. Y es que el cerebro humano está dividido en áreas que, aunque trabajan en equipo, se encargan de cosas diferentes. De ese modo, igual que variamos en estatura, color de piel y otros rasgos, también varían nuestras capacidades; y, si bien es cierto que todo se puede trabajar hasta cierto punto, también lo es que cada cual tiene unas predisposiciones en cuanto a habilidades.
Aparte de todo esto, mi facilidad para las letras viene dada por mi amor incondicional hacia el lenguaje y mi inclinación natural a querer comprenderlo todo. Porque, si bien la memoria influye en este menester, no podemos olvidarnos de que una canción siempre cuenta una historia (o debería). Por tanto, entre que la rima ayuda y que suele seguir un hilo argumental, no es tan complicado como parece saberse una canción.
Por esto y porque me encantan las cosas que entrañan un poco más de dificultad, me gustan especialmente las canciones en las que cambian cosas que suelen ser fijas, como el estribillo. Pongamos un ejemplo, Te dejo marchar.No supimos llegar a tierra firme, nos quedamos en medio de la nada; intentando que algún viento nos salvara y… nos llevara a casa.Nos dejamos la razón a la deriva y ninguno de los dos fue a rescatarla; tú soltaste todo el lastre que quedaba y yo me quedé varadaen medio de tanto desastre…¿Cómo pudimos querernos tanto y hacerlo tan mal? Me he despertado perdida al notar que no estás.¿Cómo pudimos querernos tanto y hacerlo, como nadie, tan mal? Y, aunque ya sé que te has ido, no, no lo puedo evitar; aún no me doy por vencida, te salgo a buscar.Aún recuerdo los domingos en la cama y tu risa recorriendo la avenida; tú, cuidando por las noches mis fantasmasy yo, rendida.Fui dejándote pasar poquito a poco,destrozaste mi armadura con tus balas; y un disparo a quemarropa por la espalda me desgarra…Y no lo vi venir…¿Cómo pudimos querernos tanto y hacerlo tan mal? Me he despertado perdida al notar que no estás.¿Cómo pudimos querernos tanto y hacerlo, como nadie, tan mal? Y, aunque ya sé que te has ido, no, no lo pude evitar;ahora me doy por vencida, te dejo marchar.Si os fijáis, sigue una historia lógica: primero cuenta cómo se deteriora la relación y, en el estribillo, hace un último esfuerzo por arreglarlo; en la segunda parte, en cambio, va contando, con nostalgia, todo lo bonito que recuerda y, en el estribillo, da por finalizada la relación. Por tanto, no es solo una cuestión de memoria, sino también de lógica. Si dudas en los estribillos, es cuestión de pensar cuál va primero en la línea temporal normal. Así que, al final, eso es lo que se esconde tras una canción, una historia.Decir, para despedirme, que esta canción es preciosa y es de Yoly Saa, os la recomiendo.Buenos y musicales días.