. Este fue el mensaje que enviaron los
presidentes de los Estados Unidos, Joseph Biden; el primer ministro
de Canadá, Justin Trudeau; y el mandatario de México, Andrés
Manuel López Obrador, luego de reunirse en la IX Cumbre de Líderes
de América del Norte.
Esta reunión al
parecer, fue más productiva de lo que algunos esperaban, ya que no
solo fue el espacio ideal para que los hombres fuertes de la región
se elogiaran mutuamente, sino que dejó la sensación de que los tres
miran hacia un mismo horizonte y comparten la idea de que América
del Norte se tiene que fortalecer como un solo bloque y ser el motor
de desarrollo en Centroamérica.
Joe Biden respeta a
México
La primera señal
positiva de la Cumbre, fue el hecho de Biden rompió con la tradición
de hablar de México como el famoso “vecino del sur”.
“Cuando me
convertí en Presidente, y como Vicepresidente, indiqué que ya no
hay una política del ‘Buen Vecino’; es totalmente igual. Somos
países iguales...”, señaló el mandatario estadounidense cuando
se reunió con AMLO.
Y agregó: “Ya no
usamos un lenguaje como ‘nuestros amigos del sur’. Usted
(refiriéndose a AMLO) es un igual, somos países iguales, y eso es
lo que me gusta de usted. Creo que es una relación diferente y
emergente que nace del respeto mutuo”.
Para México nunca
ha sido fácil estar tan cerca de los Estados Unidos y a pesar de que
las relaciones diplomáticas y comerciales habían sido cordiales
hasta antes de la llegada de Trump a la Casa Blanca, siempre existía
para los mexicanos esa sensación de que en estas Cumbres, solo eran
los invitados de relleno en una fiesta de dos.
Además, estábamos
acostumbrados a que el presidente de México en turno, aprovechara la
oportunidad para tomarse la foto oficial pero nunca destacaban por
un protagonismo real. En esta ocasión, la percepción es diferente.
El liderazgo de AMLO
a nivel regional
Más allá de la
diplomacia de las palabras de Biden, la postura de López Obrador en
esta reunión fue abierta, contundente y aprovechando la nueva
relación de igual a igual, puso en el centro del debate algunas
propuestas que públicamente comprometen a Estados Unidos y Canadá a
colaborar en favor de la región y también de los países más
cercanos de Latinoamérica.
Por un lado está el
tema migratorio. AMLO fue claro al señalar que el gobierno de los
Estados Unidos debe atender este problema de manera integral y abrir
nuevas oportunidades a las personas que llegan a ese país
procedentes de Centroamérica, el Caribe o incluso África y que
pasan en caravanas por suelo mexicano.
Al respecto, el
presidente de México destacó la importancia que tienen estos grupos
sociales en el desarrollo de la región y pidió a los Estados Unidos
“dejar de rechazar a migrantes” ya que “para crecer se necesita
de fuerza de trabajo que, en realidad, no se tiene con suficiencia ni
en Estados Unidos ni en Canadá. ¿Por qué no estudiar la demanda de
mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio?”, propuso
el mandatario.
Además logró
convencer tanto a Biden como a Trudeau, para que sus gobiernos apoyen
el programa “Sembrando Oportunidades”, que incluye apoyos a
jóvenes y la creación de miles de empleos rurales no solo en México
sino en todo el Triángulo del Norte de Centroamérica, con lo que
esta estrategia propuesta por AMLO se ha convertido en una método
revolucionario para frenar la migración masiva en la región.
América del Norte
debe ser líder mundial en comercio
A nivel económico,
estas tres naciones forman parte del Tratado de Libre comercio entre
México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), una de las plataformas
comerciales más poderosas del mundo y que de acuerdo al propio López
Obrador, tiene un potencial aún mayor para hacer frente a otras
potencias como China.
“Mientras Canadá,
Estados Unidos y México representamos el 13 por ciento del mercado
mundial, China domina el 14.4 por ciento. De mantenerse la tendencia
de la última década, en otros 30 años, para el 2051, China tendría
el dominio del 42 por ciento del mercado mundial y nosotros, nos
quedaríamos con el 12 por ciento”, señaló AMLO.
Y agregó: “Lo
cual, además de ser una desproporción inaceptable en el terreno
económico, mantendría viva la tentación de apostar a resolver esta
disparidad con el uso de la fuerza, lo cual nos pondría en peligro a
todos”.
De ahí la idea de
que América del Norte debe ser uno de los bloques comerciales más
importantes del mundo, aprovechar la riqueza de la región para ser
autosuficientes, reducir con esto las importaciones y generar mayor
bienestar para los habitantes.
“¿Por qué no
podemos producir en América del Norte lo que consumimos? Claro que
sí. Es asunto de definición y de estrategia económica regional.
Desde luego esto pasa por planear conjuntamente nuestro desarrollo y
por impulsar un programa de inversión productiva en América del
Norte para la sustitución de importaciones”, propuso AMLO.
Una postura inusual
de López Obrador
Finalmente, el
mandatario mexicano destacó la importancia del T-MEC y afirmó que
“la integración económica, con respeto a nuestras soberanías, es
el mejor instrumento para hacer frente a la competencia derivada del
crecimiento de otras regiones del mundo”.
Este discurso no
solo invita a la unión de los tres países, también rompe con la
idea de que AMLO es un enemigo a muerte del libre comercio, que tiene
políticas “comunistas” o que su idea de desarrollo económico es
retrograda, como afirman sus críticos en México.
De esta manera,
Biden, AMLO y Trudeau apuestan por que América del Norte se
convierta en un gigante comercial, pero también en que sea una
región que atiende de manera integral las necesidades de sus
habitantes; si esto se logra, puede ser el inicio para reducir las
brechas sociales que se han hecho aún más graves en la era
pandémica que vivimos.