Pareciera ser que en la
actualidad ir en defensa de los Derechos de los Homosexuales
estuviera de moda -”in”, “cool” o “progresista”. Y hay de
vosotros si se estuviera en contra de lo que los homosexuales
organizados exigieran.
Criticar o ir en contra
de alguna medida en favor de los derechos homosexuales ha convertido
la respuesta de la contra-parte en una respuesta histérica tan
parecida a la respuesta que dan los judíos-sionistas cuando se les
llega a criticar al Estado de Israel o al estar en contra de medidas
adoptadas en contra de los palestinos. Los primeros suelen acusar de
“homofobia” y los segundos suelen acusar de “anti-semita” o
“anti-judío”.
¿Acaso no se podrá
criticar o estar en contra de algunas medidas pro-Derechos de los
Homosexuales?
Ciertamente el apoyo a
los Derechos de los homosexuales se ha extendido en las últimas
décadas de manera sorprendente y obligado a la clase gobernante a
legislar en favor de sus demandas.
Poco a poco los
homosexuales van adquiriendo terreno favorable dentro de la opinión
pública. Incluso no llegando a sorprender ver a homosexuales ocupar
espacios televisivos (fundamentalmente faranduleros o prensa rosa) o
ver temática homosexual en el cine.
El avance en derechos de
la homosexualidad, en estos últimos tiempos, ha permitido aumentar
la presencia homosexual dentro de una cultura fundamentalmente
heterosexual que, paso a paso, le ha venido dando cobijo dentro de
sus propios espacios.
La aceptación de los
homosexuales por parte de sectores heterosexuales de la pequeña
burguesía ha permitido gradualmente a estos (homosexuales) tomar
espacios, propios del mundo heterosexual, impensables varias décadas
atrás.
Tanto llega a ser el
avance (matrimonio homosexual, adopción de niños, etc) en algunas
latitudes que nos vemos en la obligación de hacernos ciertas
preguntas: ¿hasta dónde los sectores homosexuales piensan avanzar
dentro del conocido mundo heterosexual? En un futuro cercano ¿se
permitirá en masa la publicidad homosexual dentro de espacios
televisivos o espacios urbanos? ¿Se acomodarán en la televisión o
el cine telenovelas y películas con temática homosexual, del mismo
modo como hoy se acomodan telenovelas y películas con predomino
heterosexual? ¿Se elegirá algún día al primer presidente o
presidenta homosexual?
Si la homosexualidad es
vista por ciertos sectores pequeños burgueses como algo “normal”
o como una “opción sexual” u “orientación sexual” y no como
una anomalía o desviación sexual ¿en un futuro cercano nos
encontraremos con centros educacionales exclusivamente para
homosexuales? Cuál es la idea de los que defienden los derechos de
los homosexuales, incluido los mismos, ¿conducirnos hacia un futuro
Homo-triarcado? ¿Hacer que los pedófilos organizados también
“salgan del armario” y luchen por sus “derechos”?
La pedofilia, tal como el
homosexualismo, también podría ser considerada por sus defensores
como una “opción sexual” u “orientación sexual”, pero,
realmente, es una desviación sexual o una orientación sexual
DESVIADA. Puede que en la actualidad nos moleste los defensores de la
pedofilia o los grupos de pedófilos, pero es normal que ocurra de la
misma forma como antes de adquiridos ciertos derechos ocurría con
los homosexuales.
Creamos o no, los
partidarios de la pedofilia existen y poco a poco han ido
organizándose. Pero en el momento en que la pedofilia sea sacada de
la lista de trastornos mentales, avalados por instituciones de
renombre e internacionales, ya podemos augurar lo que vendrá después
(efecto dominó), tal como ocurrió con la conducta homosexual -la
conducta homosexual fue sacada de la lista de los trastornos mentales
en 1973 por parte de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría
(APA American
Psychological Association)
para luego ser seguida o copiada por innumerables instituciones de
renombre e internacionales. Hasta el momento, la conducta homosexual
no ha dejado de abrirse paso dentro de los parámetros morales
heterosexuales.
