Los esclavos que la historia de Chile borró

Si bien salieron desde Valparaíso con destino a El Callao, lo que ellos querían era regresar a Senegal o al menos llegar a alguna “tierra de negros”. Viraron al sur, sin embargo, la esquiva suerte ni siquiera les acompañó para alcanzar Valdivia. Los 72 esclavos que a fines de 1804 se amotinaron en la fragata Trial, vieron coartada su tentativa de libertad en la desierta isla Santa María, frente a la costa de Concepción. Un rápido proceso terminó con la pena de muerte para nueve de ellos, señalados como los líderes del alzamiento. A cinco de los sentenciados les cortaron las cabezas, que fueron exhibidas durante varios días en la Plaza de Talcahuano, colgando de una viga. El negro José, uno de los presuntos ladinos de la embarcación, logró salvar su pellejo y fue condenado a 10 años de destierro, nada menos que en Valdivia. El alzamiento del Trial es uno de los pocos -tal vez el único- episodio documentado de un motín de esclavos en Chile. Lo más llamativo es que incluso le sirvió de directa inspiración a Herman Melville para su novela “Benito Cereno”, que reproduce casi calcada –incluso conserva algunos nombres- la trama de esta revuelta en el mar. Justamente fue la escasez de información sobre un tema poco atendido por los historiadores la que motivó que, en 2007, un grupo de destacados académicos se reuniera en la Universidad de Chile en el coloquio “Huellas de África en América: Perspectivas para Chile”. Algunas de las ponencias fueron finalmente recogidas en un libro homónimo, publicado en 2009 por Editorial Universitaria, con la edición de Celia L. Cussen. El texto pretende ser un punto de partida para profundizar sobre la esclavitud y la presencia de africanos y afrodescendientes en el país, población que llegó a constituir el 12% de los habitantes de Santiago, según un censo del Obispado (1777-1778). Por lo mismo, mirado todo esto desde el presente, parece que la historia se los hubiera tragado. Los trabajos que recoge esta publicación abarcan desde la génesis mestiza y urbana de las identidades de los descendientes de africanos; el análisis de los sistemas esclavistas americanos y la evolución de la población africana en Chile, hasta la vida de los negros libertos en la sociedad del Santiago colonial. Y, por supuesto, el sabroso relato del levantamiento del Trial, contenido en “De Senegal a Talcahuano: los esclavos de un alzamiento en la costa pacífica (1804)”, de la periodista y candidata a doctora en Historia de la Universidad de Chile, Javiera Carmona.

 

. Viraron al sur, sin embargo, la esquiva suerte ni siquiera les acompañó para alcanzar Valdivia. Los 72 esclavos que a fines de 1804 se amotinaron en la fragata Trial, vieron coartada su tentativa de libertad en la desierta isla Santa María, frente a la costa de Concepción. Un rápido proceso terminó con la pena de muerte para nueve de ellos, señalados como los líderes del alzamiento. A cinco de los sentenciados les cortaron las cabezas, que fueron exhibidas durante varios días en la Plaza de Talcahuano, colgando de una viga. El negro José, uno de los presuntos ladinos de la embarcación, logró salvar su pellejo y fue condenado a 10 años de destierro, nada menos que en Valdivia. El alzamiento del Trial es uno de los pocos -tal vez el único- episodio documentado de un motín de esclavos en Chile. Lo más llamativo es que incluso le sirvió de directa inspiración a Herman Melville para su novela “Benito Cereno”, que reproduce casi calcada –incluso conserva algunos nombres- la trama de esta revuelta en el mar. Justamente fue la escasez de información sobre un tema poco atendido por los historiadores la que motivó que, en 2007, un grupo de destacados académicos se reuniera en la Universidad de Chile en el coloquio “Huellas de África en América: Perspectivas para Chile”. Algunas de las ponencias fueron finalmente recogidas en un libro homónimo, publicado en 2009 por Editorial Universitaria, con la edición de Celia L. Cussen. El texto pretende ser un punto de partida para profundizar sobre la esclavitud y la presencia de africanos y afrodescendientes en el país, población que llegó a constituir el 12% de los habitantes de Santiago, según un censo del Obispado (1777-1778). Por lo mismo, mirado todo esto desde el presente, parece que la historia se los hubiera tragado. Los trabajos que recoge esta publicación abarcan desde la génesis mestiza y urbana de las identidades de los descendientes de africanos; el análisis de los sistemas esclavistas americanos y la evolución de la población africana en Chile, hasta la vida de los negros libertos en la sociedad del Santiago colonial. Y, por supuesto, el sabroso relato del levantamiento del Trial, contenido en “De Senegal a Talcahuano: los esclavos de un alzamiento en la costa pacífica (1804)”, de la periodista y candidata a doctora en Historia de la Universidad de Chile, Javiera Carmona.

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