. Y nos adentramos en la semana de fiestas
patrias. Publico esta columna entre dos fechas emblemáticas lo que me permite,
más que una mirada al pasado, lanzar una mirada confiada al futuro. Creo en
nuestra gente; que construiremos un país más justo, reconciliado, fraterno y
feliz; que aprenderemos la lección para no tropezar de nuevo en la misma
piedra. Creo que sabremos cuidar nuestra democracia.
Aprovecho aquí a dar una palabra de aliento a Carabineros de Chile por
su entrega en estos días, tantas veces malagradecida. Aunque, la verdad sea
dicha, tienen un lugar muy destacado en el cariño de la gente. Gracias.
Sabemos alegrar las fiestas patrias con gran colorido. Pocos pueblos
estiran tanto sus celebraciones. Incluso inventamos el “18 chico” en vistas de
que el grande, el oficial, pareciera no dar abasto para tanto jolgorio.
Pero queda pendiente cerrar heridas. “Verdad, justicia y reconciliación: es el camino que hemos
propuesto para una vida digna y una convivencia humanizante” recordaron los
obispos en su carta con motivo del 11 de septiembre. La paz brota de un corazón
reconciliado, que sabe acoger al otro. No es barriendo la historia bajo la
alfombra como se construye patria, sino asumiéndola hidalga y responsablemente.
En Chile, nadie sobra. Somos todos hijos de una misma tierra. Es hora de buscar
y acentuar esos caminos de encuentro. Son más los puntos que nos unen que los
que nos separan. “La reconciliación es el camino que Jesús ofrece para alcanzar
una Patria grande de hermanos. Ella no se impone por decreto sino que brota de
un corazón misericordioso. Pequeños gestos personales e institucionales ayudan a
sanar heridas y contribuyen a la reconciliación” subraya la carta episcopal.
Sólo desde el respeto y la valoración del otro construiremos como
hermanos la memoria histórica, para desde ella levantar la mirada y trabajar con
renovada esperanza por el porvenir de Chile. “No es la cultura de la confrontación, del conflicto, la que construye la
convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino esta: la cultura del encuentro,
del diálogo. Este es el único camino para la paz” dice el Papa
Francisco.
Septiembre es mes de la patria. Mes de fiesta, paz y encuentro. Que renovemos
– muchos desde el silencioso dolor de tantos años - la alegría de festejar lo
que hemos construido. Que reine el amor, no el odio o rencor. Al término del
mes de septiembre, la Iglesia celebra el día de la oración por Chile y lo consagra
a la Santísima Virgen. Rezar por la patria es un deber de hijos. Que la Virgen
del Carmen nos regale construir una patria linda, fraterna y feliz, donde haya
pan, paz y justicia para todos ¡Felices fiestas patrias! ¡Viva Chile!
Hugo TagleTwitter: @hugotagle