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Buen trabajo Víctor.
El problema de nuestra sociedad no es la propiedad privada, salvo porque no es completa: No ha sido declarada aún la más importante de ellas.
Cuando los excedentes que cada uno produzca sean propiedad privada, es decir cuando las relaciones laborales vuelvan a su idea original, la sociedad terminará con la decadencia, la pobreza, el hambre, el desposeimiento, las enfermedades, el crimen, y los cruentos ataques del terrorismo internacional..
Antes, cuando uno hacía una silla cobraba por una silla. Cuando hacía dos, cobraba por dos sillas.
Desde la revolución industrial el trabajo se remunera por el costo y no por el precio, haciendo que la principal propiedad (la del esfuerzo extra y la creatividad desarrollada) sea quitada.
La actual doctrina social, en su vano intento de resolver ese problema, aisló esa diferencia que quedaba en manos de los empleadores, pero en lugar de adjudicarla a sus dueños, institucionalizó el despojo.
Hoy los Estados confiscan la tercera parte de las ganancias de todas las empresas, que no es otra cosa que la propiedad privada de los excedentes del personal de esa empresa.
Urge una modificación sustancial de las relaciones laborales haciendo que ese dinero, llamado eufemísticamente Impuesto a las Sociedades, sea reintegrado a sus legítimos dueños: el personal propio y de terceros de cada empresa.
Hay un libro que evalúa el proyecto en todos sus aspectos e incentiva a quienes se sumen a él: