Censo en casa. Sobre el censo 2012 en Chile

 

. Interesante como esa pregunta ha despertado mucha curiosidad.No me extrañaría una baja en el número de católicos, el cual alcanza hoy a un 70% de la población. Puntos más o menos, lo importante es la vivencia de la fe, la consecuencia de vida, la creencia profunda que la fe lleva a una vida más feliz, auténtica y humana. Pero eso no lo pregunta el censo y hace bien en no hacerlo. No es justo medir religiosidad por mayor o menos participación activa. Debemos tener cuidado en estar haciendo de estas mediciones “pruebas de blancura”, o apuntar con el dedo de si se es “suficientemente consecuente o no”. Usted, no lo haga.Lo que se pide en el censo es la adhesión ante un credo u otro y eso basta. Ojalá que la pregunta mueva a la gente a cuestionarse un poquito más y bueno, dar el salto a una mayor participación. Pero eso es otra cosa.Espero, sí, que nadie caiga en el infantilismo de ocupar este censo para “castigar” a la Iglesia o algo así. Sería una pena por ellos. Los únicos perdedores son quienes, por un decepción dan un portazo a su propia historia de vida. Usted no lo haga. Entiendo los recelos e indignación que han provocado las condenables actuaciones de decenas de sacerdotes y consagrados, abusando de su investidura y cometiendo crímenes tanto más condenables justamente por haber quebrado lo más propio del sacerdocio: la confianza depositada en ellos.Pero la fe de cada cual es mucho más que las fechorías de unos pocos. Es el santuario de la conciencia, la intimidad del corazón, el lugar donde uno asiente profundamente a una confesión u otra. En ese sentido, tengo una mirada confiada en que se mostrará, sí, una adhesión más madura, auténtica y fidedigna: la mayoría de los católicos han madurado, sienten que son responsables de su Iglesia, que son parte de ella y no meros observadores pasivos. Se alegran con sus alegrías y se entristecen e indignan con sus errores. Iglesia somos todos, no solo el Papa o los curas.Bajo esa premisa espero que cada cual responda con responsabilidad. Insisto: el censo no es una encuesta de estados de ánimo ni ocasión de votos de castigo. A tomarlo en serio y punto.Si me preocupa el crecimiento de aquellos que afirman no tener “ninguna” creencia. Por de pronto, no es cierto. El hombre no tiene religión: “es” religión. Siempre se cree en algo. Y la falta de un Dios personal, la adhesión a una comunidad creyente lleva a creer cualquier cosa. Y eso es preocupante. Somos un pueblo creyente. Y eso hay que valorarlo.Hugo Tagle@hugotagle

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