El colosal crecimiento
del Estado y el derroche de fondos públicos por mala asignación de recursos,
sin patrones económicos, han generado un enorme déficit en el gobierno, hasta
tal punto que no le alcanzan los reales del petróleo cuyos precios en promedio
en los últimos años supera los 60 USA/ barril. De tantas perversidades
generadas por la carencia de control social, contamos esta que lleva al
gobierno al uso impúdico de las “impresoras” del BCV para financiar derroche y
mala asignación de recursos.
Ante esas calamidades
económicas, algunas instituciones no disimulan su desvergüenza
anti-institucional, el BCV esconde las estadísticas monetarias; pretende que
los venezolanos no conozcan la naturaleza dispendiosa del gasto y su
contribución a ello, tratando de encubrir los orígenes y fuentes del dinero
“inorgánico” que transfiere al gobierno para compensar su déficit fiscal. En
otras palabras esconde su responsabilidad por la colosal inflación que destruye
el poder de compra del dinero que emite.
Pero como la tos y los
reales, la inflación no se puede esconder, la gente así no comprenda las
estadísticas, técnicas y desaguisados monetarios del Directorio del BCV, siente
sus efectos cada vez que se coloca frente a los estantes en el mercado, y
compara la colosal pérdida de poder adquisitivo del bolívar. Con esto,
definamos entonces a la inflación como un continuo proceso de pérdida de poder
de compra del dinero.
Con ese concepto en mano,
podemos comprender que la inflación es un fenómeno por esencia monetario y en
consecuencia político. Esto último debido a las decisiones del gobierno<
amparadas por mecanismos administrativos, alienan del Banco Central la autonomía e independencia requeridas para
impedir que el dinero que imprime por ley y en confianza popular se deprecie y
pierda poder de compra.
2. El impuesto inflacionario, más dinero para el
gobierno
Esta afirmación nos
permite introducir otro concepto de fácil compresión que nos identifica a la
inflación como el impuesto inflacionario, es decir, la impresión de dinero para
el gasto del gobierno, y que por ello no
tiene respaldo de valor en reservas, e independiente de los caminos que ello
toma, constituye en un ingreso fiscal;en palabras más sencillas, en el ingreso
producido como impuesto inflacionario. En otras palabras y para introducir
precisión y mayor comprensión por parte del público que lee, el ingreso que
llega al gobierno -ingreso fiscal-
impreso por el Banco Central con ese objetivo, es un impuesto cuyo
pagador anticipado es el consumidor, el hombre de a pie, el individuo. Más
precisamente un poder de compra expropiado y confiscado por el fisco -gobierno.
Esta realidad es la que
el BCV ha tratado de encubrir cuando, sin razón alguna, no publica las
estadísticas monetarias que explicanla fuente dela base monetaria. En
circunstancias institucionalmente normales, en cualquier sociedad
democrática controlable,el banco central
publica la fuente del dinero que imprime y el uso que tiene. La carencia en Venezuela
de controlabilidad y balance institucional entre poderes públicos, incluido el
poder monetario, impide al ciudadano aplicar los controles sobre el gobierno en
cuanto al incumplimiento de la ley por parte de sus funcionarios, en este caso
del Banco Central.
El BCV desde hace dos
años dejo de publicar las estadísticas correspondientes a las fuentes de la
base monetaria, con ello quizás buscacubrir la voluminosa impresión de dinero
que se destina al financiamiento por vía de descuento o por vía monetaria
directa de empresas del Estado particularmente PDVSA y CVG, lo cual es una
manera de financiar el gasto del gobierno.
3. Caminos verdes que utiliza el BCV para
financiar el déficit fiscal
La Ley del BCV ha sobrevivió 4 reformas desde que fue
promulgada su Ley en el año 2000, cada una de ellas fue disminuyendo y
mutilando su independencia y autonomía, pasando por la eliminación de la
prerrogativa que obligaba a PDVSA a vender al BCV todas las divisas de la
exportación de petróleo, por la creación de FONDEN, especie de fondo parafiscal
donde el gobierno financia el fisco desde la balanza de pagos, hasta la más
reciente reforma que transformó al BCV en una especie de banco de desarrollo,
donde empresas del Estado pueden financiarse con sus bonos basuras, a cambio de
efectivo impreso para tales fines. La explosión de la liquidez monetaria en
estos tres años muestra donde está el dinero cuya data el BCV trata de
esconder.
El BCV desde hace casi
dos años dejo de publicar de manera integral las estadísticas
correspondientes a las fuentes de la
base monetaria, con ello quizás busca- hasta que nos den las razones por su
falta y su incumplimiento de la Ley del BCV-
cubrir la voluminosa impresión –ver gráfico sobre el crecimiento de la
liquidez frente a la inflación- de dinero que se destina al financiamiento por
vía de descuento o por vía monetaria directa de empresas del Estado
particularmente PDVSA y CVG.
Un ejemplo lo tenemos en
la operación de financiamiento del MEF a PDVSA que significó la venta de la
deuda –pagare- que PDVSA contrajo con el MEF, en el 2010 y que este le
vendió al BCV a la tasa de 4.3 del recién devaluado bolívar a final de año. Es
decir, el BCV pago en bolívares a una tasa de 4.3 una deuda contraída por PDVSA
a 2.60 Bs/dólar. El MEF recibía del
directorio del BCV el doble de bolívares prestados a PDVSA, así se
financia el voluminoso déficit fiscal del gobierno. Pero como el dinero no es
posible esconderlo el vertiginoso ritmo de crecimiento de la liquidez monetaria
en los últimos dos años, no guarda ninguna relación con el volumen “estable” de
las reservas internacionales en la balanza de pagos.
4. Así no publique las estadísticas, el dinero se
deprecia aceleradamente
Por ello se observa de la
data sin mayores esfuerzos que el ritmo de crecimiento vertiginoso de la
liquidez monetaria en los últimos dos años, no guarda ninguna relación con el
volumen “estable” de las reservas internacionales en la balanza de pagos.
De allí que a primera
vista se observa que se ha seguido imprimiendo dinero sin que el BCV registre
incremento en reservas internacionales, y sabemos que esta es la fuente
fundamental en una economía normal para imprimir dinero, incluyendo la
venezolana hasta hace dos años. Mis estimaciones al respecto acotan una
expansión de la liquidez monetaria por vía fiscal en estos dos años por 18%
adicional al crecimiento vegetativo normal y legal.
Por esa razón se presume
lo que la otra fuente de la base monetaria (además de las reservas
internacionales) y que se define como “crédito al gobierno” es la que estaría
representando la expansión monetaria mencionada,y es –al parecer- lo que las
autoridades monetarias del BCV parecieran esconder cuando se niegan publicar las
estadísticas a las cuales están obligados por Ley.
5. La data que el BCV esconde, impone sus efectos
en la calle: inflación
Sin embargo en la calle,
el bolívar muestra una depreciación en su poder de compra de casi 100 para
inicios del 2011, producto de la devaluación y del financiamiento monetario del
fisco (gobierno), y acotemos que el BCV aun represa más inflación que llegara a
los mercados en la media que tengan que ajustar los precios de bienes
regulados. Hay otro componente de la inflación que no se nota en esos
indicadores, me refiero al “escasez”, una manera socialista de evitar que los
precios hablen más directos de la presión inflacionaria provocada por el
crecimiento del Estado y de las necesidades de caja del gobierno.
El BCV aunque no lo
publica oficialmente tiene otro indicador algo menos masajeado de la inflación,
el “núcleo de la inflación”, que pudiéramos parafrasear como la inflación
nuclear, pero no, hay otra inflación más cerca de lo que el ciudadano enfrenta
a diario y es que la devaluación en 100% el 31 de Diciembre le impone un ritmo
a la creación de [pobreza realmente nuclear.
De allí que hemos
definido a la inflación como ese proceso sostenido de pérdida de poder
adquisitivo del bolívar –poder de compra- que desde luego no es el 30% que el
BCV publica, sino que se relaciona másdirectamente con la data que no publica,
que hemos comentado en esta nota, pero que se puede observar en la devaluación
de la tasa de cambio, mecanismos mediante el cual el gobierno paga su déficit
fiscal y que desde luego observamos en el vertiginoso crecimiento de la
liquidez monetaria.