. Y a esto
se suma la elección de diputados, la mitad de los senadores y los CORE, que
vendrá a ser una gran novedad en esta elección. En suma, una fiesta de la
democracia. Si cada uno de los candidatos logra mover y entusiasmar bien a sus
electores, deberíamos tener una gran concurrencia tanto el 17 de Noviembre como
en la segunda vuelta. El voto es voluntario, por lo que es una incógnita la
cantidad de gente que se acerque a las urnas. Pero, vistas las primarias
pasadas, deberíamos tener una gran participación.
La democracia la construimos
todos y el arma más fuerte de cada ciudadano para promover los cambios que la
sociedad en su conjunto requiere, es el voto. Dialogando se entiende la gente.
Y votando se hace efectivo el mayor de los derechos ciudadanos: determinar
quiénes serán los que conduzcan los destinos del país.
El ejercicio de la
democracia no es fácil. Es tarea de todos los días. Supone respeto al otro,
tolerancia, sentido de responsabilidad, asumir tanto los derechos como los
deberes que implica vivir en sociedad. Más los deberes que los derechos, ya que
esto de construir supone dar más que recibir. Destruir es fácil; construir,
difícil.
El desafío ahora será
incluir a más personas en el proceso democrático por lo que considero sano la
gran oferta de candidatos presidenciales y la incorporación a la papeleta
electoral de los COREs, que antes eran elegidos por los concejales. Gran cosa
que un nuevo funcionario público sea elegido por votación popular. No lo podrán
ser todos. Hay que delegar en las autoridades la función de determinar quienes
lo acompañarán en su labor ejecutiva. Ya tenemos bastantes representantes que
son elegidos por cada uno. Nadie puede alegar que no tiene oportunidad de
construir la democracia.
Muy positivo es también la
cantidad de gente joven, de todos los partidos, que se ha sumado a la carrera
política. Un buen ejemplo para el resto, sobre todo cuando el segmento juvenil
se muestra tan receloso e indiferente con la democracia. Así lo reveló la
última encuesta del INJUV, con cifras preocupantes sobre la apreciación de la
democracia de parte de los jóvenes. Reina una gran desconfianza e indiferencia
entre ellos. Una pena. Ojalá que los ejemplos de los candidatos jóvenes resulten
un buen aliento para su aporte en construir una democracia de calidad. Pero eso
pasa por participar responsablemente.
Y ojalá que reine el respeto
en las campañas. Las descalificaciones, odiosidades y solo horadan y debilitan
la democracia. Que sean meses de diálogo, participación y propuestas positivas.
Deberíamos vivir un buen tiempo preelectoral.
Hugo TagleTw: @hugotagle