Vemos, por otro lado, el
ejemplo de los judíos-sionistas y la creación del Estado de Israel.
Una minoría al cual se le entregó ciertos derechos con la
aprobación de las grandes potencias mundiales y sus organismos
internacionales, pero lejos, obviamente, de su territorios y en
desmedro del territorio palestino -ex-colonia británica (1917-1948).
Todos sabemos en qué terminó todo. Obviamente los judíos-sionistas
podían reproducirse. Pero si en un caso hipotético a los
homosexuales se les entregara un pedazo de tierra para que allí se
desenvolvieran y no se sintieran discriminados ¿cómo sería la
forma de REPRODUCCIÓN si los homosexuales gustan tener uniones entre
el mismo sexo?
Ir en favor de los
derechos de los Homosexuales no es ser progresista, es más bien
defender ideas del pequeño burgués. La individualidad sexual de
ciertas minorías no puede estar por sobre los derechos de la clase
trabajadora.
¿Nunca nos hemos puesto
a pensar en los espacios que acaparan en los Medios cuando los
homosexuales pelean por sus derechos y, por otro, los espacios que
acaparan la clase trabajadora cuando pelea por sus derechos? A los
primeros somos convidados a bailar con las “rarezas” y a los
segundos somos convidados a bailar con la “violencia”.
¿Cuál es la posición
que debemos tener frente a los “movimientos homosexuales”? Los
que defienden los “movimientos homosexuales” ¿defienden con el
mismo entusiasmo los movimientos populares de la clase trabajadora?
¿El “movimiento homosexual” defiende la idea de sustituir una
formación socioeconómica capitalista por una formación
socioeconómica socialista? ¿Es el “movimiento homosexual” o
“pro-homosexual” movimientos que vayan en contra de un modelo
económico o más bien buscan acomodarse dentro de parámetros
morales heterosexuales de predominio fundamentalmente patriarcal?
Contrario a lo que suelen
pregonar los activistas homosexuales o pro-homosexuales, que señalan
que la condición homosexual es una “opción sexual” u
“orientación sexual” que no denota desviación alguna, podemos
afirmar que la condición homosexual verdaderamente es una desviación
sexual, ya que se enmarca dentro de los parámetros de la moral
heterosexual. Y cuando se adquieren ciertos derechos que van en
contra de la moral heterosexual, violenta al mundo heterosexual.
El homosexualismo no es
ninguna “opción sexual” u “orientación sexual”. Una opción
u orientación sexual podemos verlo con los hombres que gustan de
tener más de una esposa o alguien que quisiera tener relaciones
sexuales con dos o más personas del contrario sexo. Y no llega a
haber tanto escándalo con lo señalado, ya que obviamente se enmarca
dentro de los parámetros normales de la moral heterosexual.
El ser humano nace dentro
de parámetros morales heterosexuales. Por tanto, alguien que opte
por ir en contra de los parámetros morales heterosexuales, y tenga
relaciones sexuales con individuos del mismo sexo, ya está tomando
un camino desviado dentro de los parámetros morales heterosexuales.
Si consideramos al
homosexualismo como una “opción sexual” o como una “orientación
sexual” dentro de los parámetros normales, lo que estamos haciendo
es abrir las puerta a las demás desviaciones sexuales como pueden
ser la pedofilia, la necrofilia o la zoofilia, que claramente no son
“opciones sexuales” sino desviaciones sexuales u orientaciones
sexuales DESVIADAS, ya que atentan contra los parámetros morales del
mundo heterosexual en el cual nos desenvolvemos.
Los homosexuales deben
saber que desde el momento de su nacimiento hasta su muerte viven
insertos dentro de parámetros morales heterosexuales. Por tanto, su
condición desviada debe hacer frente a las consecuencias de vivir
dentro de dichos parámetros.
Es un error que en
gobiernos supuestamente democráticos los homosexuales puedan
adquirir derechos como poder casarse o adoptar o criar niños.
