Etica en los Servidores Publicos en Venezuela, para garantizar la eficiencia en los Procesos

Los servidores publicos deben tratar a los ciudadanos con absoluto respeto y con apego a la estricta legalidad, prestándole sus servicios y colaboración de manera eficiente, puntual y pertinente, sin abusar en modo alguno de la autoridad y atribuciones que le sean conferidas en ocasión del cargo que desempeñan.

 

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Los mismos son los ejecutores de las políticas de Estado; de allí la importancia de que se ejecute según los lineamientos establecidos; y de esta manera permitir la fluidez de los procesos, que conduzcan al país en vías de desarrollo.

En el año 1999 fue promulgada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cuyo contenido muestra, principios totalmente novedosos en comparación con la del 1961 que fue derogada, en la vigente plantea la participación ciudadana en la gestión pública, relativos a los modos, medios e instancias para su ejercicio, así como a lo concerniente a las fases en las cuales dicha participación se hace efectiva, como expresión del carácter protagónico que la carta magna.  

 

En Venezuela la reivindicación de la ciudadanía (legalmente establecida-ciudadanía jurídica) en los nuevos procesos de gestión pública; intentan recobrar la importancia de ella; a través de la comunidad organizada local, optimizando los métodos en las distintas etapas de diseño, formulación, ejecución y control en la implementación de las políticas públicas.

En este sentido las leyes establecen una nueva tendencia que involucra a los ciudadanos y ciudadanas como sujetos activos, con una serie de obligaciones y responsabilidades dentro de una dinámica de participación ciudadana en pro del fortalecimiento político.

”La ciudadanía es un concepto político, clave y polémico, mediante su ejercicio el ciudadano vincula su actuación, en la vida pública, de manera que esta acción que involucra una actividad entre los hombres, es la condición humana de la pluralidad, debido a que todos somos humanos y por tanto nadie es igual al otro, la vida activa es una expresión cargada de una tradición de pensamientos político, que significa formar parte en los asuntos publico político (Arendt, 1983:26).

Los ciudadanos como sujeto activo de la política, pertenece a una sociedad con capacidad para nombrar a sus representantes y a sus gobernantes; pero también puede desde la organización de su comunidad, defender sus derechos y hacerse participe de las políticas públicas que influyen directamente sobre los rumbos y direcciones de la vida dentro de un espacio territorial delimitado. 

En la actualidad lo que predomina en los organismos pertenecientes a la administración pública, es una clara burocracia que va de la mano, de la perdida de los principios rectores constitucionales, de eficacia, eficiencia, celeridad, transparencia y simplicidad, responsabilidad de los funcionarios públicos en los trámites administrativos, que viene de una práctica neoliberal, una concepción donde el ser humano, la sociedad regida por pautas, que nos fueron impuestas desde la colonización; ejercidas por los invasores españoles, donde se expropio a los pueblos originarios de su territorio y a esto se suma la población traída del África para servir como mano de obra esclavizada, la cual le dio su carácter particular a la cultura y a la nación venezolana, donde se marcó la diferencia de clases como medio de dominación de la sociedad, donde una élite oligárquica; sus dirigentes trataron de reinventar los contenidos de la memoria histórica de los venezolanos y construir su concepto de nación y así afirmar su hegemonía política y social sobre los ciudadanos. Generando esa conducta burocrática que hasta la fecha no se ha podido erradicar.

Posteriormente surge la renta petrolera como economía predominante en el país, y acentuó mas los actos de corrupción, característico de la burguesía de la época, acciones que crearon dependencia; donde el ciudadano esta enlazado a esa práctica para poder lograr los objetivos planteados.

Surge otra práctica empleada por los funcionarios y es la del burocratismo en los diferentes entes del Estado; donde el ciudadano, es sometido a trámites y exigencias innecesarias que le impiden llevar a feliz término el origen de su visita, esto sin contar con las prácticas clientelares que propician el surgimiento los actos de corrupción que van en contra de los mecanismos tradicionales de la administración pública; que son los de gestionan la acción del estado sometiéndose a un ordenamiento jurídico.

Para plantearnos un escotoma venezolano, debemos replantearnos un cambio     transcendental en el orden público, iniciando por las instituciones que son las encargadas de administrar los bienes y recursos del estado para el beneficio de todos sus ciudadanos.

Para construir un Estado Socialista los gobernantes deben estar conscientes, que el pueblo tiene una historia singular cuyo proceso dialectico para poder ir hacia su transformación, debe ser aprehendido, analizado y asumido para que las decisiones de nuestros dirigentes no vayan a contracorriente de las decisiones que tome el poder popular.

En esta Venezuela en vía al socialismo del siglo XXI, es necesario cambiar los términos de referencia social y empezar a diseñar, con referentes a nuestra historia, así como los procedimientos e instrumentos necesarios para descubrir la naturaleza del poder popular; también se debe considerar lo que está en nuestra constitución y en la ley constitucional del Plan de la Patria, se dibuja el marco de la actuación de todos que evidencia la ética desde un estado socialista que le corresponde a la sociedad como una realidad sistémica que abarca de manera integral e interconectada a las dimensiones ético cultural, política, social, económica y espacial. Donde queda establecido un proceso de emancipación para liberar la sociedad Venezolana de una hegemonía, mediante un camino distinto original, cuya base es la justicia social, la equidad y la solidaridad entre los seres humanos y las instituciones públicas; donde los funcionarios públicos les corresponde la promoción de los nuevos códigos de valor, comunicación y relación de la sociedad, la cultura del trabajo, la solidaridad y la honestidad. 

Se hace necesario la revisión desde la ética y relacionarla con el comportamiento propio, de cada día desde el colectivo en las institución y con ello proponer una serie de revisiones y ajustes que contribuyan a ese cambio que la revolución bolivariana nos exige para garantizar el no retorno, mantener el direccionamiento que ella nos pide, cumpliendo su propósitos en el marco de las leyes.

Quien se desempeña desde una función pública debe ser capaz de pensar estratégicamente, innovar, cooperar, aprender y desaprender cuando sea necesario, desarrollar formas efectivas de trabajar.

La demanda de una reflexión crítica sobre la realidad social, institucional y organizacional no ha dejado de crecer con la entrada del nuevo siglo. Más bien podemos decir que esta se ha acentuado no solo con la petición de análisis interdisciplinares serenos, profundos y rigurosos sino también con la exigencia de orientaciones críticas y plausibles con las que hacer posible de este un mundo a la altura de las más altas expectativas humanas. Autentica transformación que haga posible la justicia y la igualdad global. (Elsa González. 2013).

 

 

UNETE



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