. Nos hace bien a los chilenos
ver presentar ideas con claridad, sin apuros, sin apasionamientos pueriles, con
cierta lógica y consistencia. Se podrá estar a favor o en contra de tal o cual
candidato, pero no cabe duda que hay que alegrarse de que estos debaten se
realicen, que los candidatos se den el trabajo de presentar sus propuestas en
forma serena, madura, convincente y honesta.
8
candidatos participaron del debate en forma entusiasta. Faltó solo uno. Somos
un país de poco diálogo y conversación. Se elogia mucho la cultura de diálogo
de los argentinos, sus cafés en la calle, en las plazas y comercios. Aquí no.
Lo atribuyo a la dificultad de los chilenos de expresarnos bien, de hilar ideas
sin apuros ni tropiezos. Le reprocho a la televisión de haber hecho desaparecer
el cultivo de la conversación. Todo es rápido, con frases deshilvanadas, cuñas
para el golpe periodístico, pero por lo mismo inconsistentes.
Cada
candidato tuvo tiempo para poder exponer lo que quiere presentar al país. Se
fue generoso en un medio como es la televisión, que se muestra muy mezquino con
la exposición de ideas.
Dentro
de lo que se puede esperar de un debate así, los participantes se trataron con respeto,
colocando el acento más en la presentación del propio programa más que en el
ataque al contrincante. Una buena lección, ya que al momento de discutir tendemos
a pensar más en rebatir lo que el otro piensa, antes que en presentar nuestras propias
propuestas. Así sucede al interior de las familias, empresas, oficinas,
colegios. Abunda el “diálogo de sordos” en que no se escucha ni atiende de
verdad al otro. Hacemos como que escuchamos, pero ya estamos pensando en lo que
debo rebatir. Lo que sea, pero rebatir.
Los
9 candidatos representan a todo el espectro político. Hay una gran oferta de
propuestas, lo que enriquece el debate nacional y desestima las opiniones de
que el campo político chileno es estrecho y monocromático.
No
hay excusa para no votar. Uno de los candidatos invitó a los chilenos a votar
en las elecciones. Así debe ser. ES una gran responsabilidad. Cada voto vale.
Es signo de cariño por la patria y responsabilidad por lo que nos es común. La
democracia la construimos entre todos.
Agradezco
a todos los candidatos su generosidad en esto de presentarse a las elecciones.
Supone tiempo, energías, desgaste, malos ratos y frustraciones. La política es
una vocación noble que hay que cuidarla y acompañarla. Pido a Dios que tengamos
elecciones muy participadas, limpias, constructivas, ejemplares. Para el bien
de Chile. Ganamos todos.
P.Hugo TagleTwitter: @hugotagle