prospectiva, imaginaba el
liderazgo joven que refrescaría la política de trincheras, dejando atrás las
malas prácticas de las cúpulas y superando el período vergonzoso de la
dictadura. Pareciera ser que ese tiempo está llegando. La profundización
democrática está cerca.
Periodismo Independiente, 11 de Octubre de 2013. @hnarbona en Twitter.