Alma de mujer. Día internacional de la mujer. 8 de marzo

Celebramos el día de la mujer. El viejo chiste de cuándo será la celebración del día del hombre no solo es repetido sino aburrido, por lo que olvídelo.Una buena conmemoración para recordar sus virtudes y misión, así como la deuda histórica que arrastra la otra mitad de la humanidad para con ella.En Chile, como sabemos, mandan las mujeres. Buena parte de los hogares tienen como cabeza a una mujer. Más de la mitad de los directores de colegios son mujeres. Los chilenos aprenden a leer, sumar y restar con mujeres, ya que la inmensa mayoría de los profesores de básica son mujeres. Suma y sigue. Hay un poco más de mujeres que hombres. Y esta rápida mirada queda corta si le agregamos su papel en aspectos claves de la vida cotidiana como salud. La mujer es simplemente irreemplazable.Y la mujer chilena, más aún ¿Qué decir de ella? Lo primero que se me viene a la mente es que son muy esforzadas. Veo a diario mujeres con sus niños pequeños camino al colegio, en paraderos atestados, esperando bus o camino al trabajo. Juegan doble y triple papel entre la casa, el trabajo y el rol de esposa. Están dispuestas a dar la vida por los suyos. Me ha tocado conocer mujeres en los lugares más reconditos de este largo país, sacándole partido a los pocos pesos de que disponen, haciendo malabares con escasos medios, arropando a niños y asumiendo como propios más de uno que llego de improviso. A esto hay que sumarle la faena de lidiar no pocas veces con hombres ausentes, molestos, cargantes y, lo peor de todo, violentos. La violencia intrafamiliar no es tema menor. Algo hemos avanzado pero sigue siendo una lacra que corroe las bases de la familia chilena y causa de perjuicios afectivos y sociales enorme.Toda mujer, incluso aquellas que no son creyentes, irradian mucho de Dios, tiene un halo de divinidad, de misterio que transporta a lo sublime. Sin quererlo ni buscarlo, es puente entre lo humano y lo divino. Jesús tuvo entre sus fieles colaboradoras a mujeres. Las únicas fieles hasta el final: su madre María, María Magdalena y otra María, de quien sabemos que acompañó a Jesús. Debemos nombrar también a Marta, la hacendosa. De ahí su enorme responsabilidad de humanizar, dignificar, dar vida y acoger. Su fuerza radica en buena parte que hay tenido que hacerse espacio a pulso y ñeque, a fuerza de vencer dificultades y prejuicios.La creciente mejor convivencia de los chilenos – falta mucho aún, pero mejoramos -, la mayor capacidad de diálogo, tolerancia y mesura en la forma de enfrentar los desafíos nacionales, se deben a la mayor incorporación de la mujer al mundo laboral, social y político, este último hasta hace un tiempo monopolio masculino.¡Felicidades en su día a todas las mujeres!

 

. El viejo chiste de cuándo será la celebración del día del hombre no solo es repetido sino aburrido, por lo que olvídelo.Una buena conmemoración para recordar sus virtudes y misión, así como la deuda histórica que arrastra la otra mitad de la humanidad para con ella.En Chile, como sabemos, mandan las mujeres. Buena parte de los hogares tienen como cabeza a una mujer. Más de la mitad de los directores de colegios son mujeres. Los chilenos aprenden a leer, sumar y restar con mujeres, ya que la inmensa mayoría de los profesores de básica son mujeres. Suma y sigue. Hay un poco más de mujeres que hombres. Y esta rápida mirada queda corta si le agregamos su papel en aspectos claves de la vida cotidiana como salud. La mujer es simplemente irreemplazable.Y la mujer chilena, más aún ¿Qué decir de ella? Lo primero que se me viene a la mente es que son muy esforzadas. Veo a diario mujeres con sus niños pequeños camino al colegio, en paraderos atestados, esperando bus o camino al trabajo. Juegan doble y triple papel entre la casa, el trabajo y el rol de esposa. Están dispuestas a dar la vida por los suyos. Me ha tocado conocer mujeres en los lugares más reconditos de este largo país, sacándole partido a los pocos pesos de que disponen, haciendo malabares con escasos medios, arropando a niños y asumiendo como propios más de uno que llego de improviso. A esto hay que sumarle la faena de lidiar no pocas veces con hombres ausentes, molestos, cargantes y, lo peor de todo, violentos. La violencia intrafamiliar no es tema menor. Algo hemos avanzado pero sigue siendo una lacra que corroe las bases de la familia chilena y causa de perjuicios afectivos y sociales enorme.Toda mujer, incluso aquellas que no son creyentes, irradian mucho de Dios, tiene un halo de divinidad, de misterio que transporta a lo sublime. Sin quererlo ni buscarlo, es puente entre lo humano y lo divino. Jesús tuvo entre sus fieles colaboradoras a mujeres. Las únicas fieles hasta el final: su madre María, María Magdalena y otra María, de quien sabemos que acompañó a Jesús. Debemos nombrar también a Marta, la hacendosa. De ahí su enorme responsabilidad de humanizar, dignificar, dar vida y acoger. Su fuerza radica en buena parte que hay tenido que hacerse espacio a pulso y ñeque, a fuerza de vencer dificultades y prejuicios.La creciente mejor convivencia de los chilenos – falta mucho aún, pero mejoramos -, la mayor capacidad de diálogo, tolerancia y mesura en la forma de enfrentar los desafíos nacionales, se deben a la mayor incorporación de la mujer al mundo laboral, social y político, este último hasta hace un tiempo monopolio masculino.¡Felicidades en su día a todas las mujeres!
Hugo Tagletwitter: @hugotagle

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