Ante la premisa literaria de la economía de las palabras en la poesía, Kokoro
intensifica el concepto estilístico hasta la sencilla y sublime acentuación de
lo apasionado, como cómplice fuerza que comulga plenamente con el
sentimiento lector.
Es así que de la
versatilidad en lo disconforme- el autor es un gran romántico y afecto a la
rebeldía contra un mundo programático y frívolo- se halla la unificación de una
sensibilidad- con tintes estilísticos de exclusividad- que sume al testigo de
tan sentidas letras en una misma línea de encuentro emocional con el autor. Es
fácil reconocerse en el alma de este sentir poético que Kokoro sabe tan
excelentemente vislumbrar, para compartir con la colectiva memoria de las
sensibilidades que nos influyen en ocasiones por la consciencia personalista de
las experiencias del corazón. Ciertamente, una influencia así debería darse más
a menudo... este escritor nos la despierta.
En las letras de Una
vida y un amor está implícito el recuerdo de un sentir que todos en
mayor o menor medida hemos experimentado y que Kokoro registra con valentía, en
la dignidad confesa de lo genuino y sin sucedáneos o subterfugios que
descompongan la fina desnudez de lo romántico.
Kokoro es un reflotador de la
esencia en que naufragan los anhelos perdidos que en estas páginas son deseos
encontrados… y con ellos la oportunidad que se nos brinda de rememorarlos. La
expansión de la sencillez se hace sublime como lo es la esencia del ingenio
sensible.
Los poemas trascienden más
allá de la forma con una dinámica de fondo en el que se expresa una miscelánea
de sensaciones que dan elegante identidad a una bohemia personalísima, donde el
amor es la consecuencia de muchas de las inspiraciones que se explayan con virtuosa
sencillez por las páginas plenas de un don intelectual muy sentido.
La dicotomía
emoción-intelecto, es un condicionante florido que va transcurriendo en la
liberación de lo expresado, con la facilidad que supone verse al lector en
comunión con el carisma desplegado en la elección de los conceptos que no son
ajenos al sentir de quien lo lee. Todo ello salpicado de elegante emotividad,
de un sentir espontáneamente dulcificado en que el dolor se comunica con la
ternura de lo rebelde, con maestría que embauca al receptor de estas intimistas
confesiones que son las confidencias puras del alma que han dado significado
lustroso a la definición universal del poeta.
Por todo ello, cuando termina de leerse Una vida y un amor, acomete un
deseo sutil de visceralidad poética para sumergirse de nuevo en el devenir de
la oda¡ y qué mejor modo de vivir la inmersión inspirada que leyendo de nuevo,
con todo detenimiento en el grato empeño, la odisea versada de una poesía
intemporal en este siglo XXI! Odisea como es la sugerencia eterna de la
emotividad que el autor nos desgrana con acierto de espíritu y un sentimiento
con capacidad de velar los propios nuestros, abarcando las vicisitudes del amor
en esa remembranza de lo experimentado y que se nos graba en el alma. Kokoro
los graba así de hermosamente en el corazón.
María (Oscura Forastera), Letras
Maravillosa crítica literaria. Una vida y un amor, es el Poemario por excelencia, basado en el amor y la fuerza de los sentimientos, las ganas de vivir...
Sin duda un libro merecedor de ser publicado y leído por muchos, mi enhorabuena a Ignacio y a KOKORO.