Por Belén, la vida siempre

Triste la muerte de un joven de 17 años en el cerro Manquehue. Si ya la tragedia es lamentable, aumenta el dolor ante la transmisión desvergonzada que le dieron los matinales de TV, transformándola en un verdadero reality show.

 

. Si ya la tragedia es lamentable, aumenta el dolor ante la transmisión desvergonzada que le dieron los matinales de TV, transformándola en un verdadero reality show.
No se juega con los sentimientos de las personas. Esperemos que los reclamos al CNTV los hagan recapacitar y medirse en la forma en que divulgan noticias de dramas humanos. No hay derecho a hacer de ella un festín y chismorreo ocioso. La muerte, sobre todo de un joven, nos lleva a valorar más la vida, a cuidarla y agradecerla. Cada día vivido es para dar gracias a Dios por ese don y el de nuestros seres queridos.

Y la otra noticia que ocupó la malla noticiosa es el lamentable caso de Belén, niña de solo 11 años violada y embarazada por su padrastro. Uno más de los cientos de estos meses. Se destapa aquí una historia de abusos, crueldad, silencios cómplices y cobardía en grado sumo. Tanta miseria paraliza. Esperemos que se aplique un castigo ejemplar y se le den a Belén los cuidados que merece.

Rebrotó con esto la polémica en torno a la despenalización del aborto. Habrá que recordar un par de obviedades. Estaremos de acuerdo en que hay vida distinta de la madre desde la concepción. Allí se gatilla un proceso vital irreversible, por infinitesimal que sea. Se trata de una nueva persona, genéticamente completa que desarrollará sin pausas todas sus potencialidades.

¿En qué casos permitir un aborto? En ninguno, como se deduce de ello. Donde hay vida humana, se la debe respetar siempre y absolutamente. Desde su concepción hasta su ocaso natural. Basta mirar una simple ecografía para darse cuenta que se trata de vida nueva.

Si se trata de un feto inviable, dejemos que la naturaleza siga su curso. Si hay riesgo para la salud de la madre, la protegeremos sin por ello provocar conscientemente la muerte del hijo. La medicina nos regala día a día maravillosas buenas nuevas en que este peligro se ha marginado casi hasta su desaparición. Los esfuerzos se focalizarán primero en la madre, sin descuidar por al hijo. De hecho, la ciencia invierte ingentes recursos en buscar salvar ambas vidas, como lo vemos en la prensa. Así de valiosa consideramos la vida, aunque no sea la nuestra ¡Gracias!

Y ¿qué hacer en caso de violación? Un crimen no se paga con otro crimen. El daño es solo mayor. Si ya es una atrocidad una violación, que no se aumente el dolor con la muerte de un inocente. Esa nueva creatura no tiene la culpa de ese deleznable delito. El caso de Belén nos debe llevar a velar en forma más responsable por los jóvenes y niños; a ser más cuidadosos con ellos, a ser severos en el castigo de estos crímenes y a asumir como propia la responsabilidad que implica una nueva vida no querida, pero con el mismo derecho a vivir que tú o usted.

Hugo Tagle

Twitter: @hugotagle

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