. Libre, ya que supone asentir personal y conscientemente
por el Dios de la vida. Y fatigoso, ya que esto de creer es un ejercicio
activo, un proceso más que un estado.
Es el gran plus de la fe cristiana, cuando es legítima y real, y no un
postizo acomodado a mi estilo de vida.
Creer es buscar, es cuestionarse constantemente, es saber que siempre
se puede mejorar un poco más; que no somos dignos de la fe sino que es un don
gratuito e inmerecido.
Dice el Papa: “Sí, este buscar y encontrar a Dios en todas las cosas
deja siempre un margen a la incertidumbre. Debe dejarlo. Si una persona dice
que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de
incertidumbre, algo no va bien. Yo tengo esto por una clave importante. Si uno
tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no
está con él. Quiere decir que es un falso profeta que usa la religión en bien
propio. Los grandes guías del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dado
espacio a la duda. Tenemos que hacer espacio al Señor, no a nuestras certezas,
hemos de ser humildes. En todo discernimiento verdadero, abierto a la
confirmación de la consolación espiritual, está presente la incertidumbre”.
Es fácil sentirse dueños de la fe. Algunos cristianos la han acomodado
a su estilo de vida y no al revés, como debería ser. Quien cree de verdad, sabe
cuán inmerecido es todo lo que tiene y cuán regalado ha sido por Dios. Creer es
agradecer al Dios de la vida. Quien cree, siempre busca acercarse más a Dios y
descubrirlo en lo que lo rodea.
“El riesgo que existe, pues, en el buscar y hallar a Dios en todas las
cosas, son los deseos de ser demasiado explícito, de decir con certeza humana y
con arrogancia: ‘Dios está aquí’. Así encontraríamos solo un Dios a medida
nuestra. La actitud correcta es la agustiniana: buscar a Dios para hallarlo, y
hallarlo para buscarle siempre. Y frecuentemente se busca a tientas. No se nos
ha entregado la vida como un guion en el que ya todo estuviera escrito, sino
que consiste en andar, caminar, hacer, buscar, ver. Hay que embarcarse en la
aventura de la búsqueda del encuentro y del dejarse buscar y dejarse encontrar
por Dios”, dice el Santo Padre.
Sabias palabras que invitan a la humildad, a no caer en arrogancias; a no
sentirse dueños de la verdad. Y, ojo, quienes se sienten muy llenos de sí, es
porque están vacíos de Dios. Nos hace bien este Papa. Escúchelo seguido. Hugo Tagletw: @hugotagle