Permitir el matrimonio
homosexual y adoptar niños o criarlos entre homosexuales, lo que se
está haciendo es romper con la tradición familiar caracterizado por
el vínculo entre un hombre y una mujer o entre la unión de personas
con distinto sexo.
Culturalmente nuestras
sociedades heterosexuales siempre habrán de ver a los homosexuales
como lo que son: desviados sexuales. Y difícilmente los homosexuales
podrán no ser objetos de burla. La discriminación cultural hacia el
homosexual va a existir siempre mientras se esté inserto dentro de
parámetros morales heterosexuales a menos que se cultive el respeto
hacia las minorías sexuales.
Los gobiernos
capitalistas hacen muy mal en entregar derechos a los homosexuales.
Su actuar permisivo hacia estas minorías es un actuar irresponsable
que, de seguir así, sólo habrá de contribuir a atraer a la
verdadera HOMOFOBIA o a otras minorías (ejemplo: pedófilos) y
exigir ciertos derechos.
Los Países Bajos ha sido
la cuna de la mayoría de los temas con el cual nuestras sociedades
se ha venido enfrentando (legalización de las drogas, legalización
del ejercicio de la prostitución, legalización del matrimonio
homosexual, legalización del aborto, la eutanasia, transexualismo
etc) Y es allí (el “ejemplo”) donde grupos organizados de
pedófilos buscan, actualmente, alcanzar legalizar la pedofilia.
Si en un futuro se
legalizara la pedofilia ¿nuestras sociedades entonces deberían
permitir la legalización de la pedofilia de la misma forma como en
nuestros países o en algunos países se han legalizado el consumo
ciertas drogas, el aborto o el matrimonio homosexual?
Nuestros gobiernos
deberían comprender que la obtención de derechos de ciertas
minorías frente al atropello o aplazamiento de ciertos derechos de
una mayoría trae resentimiento y obliga a ciertos sectores a
adquirir ideas o conductas rayando en el fascismo, o a preguntarse
del por qué estas minorías, que no salen a luchar por la clase
trabajadora en su conjunto, sino exclusivamente por sus propios
intereses INDIVIDUALISTAS, obtienen objetivos específicos; y, la
clase trabajadora que salen a luchar por el conjunto de nuestras
sociedades, y que ejerce mucha más presión, difícilmente logran
sus objetivos.
La historia de la
humanidad está basada en la evolución política, económica,
militar, tecnológica, etc al mismo tiempo ha significado la caída
de determinados sistemas de producción como lo fueron el Esclavismo,
el Feudalismo y ahora el Capitalismo.
Queramos o no, el
Capitalismo hoy está en decadencia tanto en temas económicos como
en temas valóricos. Por tanto todo aquello que hoy está siendo
aceptado por las estructuras de poder del capitalismo (drogas,
aborto, matrimonio homosexual, etc) no son más que un síntoma de
decadencia del propio sistema capitalista. Se incurre en un error al
tratar de ver dichos síntomas como si se tratara de un estado
“evolutivo” de nuestras sociedades. La decadencia del sistema
capitalista se está expresando en temas económicos, políticos,
valóricos y morales. Apoyar la decadencia del capitalismo es
incompatible con nuestras ideas de liberación y por la implantación
de una formación socio-económica socialista. Apoyar la decadencia
del capitalismo es mimetizarse con la ideología pequeño burgués.
Los círculos de
izquierda deberían tener más debate, no solo en temas económicos o
políticos, sino que en temas valóricos y morales si lo que se
pretende es formar al hombre nuevo.
Curiosamente es la
pequeña burguesía la que gusta debatir sobre temas valóricos y
morales, pero dejando un tanto de lado los temas políticos y
económicos, pero no por apatía sino porque se sienten a gusto con
el propio sistema de producción capitalista, y llegando a irrumpir
únicamente para mejorarlo y así satisfacer sus propios intereses
individuales, pero no los intereses generales.
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Níkolas Stolpkin
Analista político nacional e internacional - Political Analyst - Crítico de política y Cultura Contemporánea - AUTODIDACTA